Al igual que sucede con la herencia de Prince, el reparto de la del gran campeón de boxeo Muhammad Ali podría ser complicado, sobre todo si se confirma que, al igual que el músico, el deportista no dejó testamento, extremo este aún no aclarado. De hecho, desde el día siguiente del fallecimiento del púgil el pasado 3 junio ya comenzaron a aparecer rumores de tensiones y pugnas familiares por su herencia, que la revista Forbes ha calculado en unos 45 millones de euros, pero que otras fuentes estiman cercana a los 65 millones.
En principio, tendrían derecho a la herencia su viuda, Yolanda Lonnie Williams, con la que estuvo casado 30 años, o sea desde 1986 hasta su muerte; los siete hijos –seis biológicos y uno adoptado– que tuvo con sus cuatro esposas y las dos hijas reconocidas fruto de dos de sus varias relaciones extramatrimoniales. Pero, como mínimo y por lo que se sabe hasta ahora, también van a intentar quedarse con un pedazo de ella su único hermano, Rahaman Ali, y la que bien pudiera ser una hija secreta, Kiiursti Mensah Ali.
Además de su parentesco, Rahaman Ali aduce que bastantes años atrás su hermano le dijo que había creado un fondo fiduciario para mantenerle después de su muerte. Al parecer, Rahaman vive poco menos que en la indigencia y hacía años que apenas tenía relación con Muhammad Ali. En el 2013 acusó de todo ello a la viuda del boxeador: “Ella es la que nos ha separado. Si él supiera cómo estoy viviendo se enfadaría mucho, se divorciaría. Si tuviera todas sus facultades mentales en su sitio, me cuidaría, yo estaría viviendo en una mansión”.
Curiosamente algo muy similar ocurre con Muhammad Ali jr., de 44 años, único hijo biológico del boxeador, nacido de su segundo matrimonio, que llevaba los dos últimos años sin hablar siquiera con su padre, aunque asegura que intentaba contactar con él. “Comenzó ya a desaparecer de mi vida en el momento en que se casó con Lonnie –afirmó en una entrevista con el New York Post–. Los viajes para verme se interrumpieron de repente. Ella me dijo una vez que no podían permitirse venir a visitarme. ¿Cómo puede ser que es hombre tan importante a escala mundial, con todo el dinero que ganó, no pudiera permitirse viajar?”. Al igual que su tío Rahaman, Muhammad Ali jr. está sin trabajo y malvive en un pequeño piso junto a su esposa y sus dos hijos. Kiiursti Mensah Ali, de 35 años, que precisamente dice mantener una buena relación con Muhammad Ali jr., también señala a Lonnie Williams como la mala de la película. Su madre, Barbara Mensah, ha sostenido siempre que su hija fue fruto de su relación con Muhammad Ali, que se prolongó por varios años. Existen numerosas fotos de ella acompañando al boxeador –incluso una publicada en la revista Life–, y ella hasta afirma que tiene una prueba de ADN que corroboraría lo que dice. Según Barbara Mensah, durante los primeros años de vida de su hija el boxeador las visitaba periódicamente en secreto, pero todo eso terminó a partir de que se casara en 1986 con Lonnie Williams, a la que acusa también de no dejar que ni ella ni su hija acudieran al funeral del boxeador.
Con bien ganada fama de mujeriego, en 1964 Muhammad Ali contrajo su primer matrimonio con Sonji Roi. Se divorciaron en enero de 1966, ya que al parecer ella no aceptaba los preceptos del islam. No tuvieron hijos. En agosto de 1967 se casó con Khalilah Boyd, de 17 años. Tuvieron a Maryum (48), las hermanas gemelas Jamilla y Rasheeda (46) y a Muhammad Ali jr. (44). Se divorciaron en 1976 y ese mismo año se casó con Veronica Porsche, con la que tuvo dos hijas, Hana (40) y Laila (39). Esta última fue la única integrante del clan que también practicó el boxeo. En 1986, meses después de su tercer divorcio, contrajo matrimonio con Yolanda Williams, a quien había conocido desde su infancia. Ambos adoptaron a un niño, Assad, hoy de 25 años. Las dos hijas extramatrimoniales reconocidas por el boxeador son Miya (44) y Khaliah (42).