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Historias de éxito

Héctor Fernández, pintor y creador digital: “Tengo el placer de conocer en persona a la gran mayoría de mis clientes y, para mí, este es el mejor de los premios”

Arte

Su estudio-galería en el centro de Barcelona combina treinta años de pintura, encargos a medida y obra digital creada con realidad virtual

Héctor Fernández en su estudio-galería del centro de Barcelona

Héctor Fernández en su estudio-galería del centro de Barcelona

En la calle General Álvarez de Castro, junto al Mercat de Santa Caterina, a escasos metros de la Catedral de Barcelona y los museos Picasso y Moco, se encuentra un estudio de pintura que funciona como taller, galería y punto de encuentro para amantes del arte. Es el estudio de Héctor Fernández, pintor barcelonés que cuenta con más de tres décadas dedicado a la creación plástica. Entre lienzos, bocetos y pantallas recibe con los brazos abiertos a vecinos, coleccionistas internacionales y visitantes atraídos por la vitalidad creativa del lugar.

Su historia empieza mucho antes de abrir su estudio en el corazón de Barcelona. “Vengo de una familia dedicada a las artes plásticas, para mí dibujar y pintar era lo normal en mi casa”, recuerda Héctor Fernández, hijo de un destacado autor de Cómics de los años 80 que publicó en Europa y EE. UU. Sin duda, la influencia de ese caldo creativo en casa marcó el destino de Héctor, que estudió Bellas Artes y se licenció en 1994 en la especialidad de pintura.

Muestra de la diversidad técnica del artista, que integra obra pictórica y creaciones digitales
Muestra de la diversidad técnica del artista, que integra obra pictórica y creaciones digitales

Un año después empezó su trayectoria como pintor profesional. Pasó alrededor de diez años trabajando en el estudio familiar, desarrollando su propio lenguaje pictórico y participando en sus primeras exposiciones. Primero llegaron las muestras colectivas y, con el tiempo, las galerías de Arte empezaron a confiarle exposiciones individuales. Aquella etapa le enseñó el ritmo del mercado del Arte, la importancia del vínculo con los galeristas y también sus límites y reglas.

Tras la crisis del 2008, Héctor decidió tirarse a la piscina y abrir su propio estudio en el 2009. El primer local era un espacio pequeño, en una calle estrecha y oscura, allí estuvo diez años combinando dos actividades complementarias: impartiendo clases de dibujo y pintura y vendiendo sus obras. A base de trabajo y perseverancia, exposiciones y encargos, logró dar el siguiente salto y mudarse a un segundo local, esta vez mejor ubicado, con más luz y mejores condiciones. Sin embargo, al cabo de cinco años y por requerimiento del propietario tuvo que dejar el local, el golpe fue duro. La búsqueda de un nuevo espacio acabó en su actual estudio/galería, mejor situado y con más superficie de exposición.

Siempre he estado rodeado de lápices y pinturas. Para mí el dibujo y la pintura son una actividad vital, vengo de una familia dedicada a la creación artística

Su estudio está abierto al público y sus singulares creaciones que tapizan las paredes y el mobiliario tienen precios pensados para todos los bolsillos. “Creo que el arte tiene que ser accesible a todo el mundo”. En lo artístico, Héctor Fernández se define como un pintor ecléctico. No le gustan demasiado las etiquetas, pero reconoce que trabaja con temáticas, técnicas y formatos diversos. Además de su obra personal, realiza dibujo y pintura por encargo para particulares y coleccionistas de arte.

El estudio de Héctor Fernández cuenta  con distintas piezas del artista, un recorrido donde se mezclan color, volumen y exploración digital
El estudio de Héctor Fernández cuenta  con distintas piezas del artista, un recorrido donde se mezclan color, volumen y exploración digital

Con los años su clientela se ha hecho internacional. Vende sus trabajos a personas de Barcelona y a turistas amantes del arte del norte de Europa y Estados Unidos. “Tengo clientes de todo el mundo y me hace especial ilusión cuando vuelven a Barcelona y pasan por el estudio de nuevo. Siempre les pido que me manden fotos de los cuadros colgados en sus casas; son como mis hijos, ver que están bien cuidados no tiene precio” comenta Fernández.

Su trabajo ha viajado también a través de galerías de arte de todo el planeta. A raíz de un cliente galerista sueco surgió una exposición en Suecia y una relación profesional que se ha convertido en amistad. En paralelo, ha participado en muestras y ferias en Europa y Estados Unidos y próximamente tendrá piezas en una exposición colectiva en una galería de arte en Dubai. “Estoy acostumbrado a gestionar expectativas y sé que en el mundo del arte nada está garantizado”, reconoce.

Cada cambio de local ha sido fruto de mucho esfuerzo, pero también ha significado un paso adelante: Más visibilidad, más público y más estabilidad

Más allá de la pintura, el artista siempre tuvo curiosidad por la creación digital y el tratamiento de imágenes con ordenador, pero fue 2020 cuando lo que empezó siendo un juego acabó formando parte de su trabajo, se compró unas gafas de realidad virtual y descubrió aplicaciones que le permitían modelar escenas en 3D, donde también podía introducir sus dibujos y pinturas. Se abría una nueva puerta a la imaginación y desde entonces compagina la creación plástica con un trabajo digital elaborado y con un alto contenido conceptual y sin usar Inteligencia Artificial.

“Creo escenarios virtuales imaginarios, situó personajes, los ilumino, texturizo y busco la composición que deseo, la fotografío y la convierto en una obra que luego imprimo en papel, aluminio y otros soportes”, explica el artista. Este enfoque le ha llevado a exponer arte digital en Barcelona y, próximamente, en Europa.

Fachada del estudio/galería de Héctor Fernández, en la calle General Álvarez de Castro de Barcelona
Fachada del estudio/galería de Héctor Fernández, en la calle General Álvarez de Castro de Barcelona

Para Fernández, la pintura suele ofrecer una lectura más directa, mientras que el arte digital deja paso más amplio a la interpretación del espectador. Esa dualidad le permite conectar con públicos diversos: coleccionistas tradicionales, personas atraídas por la tecnología y un público joven, a menudo extranjero, que se siente más próximo a los lenguajes visuales contemporáneos.

Mirando hacia adelante, su horizonte pasa por seguir consolidando este doble camino, ampliar su presencia internacional y mantener su estudio como centro físico de su actividad creativa. Quiere que quien entre en el local encuentre siempre algo nuevo, ya sea un cuadro recién terminado, un encargo en proceso o una impresión digital que todavía conserva ecos del espacio virtual donde nació.

Lecciones de Vanguardia

“Una carrera artística necesita tiempo y perseverancia. Hoy mucha gente joven quiere resultados inmediatos, pero un oficio creativo se construye a lo largo de los años”.

“Haz aquello que te gusta por encima de todo y acepta que al principio tendrás que compaginarlo con otras cosas. Si eres constante y no te rindes, al final el trabajo acaba dando sus frutos”.

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Teléfono: 931 173 910