Mónaco fue testigo un año más durante la noche de este pasado sábado de su tradicional Gala de la Cruz Roja donde figuras destacadas de la realeza, el arte, el deporte y el espectáculo se han dado cita en su 76ª edición por una causa benéfica con más de siete décadas de historia y que representa una tradición arraigada en el Principado desde que fue impulsada por el príncipe Rainiero y Grace Kelly en 1948.
El evento, que tuvo lugar en el Sporting Monte-Carlo, se ha consolidado como una de las citas más importantes del calendario social europeo. Presidido por el príncipe Alberto II y la princesa Charlène, tuvo su inicio pasadas las 20:00 horas con una recepción y una cena bajo las estrellas.

El príncipe Alberto II y la princesa Charlène durante la 76ª edición de la Gala de la Cruz Roja en Mónaco
El menú de la velada corrió a cargo del chef Thierry Saez Manzanares junto al equipo de Monte-Carlo Société des Bains de Mer y se sirvió en un espacio cuidadosamente ambientado con centros de anturios rojos, emblema de la Cruz Roja y la iluminación del salón, cuidadosamente diseñada, que destacó el ambiente de exclusividad que caracteriza esta cita anual. Finalizada la cena, tuvo lugar la tradicional tómbola benéfica, en la que se sortearon obsequios ofrecidos por reconocidas firmas de lujo y fue conducida por la bailarina Aurélie Dupont y el periodista francés Harry Roselmack.

Camille Gottlieb, sobrina del príncipe Alberto y miembro activo de la Cruz Roja Monegasca
Entre los asistentes, destacó la presencia de Camille Gottlieb, sobrina del príncipe Alberto y miembro activo de la Cruz Roja Monegasca, quien homenajeó a su abuela luciendo una versión de uno de sus vestidos más emblemáticos. También estuvieron presentes Louis Ducruet y su esposa Marie, así como personalidades como el piloto de Fórmula 1 Charles Leclerc y Alexandra Saint Mleux, o la actriz danesa Brigitte Nielsen.
La noche contó además con la actuación del cantante británico Billy Idol y la artista estadounidense Alicia Keys. Además de la música, el arte también tuvo su espacio con la presencia del escultor Bernar Venet, quien donó una de sus obras a la causa solidaria.Los fuegos artificiales lanzados desde la bahía de Montecarlo marcaron el cierre de la gala con un espectáculo visual que puso el broche de oro a la cita filantrópica.