El traje a medida en 3D creado en Sabadell que revoluciona la traumatología: “No operamos al paciente para que se adapte a la prótesis, sino al revés”
Cirugía Digital
La startup catalana Tailor Surgery está transformando la cirugía ortopédica mediante planificación quirúrgica 3D y soluciones personalizadas para cada paciente

El Dr. F. Fillat y A. Blanch, fundadores de Tailor Surgery, han construido un equipo multidisciplinar que combina precisión y eficiencia al integrar perfiles médicos y técnicos
Cuando Ferran Fillat, traumatólogo y responsable médico de la Unidad de Cirugía Digital del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell, comenzó su tesis doctoral sobre las aplicaciones del 3D en traumatología, no imaginaba que aquel trabajo académico acabaría siendo el germen de una compañía capaz de transformar la cirugía ortopédica. “Empecé a investigar cómo podíamos usar la impresión 3D para mejorar las intervenciones de hombro y enseguida vimos que tenía un enorme potencial”, recuerda. Lo que empezó como una inquietud científica fue sumando apoyos de otros especialistas interesados en trasladar la precisión digital al quirófano.
Durante varios años, el proyecto se desarrolló desde el ámbito de la investigación clínica, validando la tecnología y probando su eficacia en distintos procedimientos. En 2021, con el conocimiento ya maduro, Ferran Fillat decidió dar el paso y crear Tailor Surgery, un spin-off del Hospital Parc Taulí impulsado con el apoyo del Instituto de Investigación (I3TP). “Llegó un momento en que la tecnología ya estaba suficientemente madura como para dar el salto al mercado. Los hospitales, por su naturaleza, no están concebidos para comercializar innovación, pero los institutos de investigación sí cuentan con mecanismos para transferir ese conocimiento y convertirlo en empresa”, explica Fillat.

Así nació una compañía con el propósito de convertir la personalización en una herramienta real para mejorar la seguridad, la eficiencia y los resultados quirúrgicos. Este modelo tridimensional les permite hacer un estudio en detalle de la patología del paciente y así dar un diagnóstico, hacer la planificación quirúrgica para guiar al médico durante la cirugía y, además, proveer los implantes e instrumental necesario adaptado a la anatomía de cada persona. “Con las prótesis convencionales se adaptan los huesos del paciente a ellas, nosotros hacemos justo lo contrario: diseñamos la prótesis específica para cada paciente”, recuerdan.
El impacto de esta metodología es doble. Por un lado, el cirujano llega a la operación con un plan más preciso, similar al trabajo de un arquitecto que dispone de planos detallados, lo que reduce el margen de error y las complicaciones. Por otro, el proceso optimiza los recursos del hospital: “Cuando sabes exactamente qué vas a implantar, no necesitas tener todas las tallas disponibles en el quirófano. Eso reduce tiempos, costes logísticos y agiliza el trabajo del equipo”, explica Amat.

Si colocas con precisión milimétrica una prótesis, no solo alargas su vida útil, sino que mejoras la calidad de vida del paciente
Esa combinación de precisión y eficiencia va ligado a un equipo multidisciplinar —formado por médicos e ingenieros— que desarrollan soluciones para una amplia gama de procedimientos: desde el hombro y el codo hasta la mano, cadera, rodilla, pie y tobillo. “Empezamos con tres procedimientos y actualmente ya tenemos una veintena”, apunta Fillat. El objetivo a medio plazo es cubrir la totalidad de intervenciones en traumatología y seguir expandiendo el uso de la planificación quirúrgica 3D a otros ámbitos médicos.
En los pacientes más jóvenes, con fracturas o displasias de cadera, la tecnología permite planificar intervenciones complejas con mayor exactitud. En los mayores, que suelen requerir prótesis de rodilla o cadera, aumenta la durabilidad de los implantes y reduce complicaciones derivadas de una mala implantación. “Una prótesis suele durar entre quince y veinte años. Si la colocas con precisión milimétrica, no solo alargas su vida útil, sino que mejoras la calidad de vida del paciente”, afirma Fillat.

También destacan su utilidad en cirugías de revisión —cuando una prótesis falla y debe reemplazarse—, donde la personalización es crucial. “En estos casos el hueso ya no es igual que la primera vez. Diseñar un implante a medida puede marcar la diferencia entre una operación exitosa y una con complicaciones”, añade Fillat.
El equipo ha demostrado que la planificación quirúrgica 3D no es una promesa de futuro, sino una realidad clínica y coste-efectiva. “No todos los hospitales pueden invertir en cirugía robótica, que requiere equipamientos millonarios con procedimientos actualmente muy limitados. Nuestra tecnología ofrece un nivel de precisión comparable, pero con una inversión mucho menor y aplicable en múltiples procedimientos”, subraya Amat.

La cirugía camina hacia lo digital, y nosotros somos expertos en eso
A medio plazo, desde la compañía buscan crecer de la mano de la adopción de esta tecnología por parte de los profesionales sanitarios. “Todavía hay muchos traumatólogos que no saben que esto se puede hacer”, reconocen ambos, que agregan que “a medida que lo descubren y lo incorporan en su práctica, el número de cirugías posibles se multiplica. Es la tendencia natural de la medicina: pasar de un tratamiento generalista a uno verdaderamente personalizado, y nosotros queremos liderar este cambio en el ámbito de la traumatología”.
El futuro pasa por ampliar el alcance de la empresa, tanto en número de procedimientos como en su expansión internacional. El objetivo, según Amat, es claro: “Queremos que nuestra tecnología se convierta en el estándar mundial de referencia en planificación quirúrgica 3D y personalizada. La medicina avanza hacia un modelo más personalizado, donde médicos e ingenieros trabajan de forma conjunta para ofrecer soluciones adaptadas a cada paciente, y nosotros estamos a la vanguardia de ese cambio”, concluyen.
Lecciones de Vanguardia
“La palabra sería persistencia. Se debe mantener el rumbo incluso cuando todo se complica y las certezas cambian a diario”.
