El alto el fuego en Gaza ofrece un respiro frágil. Mientras los palestinos caminan de regreso a sus hogares, las fuerzas israelíes se retiran de algunas posiciones, cumpliendo con el marco de un acuerdo que, se espera, libere a más rehenes. Es una pausa necesaria, pero la imagen de Tel Aviv con carteles de los cautivos nos recuerda la tensa realidad.
Lejos de allí, el mundo sigue en ebullición. En Myanmar, los niños estudian en búnkeres bajo la amenaza de ataques aéreos, mientras que, en Colombia, la violencia de los disidentes de las FARC deja hogares en escombros. Incluso la economía siente el peso de la política: los aranceles han golpeado duramente al vasto sector textil de la India.
Desde Glasgow, donde Lewis Ferguson celebra un gol, hasta Pyongyang, donde se conmemora la fundación del partido; la vida, con sus alegrías y conflictos, no se detiene. Este día es un recordatorio de que la paz, cuando llega, es a menudo un privilegio momentáneo.






































