“Por la gracia de Dios, el coraje del Presidente Trump, la compasión de Alice Johnson, la integridad de Ed Martin, y la fuerza de la administración Trump—hicimos lo imposible”, escribió este pasado miércoles en sus redes sociales la actriz norteamericana Savannah Chrisley a las puertas de la prisión donde sus padres han pasado los últimos dos años desde que fueran condenados por fraude fiscal en 2022.
Todd y Julie Chrisley, una pareja muy conocida en Estados Unidos por su participación en el programa de telerrealidad Davidsons: Una Vida de Lujo, eran finalmente indultados por el mandatario estadounidense, tras cumplir solo dos años de su condena tras haber cometidos varios delitos relacionados con fraude bancario y evasión de impuestos, que llevaron al matrimonio a perpetrar diversas estafas a varias entidades financieras por una suma superior a los 30 millones de dólares.
Durante el juicio, Todd, de 56 años, fue sentenciado a una pena de 12 años de cárcel, mientras que su esposa Laura (52) a siete. Sin embargo, fue finalmente este pasado miércoles cuando ambos obtenían su libertad definitiva al quedar libre de cargos gracias a la intervención del líder estadounidense.
Todd y Julie Chrisley en el reality de televisión 'Chrisley Knows Best'
A las puertas de la prisión federal de Pensacola (Florida), era la propia Savannah, firme defensora del mandatario, tras su apoyo al republicano durante la carrera presidencial, e intérprete conocida por películas comerciales como Sharknado, quien reveló que durante la mañana de ese mismo día, Trump la había llamado personalmente para informarle sobre la decisión en relación a sus progenitores. “Realmente se han presentado y han analizado este caso con lupa, y han visto la corrupción”, aseguró entusiasmada a los micros del portal TMZ .
Este perdón desde la Casa Blanca no ha tardado demasiado tiempo en convertirse en objeto de críticas en distintos ámbitos norteamericanos, donde se ha cuestionado el uso del indulto como una herramienta para beneficiar a personajes públicos cercanos políticamente al líder republicano.
La analista política Clara Méndez ha tachado el hecho de “poco ético”, calificándolo como un ejemplo claro de “prácticas corruptas” y advirtiendo sobre “el riesgo de que este tipo de decisiones se conviertan en algo común”.
