“Cada cliente llega con su mochila y nuestro deber es sostenerla con empatía”: los abogados de Terrassa que rompen la distancia entre justicia y ciudadano
Abogacía
El despacho Munill Tudó Abogados ha crecido de forma orgánica desde 2019 y está especializado en familia, penal y extranjería con un enfoque de acompañamiento y claridad

Natàlia H. Munill y Oscar Recio, socios de Munill Tudó Abogados
Para muchos, enfrentarse a un proceso judicial significa miedo, incertidumbre y soledad. La justicia, más que un refugio, se percibe a menudo como un laberinto de tecnicismos y el mundo jurídico como un entorno distante y poco accesible. Bajo esta premisa, y con la idea de acercar el derecho a las personas, nació Munill Tudó Abogados. En 2019, Natàlia H. Munill y Oscar Recio iniciaron un proyecto con un objetivo claro: que el cliente se sienta acompañado, comprendido y bien informado en cada paso. Lo que comenzó en un pequeño local de 12 m² creció con rapidez, impulsado por la confianza y las recomendaciones de quienes encontraron en ellos algo más que asesoramiento: acompañamiento.
Profesionalidad, empatía y cercanía
Ahora, cinco años más tarde —y con una pandemia por en medio—, el despacho está ubicado en el carrer del Vall, en pleno centro de Terrassa, “en nuestra opinión, la oficina más bonita de toda la ciudad”, en palabras de Natalia. Un espacio amplio y luminoso que simboliza la evolución del proyecto y refleja la forma en que entienden su trabajo: con profesionalidad, empatía y cercanía.
“Para nosotros, el despacho es la casa del cliente durante un tiempo difícil”, resume Natàlia H. Munill, directora jurídica del bufete. “La justicia habla un lenguaje técnico y distante; nuestro trabajo es traducirlo, explicar cada paso y mitigar el desgaste emocional que conlleva cualquier proceso”, añade Oscar Recio. Por eso, desde la primera llamada, la prioridad es escuchar y calmar: administración y equipo jurídico actúan de forma coordinada para informar, ordenar expectativas y dar a la persona un marco claro de lo que puede ocurrir.

Munill Tudó Abogados está especializado en Derecho de familia, Derecho penal y extranjería. Son ámbitos con una fuerte implicación personal, donde la incertidumbre y el miedo suelen pesar tanto como los aspectos jurídicos. “La diferencia no está en tramitar por tramitar; está en acompañar con honestidad, explicar lo que puede pasar y decir la verdad aunque no sea la respuesta más cómoda”, afirman. Esa honestidad se traduce en una regla: acompañar con transparencia. “Más que prometer resultados, nos comprometemos con el proceso y con las personas. El cliente sabe que estaremos a su lado en cada paso”, explica Munill.
En este sentido, el equipo dedica tiempo a explicar qué sucede en una sala, cuáles son los escenarios posibles y qué decisiones puede tomar la persona en cada fase. Esa pedagogía reduce la sensación de desamparo. También han definido límites profesionales que protegen a todos: evitan prácticas que involucren directamente a menores en el procedimiento, porque consideran que no es saludable para ellos. Su ética de trabajo incluye, además, un compromiso social: el despacho mantiene varios procedimientos pro bono activos cuando identifican situaciones de especial vulnerabilidad.
Nuestra misión es ayudar a las personas a decidir con libertad y conocimiento
La base técnica se da por supuesta. “El rigor jurídico y la experiencia han de estar; eso es innegociable”, explican desde el despacho Munill Tudó Abogados. Pero el valor añadido está en cómo se atraviesa el proceso. La abogada lo expresa con claridad: “Cada cliente llega con su mochila. Nuestro deber es sostenerla con empatía, explicar los costes emocionales y ayudarle a decidir con libertad y conocimiento”. Ese enfoque ha consolidado un equipo alineado en valores y método, capaz de responder con la misma calidad, cercanía y criterio. Esa coherencia en el servicio, desde la administración hasta el equipo jurídico es la que les ha permitido crecer sin perder esencia.

El plan de Munill Tudó Abogados para los próximos años pasa por seguir consolidando las tres áreas de práctica y abrir nuevas líneas cuando el equipo y los procesos estén listos para mantener el mismo nivel de acompañamiento y calidad. “Nuestro crecimiento será orgánico, como hasta ahora”, explican. El objetivo no es convertirse en un despacho “de todo”, sino en un equipo con áreas muy definidas y especializadas, capaz de absorber más volumen sin renunciar al trato cercano.
La visión de futuro incluye reforzar la formación interna para mejorar la explicación de procedimientos complejos, ampliar la capacidad de respuesta en momentos críticos y mantener viva la cultura de servicio. En su sede actual han encontrado un entorno que facilita ese enfoque: espacios pensados para preservar la confidencialidad, salas de reunión que invitan a conversar con calma y una ubicación céntrica que mejora la accesibilidad del cliente.
Lecciones de Vanguardia
“Hagas lo que hagas, ayuda a la gente. Cuando las cosas se hacen con cariño y con rigor, todo acaba saliendo bien”.
