Cuando la tecnología se convierte en motor de cambio: la empresa que impulsa la economía circular desde Girona al mundo
Blue Room Innovation
La firma combina blockchain e inteligencia artificial para dar una nueva vida a los recursos y demostrar que cada residuo puede transformarse en oportunidad
Una empresa nacida en Girona ha hecho de la tecnología una herramienta para cuidar del planeta
Un producto con pasaporte digital cuenta su propia historia. Detrás de esa idea, que parece de futuro, está Blue Room Innovation: una empresa nacida en Girona que ha hecho de la tecnología una herramienta para cuidar del planeta. Su filosofía es tan clara como ambiciosa: “Queremos que cada residuo sea un recurso”, afirma Laia Pérez, responsable de comunicación de la compañía.
Queremos que los residuos se conviertan en recursos y en nuevos productos”
Blue Room Innovation nació con un propósito firme: transformar la innovación en impacto real. Lo que comenzó como un pequeño equipo de tecnólogos vinculados al Parc Científic de la Universitat de Girona y apasionados por la sostenibilidad se ha convertido hoy en una firma que trabaja con grandes empresas y administraciones en Europa y Oriente Medio. Su objetivo: acelerar la transición hacia una economía circular en la que nada se desperdicie y todo se transforme.
“Nosotros convertimos ideas en soluciones reales gracias a la tecnología”
“Nosotros creamos cosas nuevas gracias a la tecnología. Podríamos hacer cualquier proyecto, pero nuestro valor está en que todo lo que desarrollamos tiene un impacto sostenible”, explica Pérez. Con esa visión, la empresa ha ido tejiendo un ecosistema de soluciones basadas en blockchain, inteligencia artificial y trazabilidad digital, siempre con un mismo fin: mejorar la forma en que producimos, reciclamos y reutilizamos los materiales.
Apuesta por el pasaporte digital del producto
Uno de sus primeros hitos fue Reciclos, desarrollado junto a Ecoembes, que marcó un antes y un después en el reciclaje digital. El proyecto nació como una prueba piloto en áreas como el Pla de l’Estany y Sant Boi, y acabó llegando a más de medio millón de personas en toda España. “Fue como nuestro primer hijo”, recuerda Pérez. “Lo vimos crecer desde una idea hasta convertirse en un modelo replicado en todo el país. Y, sobre todo, nos enseñó que la tecnología puede cambiar hábitos de consumo y generar conciencia ambiental”. Desde entonces, Blue Room Innovation ha ampliado su alcance a sectores estratégicos como la construcción, el textil, el plástico, los envases o la industria siderúrgica con acuerdos con CELSA.
La trazabilidad es precisamente uno de los grandes ejes de su trabajo
La trazabilidad es precisamente uno de los grandes ejes de su trabajo. A través de soluciones digitales avanzadas, Blue Room Innovation impulsa el pasaporte digital de producto, una herramienta que permitirá a empresas y consumidores conocer el recorrido completo de un producto, desde su origen hasta su destino final. “Las nuevas normativas europeas obligarán a tener un pasaporte digital, pero para nosotros va más allá de una exigencia legal. Se trata de transparencia, de confianza y de responsabilidad compartida”, destaca la portavoz.
El impacto de esta innovación se extiende también al ámbito portuario. La empresa ha desarrollado proyectos pioneros de trazabilidad de residuos en puertos, como el que se lleva a cabo en el Puerto de Palma de Mallorca, a través del proyecto Portnet, financiado por el fondo Puertos 4.0 y con la participación de la recicladora Adalmo. Gracias a esta tecnología, es posible seguir la vida de los residuos que se descargan de los barcos y demostrar su tratamiento posterior, generando datos valiosos sobre sostenibilidad y huella de carbono.
Denisa Gibovic, CEO & Fundadora de Blue Room Innovation
Qatar, apuesta estratégica
La expansión internacional de la compañía ha sido otro paso natural en su evolución. Blue Room Innovation ha abierto una delegación en Qatar, un territorio que consideran clave en su apuesta por la sostenibilidad. “Desde Qatar puedes llegar a otros países del entorno que hoy están muy centrados en avanzar hacia modelos más sostenibles. Es un punto estratégico para nosotros”, explica Pérez. Allí colaboran con Acciona Oriente Medio en proyectos de gestión y trazabilidad de residuos, aplicando su conocimiento tecnológico a gran escala.
Pero la innovación de Blue Room Innovation no se limita al ámbito empresarial. La compañía también impulsa proyectos educativos y sociales a través de programas Erasmus+, centrados en la educación inclusiva y la sostenibilidad. Uno de los ejemplos más recientes es Re-Fashionable, un proyecto cofinanciado por la Unión Europea que busca impulsar la moda circular y sostenible mediante la colaboración entre empresas tecnológicas y del sector textil.
Hoy, desde Girona hasta Doha, la misión de Blue Room Innovation sigue siendo la misma: acelerar la transición hacia una economía donde nada se desperdicie y todo se transforme. Su trabajo demuestra que la innovación tecnológica puede —y debe— ser una aliada del medio ambiente. Porque el futuro, como recuerdan en la compañía, no se trata solo de avanzar, sino de avanzar mejor.
Lecciones de Vanguardia
Denisa Gibovic, CEO & Fundadora de Blue Room Innovation
“El mejor consejo es no querer crecer solo. Buscar alianzas, compartir recursos y sumar conocimiento acelera el camino y aligera el peso. En un mundo complejo, cooperar es más inteligente que competir. He aprendido que la innovación real nace de la perseverancia y de saber rectificar a tiempo. Caer no es un fracaso —fracaso es no aprender. Cuando confías en tu visión y ajustas el rumbo con realismo, todo avanza”.