Hansi Flick es uno de los protagonistas de este viernes. Junto a sus jugadores, el entrenador del Barça ha devuelto la ilusión a la afición culé al proclamarse campeón de la Liga. Más allá de su faceta como técnico del equipo, el alemán tiene una discreta vida personal a la que da mucho valor.
Hans-Dieter Flick nació hace 60 años en la ciudad germana de Heidelberg. Para él, las victorias y los logros no están por encima de su vida familiar. Casado con Silke desde hace más de 40 años, es padre de dos hijas, que le han dado cuatro nietos. A Flick le encanta jugar a Lego con sus nietos.
La pareja hace unos años
Destaca su conmovedora historia de amor con su esposa. Se conocieron siendo adolescentes: él tenía 18 años y ella, 15. Fue un flechazo en toda regla. En 1987 pasaron por el altar, por lo que llevan casados casi cuatro décadas casados.
Su vida como futbolista profesional se vio truncada antes de tiempo por una inoportuna lesión. En ese momento, corría el año 1995, el matrimonio abrió una tienda de deportes, la Hansi Flick Sport und Freizeit, en su ciudad natal de Bammental, una comunidad cerca de Heidelberg, que se mantuvo abierta hasta el 2017. Por ese entonces, él ya era entrenador de futbol. Su mayor momento de gloria llegó en el 2021, cuando ganó de una tacada con el Bayern de Munich las seis competiciones que disputaba: Bundesliga, Copa, Champions League, Supercopa de Alemania, Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes.
Hansi y Silke son padres de dos hijas, Hannah, de 36 años, y Kathrin, de 34, quienes los han convertido en orgullosos abuelos de cuatro nietos
Hansi y Silke son padres de dos hijas, Hannah, de 36 años, y Kathrin, de 34, quienes los han convertido en orgullosos abuelos de cuatro nietos. Pero no todo ha sido fácil en esta familia. En el 2010 a Silke le diagnosticaron cáncer de mama, un proceso muy duro que marcó profundamente la personalidad del que fuera seleccionador alemán del 2021 al 2023. Él mismo habló abiertamente sobre este tema en su libro En este momento: sobre el éxito, la belleza del juego y lo que realmente cuenta en la vida.
“Tuve miedo de una forma que nunca antes había sentido. En esa época tuve el apoyo incondicional de la Federación Alemana de Fútbol y pude retirarme por un tiempo”, señalaba en esas páginas sobre cómo afrontaron aquella etapa. “Admiro a mi mujer por la fuerza y la calma interior con la que dominó una situación tan complicada”, subrayó al hablar de la personalidad y el poder de resiliencia de su esposa. “Yo me metía en la cama con lágrimas en los ojos mucho más a menudo que ella”, confesó.
Hansi Flick, el jueves por la noche en el RCDE Stadium
Sin embargo, afirma que esta etapa de su vida “le enseñó humildad y gratitud”. Ver reflejada la muerte y la propia fugacidad cambia algo en uno, dice el entrenador blaugrana. “Cegamos la muerte, a menudo con habilidad. Sin embargo, según mi experiencia, afrontar el hecho de que no estaremos aquí para siempre conduce a un modo de vida más consciente. Hay cosas más grandes e importantes que el fútbol”, sentenciaba en un texto cargado de emoción.
Esta experiencia extrema lo cambió. “Desde esta etapa de mi vida veo los encuentros y las relaciones interpersonales desde una perspectiva diferente y nunca los doy por sentado”. Y asegura que ya no se toma las derrotas deportivas como algo tan personal y sabe sobreponerse a la presión.