El 1 de octubre de 2025, el mundo se vistió de gala y también de preocupación. En París, la Semana de la Moda brilló con la elegancia de la colección primavera-verano 2026 de Dior. Las modelos desfilaron con diseños que evocaban frescura y ligereza, como si anticiparan los días cada vez más cálidos que se avecinan. La moda, como reflejo de la sociedad, parece adaptarse a un clima que ya no es el de antes.
Mientras tanto, en los Alpes suizos, una imagen mucho más silenciosa pero poderosa captó la atención: dos turistas observaban el glaciar del Ródano, que se derrite lentamente en su lago glaciar. Esta escena, tomada en Gletsch, es un recordatorio visual del impacto del cambio climático. Los glaciares suizos, como muchos otros en el mundo, están desapareciendo a un ritmo alarmante debido al aumento de las temperaturas.
En Hong Kong, el cielo nocturno se iluminó con fuegos artificiales durante las celebraciones del Día Nacional de China. Aunque la alegría llenó las calles, el calor persistente en la región ha sido tema de conversación, con récords de temperatura que afectan la vida diaria de millones.
En Yakarta, Indonesia, se llevó a cabo una ceremonia solemne para conmemorar el aniversario de las Fuerzas Armadas Nacionales. Bajo un sol intenso, los preparativos para el 80.º aniversario reflejan no solo el orgullo nacional, sino también los desafíos logísticos que trae consigo el calor extremo en eventos al aire libre.
En Rabat, Marruecos, jóvenes salieron a las calles en protestas anticorrupción, exigiendo reformas en educación y salud. En medio de su lucha, también enfrentan temperaturas elevadas que agravan las condiciones de vida, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas.
Este día nos deja imágenes que hablan de moda, tradición, celebración y protesta, pero también de un planeta que cambia. El calor no solo se siente en la piel, sino que se ve en los glaciares que se derriten, en las calles que hierven de actividad, y en los gestos de quienes buscan un futuro más justo y sostenible.

















