Ottantotto, la pizzería que no busca ser la mejor de Barcelona, sino la favorita de quienes la sienten suya: “Primero las personas, después las pizzas”
Comida italiana
Cuidar al cliente, trabajar con ingredientes de primera procedentes de Italia y hacer las cosas con cariño: la receta del éxito de esta pizzería en el barrio del Eixample

Cada pizza en Ottantotto representa una región de Italia y los productos son importados del país transalpino
Ottantotto no quiere ser la mejor pizzería de la ciudad. Solo la favorita de quienes la hacen suya. En tiempos de velocidad y ruido, este proyecto nacido de la mano de Arturo Regueira y Alessandro Folli apuesta por lo esencial: relaciones honestas, procesos cuidados y una visión que pone en el centro lo que a veces se olvida. Porque cuando las cosas se hacen con tiempo, con manos bien tratadas y con el corazón abierto, se nota. Se nota en cada pizza, en cada copa de vino, en cada “gracias y hasta la próxima”. En Ottantotto lo repiten como un mantra: “Primero las personas, después las pizzas”. No es solo una filosofía interna, es una realidad palpable.
Cuidar al cliente es más que servirle bien”
Aquí, el equipo no se limita a ejecutar recetas. Conocen a sus clientes, recuerdan su pizza favorita, recomiendan vinos, preguntan cómo les ha ido la semana. “Cuidar al cliente es más que servirle bien. Es escucharlo, y tratarlo de manera personalizada, no como uno más”, explica Arturo Regueira, uno de los socios fundadores. Esa atención cercana, casi familiar, ha sido clave para fidelizar a una clientela que acude no solo por el sabor, sino por el ambiente que se respira. Este artículo, aseguran, también es una forma de dar las gracias a los comensales y al equipo: a quienes están desde el primer día, a los que se han sumado después, a los que hacen masa con precisión o sirven platos con una sonrisa. En un sector donde a menudo se da por hecho el esfuerzo de quienes están detrás, aquí se recuerda a diario que nada funciona sin un equipo comprometido, generoso y humano.

El alma de Ottantotto reside en su fidelidad a la tradición italiana y su obsesión por la calidad. La propuesta combina lo mejor de los dos mundos: la crocantez de las pizzas romanas y la suavidad de las napolitanas. Cada una rinde homenaje a una región de Italia, una idea de Alessandro que ha definido la identidad del local. Así, la pizza Lazio incluye porchetta —típica de Roma—, mientras que la Calabria incorpora Spianata Calabra. Todos los ingredientes principales, desde la mozzarella hasta el tomate, son importados directamente del país transalpino, garantizando autenticidad y sabor. “Cuando uno hace las cosas con cariño, la gente lo nota”, afirma Regueira. Y esa máxima, convertida en lema, impregna cada decisión, desde la cocina hasta la sala.
Queríamos que el local respirara Barcelona. Que viniera el vecino de toda la vida”
En un barrio del Eixample cada vez más competitivo, Ottantotto ha sabido mantenerse fiel a su esencia: un local para locales (y algún que otro curioso). A pesar del auge del turismo, sus fundadores han querido seguir siendo parte del barrio. “Queríamos que el local respirara Barcelona. Que viniera el vecino de toda la vida, el trabajador de la zona, el amigo que pasa cada semana. No buscamos solo llenar, buscamos construir comunidad”, comenta Arturo. Esa conexión con el entorno, unida a la excelencia de su cocina, ha convertido a Ottantotto en un punto de encuentro para quienes valoran lo auténtico y lo humano.

Otro de los pilares del proyecto es su carta de vinos italianos, seleccionada con el mismo mimo que ponen en sus masas. No buscan grandes marcas, sino pequeños productores con alma. “Queremos que cada vino tenga carácter, que quien lo pruebe descubra algo nuevo”, explica Arturo. Son vinos que cuentan historias, que prolongan la conversación, que acompañan sin imponerse. Y, como colofón, el tiramisú artesanal. Preparado cada día, con ingredientes frescos y sin artificios, es más que un postre: una despedida dulce, sin fuegos artificiales, pero que deja huella. “Hay quien viene solo por él”, confiesan entre risas.
Nuevo proyecto dedicado a los bocadillos de pescado y fritura tradicional
Hoy, con el local consolidado y una clientela que los arropa, Arturo y Alessandro continúan mirando hacia el futuro con la misma filosofía que los vio nacer. Su nuevo proyecto, Frysh, en el barrio de la Barceloneta, rinde homenaje a otro clásico italiano: los bocadillos de pescado y la fritura tradicional. Es una propuesta diferente, pero con la misma esencia: honestidad, sencillez y pasión.

Un lugar donde el tiempo se detiene entre masas, vinos y sonrisas
Ottantotto es, en definitiva, una historia de agradecimiento, autenticidad y comunidad. Un lugar donde el tiempo se detiene entre masas, vinos y sonrisas. Donde cada cliente importa y cada pizza lleva impresa una intención: recordar que el éxito, a veces, está en lo más simple —hacer las cosas con amor y hacerlo bien—.
Lecciones de Vanguardia
Arturo Regueira, socio fundador de pizzería Ottantotto
“Invertir en el equipo. En nuestro sector, el servicio y la atención son el corazón del negocio. Tener un equipo motivado y bien formado marca la diferencia”.
“Equivocarse forma parte del camino. Los errores enseñan más que los éxitos si los analizas y corriges rápido. Lo importante es no perder la motivación”.

