Christina Ochoa, la actriz que susurra a los tiburones: “Se comunican con nosotros”

Familiar del premio Nobel

La intérprete, con carrera en Estados Unidos, se estrena en el cine español junto a Jaime Lorente

Christina Ochoa

La actriz se ha labrado una carrera artística en Estados Unidos, donde ya vivió junto a sus padres

Bernardo Doral/BOSS

Su primer amor fue la ciencia, confiesa Christina Ochoa haciendo honor al apellido de su tío bisabuelo Severo y que también lleva su padre, el escultor Víctor Ochoa. Dispuesta a seguir los pasos del premio Nobel en el mundo académico, estudió Ingeniería Oceanográfica en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Biología Marina Avanzada en la Universidad James Cook de Australia. Hasta que, sin proponérselo, otro mundo, el de la interpretación, se cruzó en su camino. Y ella, cuyo leitmotiv gravita entorno a “haz lo que te haga feliz”, se dejó llevar por esta nueva pasión. 

Se formó y probó suerte como actriz en España, donde participó en series como La que se avecina . No obstante, decidió cruzar el océano que tanto le apasiona para instalarse en Los Ángeles, atraída por las oportunidades que ofrece la meca del cine. La apuesta resultó ser ganadora. Ochoa se ha labrado una reconocida carrera como actriz en Estados Unidos, donde ha participado en series de éxito como Animal kingdom o Promised land.

Pero “la tierra tira mucho”, comenta, y, cumplidos los 40, ha regresado a España para protagonizar la película La silla junto a Jaime Lorente, que se casó el pasado 7 de junio con su pareja, Marta Goenaga. “Menuda luna de miel se está llevando”, ríe Ochoa. Ambos se encuentran en estos momentos rodando en Canarias bajo las órdenes de Ángel de la Cruz. 

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Christina Ochoa y Jaime Lorente en el rodaje de 'La silla'

REDACCIÓN / Terceros

“Me daba mucha pena no trabajar en España y estoy encantada de poder salir del rodaje y estar con mis seres queridos”, explica para Guayana Guardian . Al tratarse de un thriller psicológico basado en el best seller de David Jasso, el rodaje “está resultando intenso”, asegura. Aunque, para compensar, también hay muchos momentos de distensión en el plató. “Jaime es un máster de la comedia y hay mucha alegría, muchas risas, para intentar salir del estado emocional que requiere una película como esta”.

Sobrina bisnieta de Severo Ochoa, compagina su vida de actriz con la protección de los océanos

La intérprete está aprovechando su estancia en Canarias para revivir su época universitaria. “No había vuelto desde entonces y me hace muchísima ilusión dar unos cuantos paseíllos por la facultad, por el campus y sacar fotos. ¿Cuántas veces podemos volver a retomar esos momentos y revisitarlos veinte años después?”, reflexiona. Experta en buceo, Canarias también es un caramelo para la bióloga marina, dispuesta a sumergirse en sus aguas para observar “las reservas que hay por aquí, bonitas, fértiles y tan llenas de vida…”, valora.

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Christina Ochoa es una submarinista experimentada

REDACCIÓN / Terceros

Ochoa no se ha desvinculado de su formación académica y actualmente colabora con diversas organizaciones de protección marina que se mueven tanto en el ámbito científico como político. “La vida del actor puede volverse bastante egocéntrica y narcisista porque estamos muy pendientes de nosotros mismos. Por eso, es muy importante tener un propósito externo. El mío es el mar”, razona.

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Christina Ochoa nadando entre tiburones

REDACCIÓN / Terceros

Y también los tiburones. Trabaja para protegerlos y se la puede ver a menudo nadando junto a ellos. “Están muy mal entendidos por la mayoría de la gente, vilificados a nivel cultural y social. Entiendo el porqué. Pero no existe un depredador de ese calibre que te permita estar en su hábitat”, defiende. “Son increíblemente intuitivos y responden a la comunicación no verbal. Cuando buceamos, nos comunicamos con ellos o, más bien, ellos se comunican con nosotros”, asegura.

No ha tenido la ocasión de hablar con Steven Spielberg sobre la película que ahora cumple 50 años, pero revela que, aunque parezca paradojal, gracias a ella decidió hacerse bióloga marina. “Tras el impacto del filme, el autor de la novela en que se basa, Peter Benchley, dedicó el resto de su vida a la defensa de los tiburones”, apunta.

Ochoa, que se considera “multidisciplinar”, reconoce que con tantos proyectos entre manos no tiene tiempo para mucha vida social, “solo para dormir”, bromea. Miembro de Mensa, una asociación internacional de personas de alto cociente intelectual, confiesa que “todo tiene un precio, y este afán de mantener 85 platos en el aire a la vez impide que sea capaz de destilar quién soy o qué quiero hacer”. De momento, tiene claro que quiere seguir actuando en España y ya tiene en mente un par de proyectos. Incluso uno con el que, por fin, “podría unir mi vida científica, los tiburones y mi vida artística”. La cuadratura del círculo.

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