“Acoso” e “intimidación”. El príncipe Enrique es objeto de graves acusaciones lanzadas el domingo por la presidente de una organización benéfica en África que él fundó y de la que recientemente se distanció, en un contexto de conflicto interno.
El hijo menor del rey Carlos III era hasta esta semana padrino de la oenegé Sentebale, uno de los raros compromisos caritativos que mantenía tras su explosiva ruptura con la monarquía británica en 2020 y la pérdida de sus patrocinios reales.
El martes, sin embargo, anunció, “con gran pesar”, que renunciaba a esta función, en un contexto de conflicto interno entre los administradores y la presidenta del consejo de administración, Sophie Chandauka, nombrada en 2023.
Chandauka señala que “había una cultura de silencio” dentro de la organización
En una entrevista concedida el domingo al canal Sky News, Chandauka atacó directamente al príncipe, acusándolo de haber hecho todo lo posible para obligarlo a abandonar su puesto en la organización.
“Lo que el príncipe Enrique quería hacer era expulsarme y duró meses. Duró meses, en forma de intimidación, acoso”, dijo, asegurando “que tenía pruebas sobre este tema”.
Según Chandauka, acusada de mal gobierno por parte de la junta directiva, había una cultura de “silencio” dentro de la organización, y los miembros de la junta dudaban en hablar en contra del duque de Sussex o simplemente hablar de temas complejos.
También se refirió a la decisión del príncipe Enrique de llevar un equipo de filmación de la plataforma Netflix, con el que firmó un contrato muy lucrativo, o a la recaudación de fondos de la organización benéfica el año pasado.