Silvia Munné, experta en coaching para jubilados: “Una persona de 75 años puede tener 20 por delante con calidad de vida; hay mucho que hacer, pero se tiene que planificar”

Coach para jubilados

La experta en coaching senior promueve una jubilación planificada y acompaña a personas que quieren mantener rutinas y proyectos propios

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Silvia Munné, coach y experta en jubilados

Cada vez más personas se enfrentan a la jubilación con una mezcla de alivio e incertidumbre. Después de décadas de trabajo, llega el momento esperado de descansar, pero también el vértigo de perder rutinas, responsabilidades y vínculos. Muchos descubren que el mayor reto no es dejar de trabajar, sino aprender a vivir de otra manera.

En este contexto, aparecen profesionales que ayudan a preparar ese cambio. Silvia Munné, coach especializada en este ámbito, lleva años acompañando a personas que quieren construir una vida activa y plena tras el trabajo. Su enfoque parte de una idea sencilla: jubilarse no significa detenerse, sino transformarse. “Una persona de 75 años puede tener veinte años por delante con buena calidad de vida. Hay muchísimo por hacer, pero hay que planificarlo”, explica Munné.

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“Tengo una necesidad intrínseca de aportación”, asegura Silvia Munné

Antes de dedicarse al acompañamiento de mayores trabajó durante años como secretaria de dirección y más tarde fundó una asesoría financiera. Pero algo no encajaba. “Sentía que aquel trabajo no tenía sentido para mí”, recuerda. Aquella sensación de vacío la llevó a replantearse su vida y a recuperar un deseo que había sentido desde niña: ayudar a las personas. “Tengo una necesidad intrínseca de aportación. Hacer algo para un mundo mejor, por pequeño que sea”.

Esa búsqueda personal la condujo hacia el coaching, primero con personas que querían cambiar de rumbo profesional y, con el tiempo, con un colectivo que la tocó profundamente: las personas que se acercan o viven la jubilación. “Son personas con una gran experiencia, pero a menudo se sienten invisibles. Hay que devolverles el protagonismo que merecen”, asegura.

Tengo una necesidad intrínseca de aportación. Hacer algo para un mundo mejor, por pequeño que sea

Su experiencia en centros cívicos y residencias le permitió entender que la jubilación no se trata solo de llenar el tiempo libre. “Las actividades que se ofrecen están bien, pero son genéricas y estandarizadas. El usuario acude de forma pasiva y se amolda. Se distrae una hora, pero no construye su proyecto”, explica Munné.

Por eso, su propuesta es anticipar y personalizar. En lugar de ajustarse a un calendario impuesto, invita a cada persona a diseñar su propia hoja de ruta: qué quiere aprender, qué deseos dejó pendientes o qué rutinas necesita para sentirse viva. “Cuanto menos haces, menos quieres hacer. Por eso es importante planificar antes de que llegue la jubilación, no después”, insiste.

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Silvia Munné anima a las personas a rescatar sueños dormidos y a recuperar pequeñas rutinas que den estructura al día a día

En sus sesiones anima a rescatar sueños dormidos —viajar, estudiar, aprender un idioma o retomar aficiones— y a recuperar pequeñas rutinas que den estructura al día a día. “Te sorprenderías de la cantidad de personas que se levantan sin objetivos y dejan que el tiempo pase. Esto no puede ocurrir. Si empiezas el día con algo tan simple como poner el despertador, vestirte y salir, la energía cambia por completo”, confirma.

Munné también destaca el impacto que el retiro laboral tiene en las relaciones personales. Ha visto cómo muchas parejas entran en dinámicas de dependencia o de incomunicación sin ser conscientes. “A veces discuten por tonterías, pero el fondo es más profundo. Falta comunicación. Damos por hechas muchas cosas, pero no las hablamos. Y eso pasa tanto en la pareja como con los hijos o los amigos”.

Las instituciones deberían implicarse en la planificación de la jubilación igual que lo hacen en la educación o la salud

Su método parte de algo tan simple como escucharse y hacerse preguntas: ¿qué quiero hacer ahora?, ¿qué me hace ilusión?, ¿qué puedo cambiar para sentirme mejor? “Antes de ir al médico a decir que estás triste, párate a pensar qué te gustaría hacer y cómo podrías afrontarlo”, propone.

Para ella, cuidar la salud emocional también es una forma de prevención. Y prevenir significa actuar antes de que aparezca la soledad, la dependencia o el desánimo. Pero Munné insiste en que esta tarea no puede recaer solo en la iniciativa individual. Reclama una implicación real de las instituciones y de las empresas para acompañar el proceso de prejubilación.

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Silvia Munné reclama a las instituciones que se impliquen más en la planificación de la jubilación

“Las empresas suelen ver este acompañamiento como un gasto sin retorno porque el trabajador dejará de estar en activo. Pero el retorno existe: dignidad, reconocimiento y una cultura de cuidado”, afirma. También pide una mirada más estratégica desde los gobiernos locales y autonómicos. “Las instituciones deberían implicarse en la planificación de la jubilación igual que lo hacen en la educación o la salud. La gente mayor es una parte esencial de la sociedad, y, sin embargo, se la aborda desde la rutina y la pasividad”, critica.

Su objetivo es llevar su metodología a ayuntamientos, entidades y empresas, para que la jubilación deje de ser una frontera y se convierta en una transición acompañada. “Si ayudamos antes, evitamos el bucle del no-hacer. Hay que anticiparse”, explica.

Actualmente, Munné combina su labor de coach con estudios de Psicología, cumpliendo un sueño que había pospuesto desde joven. Lo hace, dice, por coherencia: “Les pido a las personas que se atrevan a cumplir lo que dejaron pendiente. Yo también tenía algo pendiente”.

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