Al Rey le gusta esquiar y cuando puede se desplaza a alguna estación española para, junto a un grupo de amigos, disfrutar de la nieve y, de paso, apoyar con su presencia a ese sector del turismo de invierno. Este fin de semana la estación elegida ha sido la de Formigal-Panticosa, situada en el Pirineo Aragonés (Huesca), y hace dos semanas estuvo en la Valdelinares, en la sierra de Gúdar (Teruel), ambas gestionadas por el grupo Aramón, al igual que Cerler y Candanchú. La reina Letizia, recién llegada de su viaje de cooperación a Cabo Verde se ha quedado en Madrid.
El fin de semana del 15 de febrero, la estación elegida fue la de Baqueira (Vall d'Aran, Lleida), en el Pirineo catalán, que durante años fue el destino único de la familia real para las vacaciones de invierno.
Felipe VI ha llegado a Formigal esta mañana y, de inmediato, enfundado con la equipación adecuada, pantalones, anorak de la firma Descente en tonos grises y negro, con detalles rojos, además de las botas rojas, guantes blancos, el casco, las gafas y los esquíes, se ha dirigido a las pistas, a pesar de que el fuerte viento ha obligado a cerrar algunas zonas.

El Rey, este sábado, en la estación de esquí en Formigal
Durante su estancia en las pistas, el Rey ha estado acompañado por el presidente ejecutivo del grupo Aramón, Antonio Gericó, además de las personas que le han acompañado desde Madrid. Aramón es una sociedad anónima participada a partes iguales por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, que gestiona la mayoría de las estaciones de esquí aragonesas como Cerler, Panticosa y Formigal en el Pirineo, y Javalambre y Valdelinares, en el Sistema Ibérico turolense.
De acuerdo con una nota de prensa, hecha pública por la empresa que explota la estación de Formigal, la presencia del Rey en la zona refuerza la proyección del sector de la nieve como un motor económico esencial para Aragón, donde representa un 7% del Producto Interior Bruto. Además de atraer visitantes, la actividad en las estaciones de esquí genera empleo, dinamiza los valles del Pirineo y fomenta el desarrollo social y económico del entorno.
Además de esquiar, como ya hizo en anteriores visitas en el Valle de Tena y también en otras estaciones, el Rey además de disfrutar de la nieve, aprovecha su estancia para conocer la oferta gastronómica en diferentes restaurantes locales, a los que, lógicamente también da visibilidad la presencia real.