Con la base de una formación amplia en turismo, más de una década trabajando en agencias y especializándose en la organización de viajes a medida, Celia López sintió la necesidad de hacer una pausa y dedicarse al crecimiento personal. Años más tarde, un viaje a la India despertó en ella el deseo de volver al turismo, pero desde otro lugar. Así nació Bayana Travel, una agencia que combina la experiencia técnica del sector con una visión más consciente del viaje, donde cada destino se convierte en una oportunidad de transformación interior y conexión auténtica con el entorno. “Quería crear viajes en los que el destino se viviera como una experiencia única y que al regresar uno no fuera exactamente el mismo”, explica Celia.
Aquel viaje al país del Taj Mahal, el hinduismo y las especias fue el germen de un proyecto que pronto tomó forma y personalidad propia. Bayana Travel se consolidó con un sello distintivo: grupos pequeños, hoteles con encanto, guías locales y experiencias que conectan con la cultura viva de cada lugar. No hay paquetes estándar ni programas masivos. La propuesta es artesanal y singular. “Si una persona puede encontrar lo mismo en internet, no tiene sentido que lo hagamos nosotros. Nuestro valor está en cuidar cada detalle y en diseñar experiencias que dejan huella”, afirma la emprendedora, que agrega que su objetivo es que cada destino se viva, no solo se visite.
Grupo de viajeras de Bayana Travel con personas locales de la zona
La diferencia de Bayana Travel no radica solo en el qué, sino en el cómo. Los viajes se construyen alrededor de tres pilares: el cuidado de cada detalle, la atención personalizada y las experiencias. En cuanto al primero, desde la agencia buscan alojamientos con historia y carácter —desde palacios reconvertidos en alojamientos hasta ecohoteles en plena naturaleza— que invitan a abrir el día con otra energía. Ofrece un servicio de atención de calidad antes, durante y después del viaje. Y tercero, las experiencias con “alma”: encuentros con familias, talleres y miradas a tradiciones vivas —como una lectura de astrología védica o una navegación por los canales de Kerala—. “En una visita a Kerala, una familia nos abrió su casa para mostrarnos cómo tejen con hojas de plantas. No era una exhibición para turistas, era su vida. Esa autenticidad es lo que buscamos y nuestros clientes lo agradecen”, explica.
Busco ofrecer viajes que ayuden a conectar con la belleza del lugar y a mirar la vida desde otra perspectiva
Aunque India es un capítulo importante en la historia personal de su fundadora, Bayana Travel abarca en la actualidad un mapa más amplio. Asia es el terreno natural de la marca por su espiritualidad presente —Sri Lanka, India, Nepal o incluso China, pero también hay propuestas a Marruecos y escapadas de fin de semana en España o algún país europeo. La compañía combina viajes a medida —para quienes desean una ruta privada, hecha al milímetro— con salidas en grupo reducido, una al mes aproximadamente, que pueden ser acompañadas por alguien del equipo o por un guía local de confianza. La duración media de las grandes rutas ronda los diez días. El clima marca la pauta, porque el objetivo es llegar en el momento adecuado, evitando grandes calores o temporadas de monzón.
Celia López visitando el Taj Mahal en uno de los viajes de Bayana Travel
India, una de las joyas de Bayana Travel, es un viaje hacia lo esencial. Más que un destino, es una experiencia de conexión y descubrimiento donde cada color, aroma y mirada revelan una parte del alma del país. Los itinerarios están cuidadosamente diseñados, manteniendo el equilibrio entre la autenticidad y el confort. “India es uno de los pocos destinos donde la autenticidad sigue viva y donde la belleza y la espiritualidad están especialmente activas”, resume la viajera.
¿A quién se dirige Bayana Travel? A personas que valoran la comodidad, la exclusividad y, sobre todo, experiencias que los ayuden a reconectar, transformarse y mirar la vida desde otra perspectiva. “No buscamos solo el viaje turístico, sino el que te aporta algo más. A veces ese ‘algo’ cambia una vida entera”, señala la fundadora.
No buscamos solo el viaje turístico, sino el que te aporta algo más. A veces ese 'algo' cambia una vida entera
Mirando al futuro, la ambición es clara: consolidar Bayana Travel como sinónimo de viaje transformador, auténtico y bien cuidado. Crecer, sí, pero de manera sostenible y sin perder el trato cercano que define la experiencia: conocer a las personas antes, durante y después del viaje; estar presentes cuando surgen preguntas y ofrecer experiencias hechas a medida. “Me gustaría que cuando alguien piense en Bayana Travel piense en recuerdos que acompañan toda la vida”, defiende Celia.
Bayana Travel ofrece diferentes destinos a los que viajar, aunque Asia es el terreno natural de la marca
Con todo, Bayana Travel no compite por ser una fábrica de itinerarios turísticos. Su lugar está donde el viaje se convierte en experiencia vital. En cada ruta hay un trabajo previo hecho para que todo fluya: el tiempo justo, la elección de temporada, el guía adecuado, el alojamiento con alma y el detalle inesperado que se queda para siempre. Por eso, quienes vuelven suelen hacerlo con más preguntas que antes, pero también con más certezas: las que nacen de mirar el mundo —y a uno mismo— de otra manera. “Viajar puede ser un acto de belleza y de conciencia a la vez. Esa es la intención que le ponemos en cada viaje”, concluye.
Lecciones de Vanguardia
Celia López, fundadora de Bayana Travel
“La dirección es más importante que la velocidad. Emprender es un regalo, aunque a veces asuste”.
“Yo misma he aprendido a no exigirme tanto. Ser flexible y abrazar la incertidumbre permite avanzar y evolucionar”.
