Unicat, la empresa que volvió a empezar después de perderlo todo tras la DANA: “Nos quedamos sin nada, pero con más ganas que nunca de volver a levantarlo todo”
Ropa Laboral
Fundada en 2001 por Armando Fernández, la empresa ofrece ropa laboral para la industria, la sanidad y la hostelería

Unicat lleva más de dos décadas ofreciendo ropa laboral para la industria, la sanidad y la hostelería
Hace justo un año, las lluvias torrenciales que azotaron la Comunidad Valenciana dejaron a decenas de municipios bajo el agua, entre ellos Albal, ubicado en la comarca de l’Horta. En pocas horas, Armando Fernández lo perdió todo: maquinaria, almacén, tienda y años de trabajo. Más de dos décadas de esfuerzo, de madrugones, pedidos y confianza construida con sus clientes quedaron arrasadas por el agua. “Nuestro local estaba en una de las zonas más afectadas y no pudimos salvar nada”, recuerda. Aquella riada, que anegó cerca del 40% de la población, obligó a la empresa a empezar desde cero. “Fue un golpe muy duro, pero lo afrontamos como una oportunidad para rehacernos, invertir en maquinaria nueva y seguir”, explica.
Hoy, el negocio ha recuperado su ritmo habitual. La tienda y el almacén están completamente reformados y el equipo vuelve a atender a sus clientes con la misma normalidad que antes del temporal. Esa capacidad de recomponerse no es casualidad, sino el reflejo de una historia construida sobre la constancia y el oficio.

Unicat nació en 2001 de la mano de Armando Fernández, que decidió emprender su propio camino en el mundo de la ropa laboral. Su padre ya había trabajado en el suministro industrial y, con el tiempo, incorporó uniformes y equipos de protección. Aquella experiencia familiar le sirvió de escuela, aunque su proyecto siempre fue independiente. “Mi escuela fue en casa, pero el negocio de uniformes siempre fue un proyecto propio”, señala.
Con el tiempo, la empresa se consolidó como referencia en uniformidad para industria, sanidad, hostelería y servicios, ofreciendo soluciones prácticas y personalizadas para empresas de toda la Comunidad Valenciana. Su catálogo abarca desde los clásicos monos de taller hasta prendas técnicas que hoy poco tienen que envidiar a la ropa de calle. “El sector ha cambiado muchísimo. Ahora la ropa laboral es cómoda, resistente y también estética. Al final, quien trabaja representa a una marca”, defiende Armando.
Ahora la ropa laboral es cómoda, resistente y también estética
La compañía es, ante todo, especialista en ropa laboral. No trabaja la uniformidad escolar ni la de cuerpos de seguridad. Su foco está en vestir y proteger al profesional de fábrica, taller, almacén, clínica, restaurante o empresa de limpieza. El “producto estrella” es el pantalón de trabajo, con una oferta que ronda las dos decenas de modelos entre colores, patronajes y precios. En verano manda la camiseta; en otoño e invierno, la sudadera. Y un subsector que ha crecido especialmente asegura que es el calzado de seguridad. “El usuario pide ir seguro y cómodo. Marcas como Diadora, Sparco o UPower han hecho auténticas zapatillas de deporte para trabajar”, apunta Fernández.
La propuesta de valor de Unicat se apoya en tres canales complementarios: tienda física abierta al público en Albal, servicio in situ para empresas —con desplazamiento, muestras y suministro a domicilio— y tienda online para llegar a toda España. Aun así, su mercado natural sigue siendo Valencia y su entorno. “Vendemos ventajas. El empresario gana imagen y coherencia de marca. El equipo, comodidad y seguridad. Y todos ahorran tiempo”, resume Armando.

La diferenciación no es un eslogan, sino una forma de trabajar. Desde la compañía cuentan con un catálogo amplio que se renueva cada año, asesoramiento para elegir tejidos y tallajes, personalización con logotipos y una logística pensada para que la ropa llegue lista para usar. “Nos gusta que el cliente no tenga que pensar. Que abra el paquete y vista al equipo”, insiste. Ese enfoque, consolidado durante más de dos décadas, ha convertido a Unicat en un referente local para los sectores industrial, sanitario, estético y hostelero.
Un año después de la catástrofe de la DANA
Doce meses después del temporal, el balance de Fernández es de gratitud y prudencia. “Ha sido un año de rodaje y de poner los pies en el suelo. Hoy estamos prácticamente al cien por cien y con más ganas que nunca”, afirma el emprendedor. Además, explica que más allá de la recuperación material, la experiencia ha reforzado su propósito: trabajar cerca de las personas.
“Vestir equipos no es solo entregar prendas: significa acompañar a quienes hacen funcionar talleres, clínicas, restaurantes o fábricas. La uniformidad hace equipo, te sientes parte de algo más grande que tú”, dice.

El plan a medio plazo del negocio no pasa por crecer a toda costa, sino por consolidar lo que mejor hacen: ofrecer calidad, asesoramiento y proximidad. Más surtido en los sectores donde son fuertes, mayor capacidad de personalización y una atención equilibrada entre tienda física, servicio a empresas y venta online. “Quien mucho abarca, poco aprieta. Preferimos ser excelentes donde sabemos que aportamos más”, indica Armando.
La DANA podría haber sido un punto final. En Unicat ha sido un punto y seguido. Un recordatorio de por qué existen y para quién trabajan: para que las personas puedan ejercer su oficio con seguridad, comodidad e identidad. “Volver a abrir la persiana y ver de nuevo a nuestros clientes ha sido la mejor respuesta”, concluye Fernández.
Lecciones de Vanguardia
“Si crees en tu idea y aportas valor real al mercado, sales adelante. Te vas a encontrar piedras de todos los tamaños, y a veces el esfuerzo no da frutos a la primera. Pero si sigues, avanzas”.
