Carlos Sobera, 64 años, sobre el momento más angustioso de su matrimonio con Patricia Santamarina: “Lo pasé fatal pensando que podía morir, había una incertidumbre total”

Angustia y esperanza

El presentador de Telecinco rememoró en una entrevista uno de los episodios más duros de su vida personal, cuando su esposa sufrió un derrame cerebral, y habló también sobre el inicio de una relación que ya cumple más de dos décadas

Carlos Sobera y Patricia Santamarina durante una escapada a Lisboa.

Carlos Sobera y Patricia Santamarina, durante una escapada a Lisboa.

Instagram

En la vida de Carlos Sobera, hay momentos que no se graban ante cámaras, ni se celebran con aplausos. Instantes en los que el escenario es un hospital, el guion lo marca la incerteza y el papel protagonista termina por desempeñarlo el miedo. Fue en 2019, cuando su mujer, Patricia Santamarina, sufrió un derrame cerebral, y él vivió una de sus etapas más sombrías. “Esos primeros momentos, esas 24/48 horas en las que había una incertidumbre total sobre el estado de salud de Patricia. Yo lo pasé fatal, pensando que podía morir”, declaró en una entrevista con la revista Lecturas publicada en 2024.

Con la serenidad que ofrece el tiempo —y la fortuna de haber salido adelante—, el conductor de Todos por ti, el concurso que Telecinco ha comenzado a emitir tras meses guardado en el cajón, compartió cómo vivió aquellas horas suspendidas entre la esperanza y el temor. “Son momentos muy duros”, refirió al respecto, reconociendo que, aunque intentaba mostrarse optimista por fuera, por dentro “está uno muy fastidiado”. Palabras de alguien que no acostumbra a desnudarse emocionalmente ante los medios, pero que por una vez no tuvo reparo en hacerlo en canal. Con la verdad por delante.

“La felicidad fue absoluta”

El bache de salud de Patricia que cambió su manera de mirar la vida

Aquel bache de salud, según explicó el presentador vasco, marcó un antes y un después. “Una vez que esa incertidumbre desapareció porque estaba claro que iba a sobrevivir al derrame cerebral masivo, la preocupación era importante pero menor. Pensábamos en las secuelas que le podían quedar, pero por lo menos estaba viva”, expuso en la citada publicación. La voz calmada con la que ahora lo recuerda contrasta con la angustia de entonces, cuando se vio envuelto una prueba de fuego para una relación consolidada, que en realidad salió aún más fortalecida de tan dura sacudida vital.

Y no solo se libraron del peor desenlace, sino que la dicha se impuso en el final. “Desapareció ese problema y la felicidad fue absoluta”, afirmó. Ni secuelas ni cicatrices visibles, aunque las emocionales tardaran algo más en sanar. “Se te pasan por la cabeza las peores ideas. Aunque te pongas alegre y optimista, e intentas transmitir buen rollo, por dentro está uno muy fastidiado”, confesó, dando voz a ese tipo de sufrimiento silencioso que tantas veces acompaña a los familiares de un paciente crítico.

Carlos Sobera y Patricia Santamarina en su boda en Tulum.

Carlos Sobera y Patricia Santamarina en su boda en Tulum.

Instagram

“Ella me evitaba”

Un flechazo tardío tras un comienzo en silencio

En su charla con Lecturas, el conductor de Supervivientes también rememoró con una sonrisa cómo fueron los primeros compases de su historia de amor. “Antes de conocernos en 2004, en 2002 los dos coincidimos haciendo la gala de Míster España en Telecinco. Ella dice que, siempre que podía, me evitaba para no coincidir conmigo. Y lo hizo muy bien porque yo ni siquiera sabía de su existencia en aquella gala”, recordó divertido. Pese a ese inicio digno de película muda, el flechazo llegó con fuerza.

“Creo que fue un flechazo increíble que tuvimos los dos desde el primer día que nos vimos”, expresó. Desde aquel instante en que la reconoció como “la mujer de su vida”, como él mismo la describe tras tantos años juntos, todo avanzó con rapidez. “Tardamos muy poco en empezar a salir y, desde entonces, veinte años pegaditos el uno al otro”, celebró, con el orgullo sereno de quien ha sabido construir a fuego lento una vida compartida.

Ahora, tras cerrar su etapa en las galas especiales de Tierra de Nadie y volcado en su nuevo proyecto, Sobera encuentra en su familia el eje que da sentido a todo. Agradecido porque “no le haya quedado ninguna secuela” a su esposa y feliz de seguir caminando juntos, el presentador demuestra que, más allá de los focos, hay batallas que se libran en silencio. Y alegrías que merecen ser contadas.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...