La princesa Marta Luisa de Noruega compró una casa en Bærum, a pocos kilómetros de Oslo, seducida por la naturaleza que la rodeaba y no dudó gastar más de 1,5 millones de euros para hacer realidad su sueño, aunque según se conoce ahora puede acabar siendo una pesadilla.
Según la prensa noruega, desde la entrega de llaves no se ha instalado ningún mueble y la residencia es ahora objeto de una disputa en los tribunales. Según VG, la esposa de Durek Verrett ha demandado la antigua propietaria de la casa y le exige “una reducción de precio después de la compra del inmueble”, algo que se dirimirá durante dos días en el Tribunal de Distrito de Asker y Bærum durante el mes de noviembre. La anterior propietaria es Karin Hindsbo, directora de la Tate Modern de Londres, quien dirigió el Museo Nacional de Noruega hasta el 2023.

La princesa Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek Verrett en Alesund un día antes de su boda.
Meses después de hacerse con la propiedad de la casa, la hija del rey Harald V solicitó los trámites pertinentes a su demolición y la construcción de una nueva casa más grande, pero esa solicitud que fue rechazada. El municipio de Bærum estaría cerrado temporalmente a la construcción “hasta que se finalicen las regulaciones detalladas” por las administraciones, revelaron medios locales.
La solicitud de la princesa podría ser revisada nuevamente en el 2026 después de la presentación de otro plan de zonificación para el distrito, pero parece que esos tiempos no encajan en los planes de Marta Luisa o, al menos, no fue informada de ello por el anterior propietario.
La boda de Marta Luisa con el chamán Durek Verrett en un hotel del fiordo de Geiranger se predecía el suceso más controvertido de los Glücksburg en el 2024 por las múltiples problemáticas que generó el aterrizaje de Verrett en la familia hasta que estalló el caso de Marius Borg. Las fantásticas declaraciones de Verrett, por ejemplo, acerca de los enfermos de cáncer y la Covid-19, ha generado polémicas a la casa real noruega.