En 2013 surfeaba en la zona, en 2014 se hizo con un vasto lote de tierras y a partir de ahí comenzó su plan. Fue la revista Wired el medio que destapó el hasta entonces plan secreto del magnate fundador de Facebook, presidente de Meta y uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo: desde 2018 al menos, estaba embarcado en la construcción de un complejo en Hawái con capacidad para autoabastecerse y con un búnker en el subsuelo. Con lo que Mark Zuckerberg no contaba es con el factor sobrenatural: parte del terreno que más recientemente ha adquirido alberga bajo su primera capa de tierra un viejo cementerio. Los nativos de Kauai han comenzado a levantar la voz por lo que creen que puede ser una agresión a su tierra sagrada.
Problema inesperado
El CEO de Meta ha añadido a su complejo otras 400 hectáreas y en ese lote se halla el cementerio ancestral
La enorme finca de Zuckerberg en 2018.
La misma finca en 2025 muestra muchas edificaciones.
De nuevo es Wired la publicación que informa sobre el asunto recogiendo el testimonio de Julian Ako: este hawaiano lleva años visitando aquellas tierras para presentar sus respetos a sus antepasados, enterrados en un terreno propiedad hoy de Zuckerberg. Comunicada la circunstancia al presidente de Meta y tras unos meses de discusión con su equipo, le fue permitido acceder al lugar. También fue aceptada la solicitud de poner un cercado sobre las tumbas, registradas ya en el Departamento de Tierras y Recursos Naturales de Hawái.
En Hawái les llaman 'iwi'
La portavoz de Zuckeberg dice que sus trabajadores están obligados a informar sobre descubrimientos de restos humanos
Así lo confirma Brandi Hoffine Barr, portavoz del magnate, que reconoció que, informados sobre la parcela de sepelio familiar en 2015, procedieron a vallarla. Añade que sus trabajadores están obligados a informar sobre descubrimientos no intencionados de iwi (restos humanos). Sin embargo… Sostiene el demandante, y no es el único lugareño preocupado, que otros enterramientos en la zona de localización menos exacta puedan ser profanados por los obreros que trabajan en la expansión planeada por Zuckerberg.
Mark Zuckerberg con su esposa, Priscilla Chan, disfrutando de Kauai (Hawái) en 2013. Un año después comenzó a comprar tierras.
Mark Zuckerberg está construyendo un complejo con búnker en Hawái
Ubicada en la finca Ko'olau Ranch de la isla Kauai y protegida por un alto muro y un nutrido equipo de seguridad, el terreno abarcaba una extensión de 570 hectáreas: Zuckerberg ha añadido otras 400 al complejo (donde se halla ese cementerio ancestral) por las que ha pagado unos 55,4 millones de euros, lo que eleva la cifra total de su inversión hawaiana a algo más de 300 millones. En ellas ha comenzado a construir más edificaciones, de 720 m2 a 1.000 m2, un tamaño casi diez veces mayor que la vivienda promedio en Hawái y cuyo fin es un enigma.
Hasta aquí, parecería el capricho de un multimillonario bien conocido por ocupar desde hace años los primeros puestos de la lista Forbes con una fortuna que actualmente se calcula en unos 217.000 millones de euros. Pero que alguien en la cima del mundo y del conocimiento social construya un búnker antinuclear en una isla apartada del mundo lleva tiempo siendo una delicatessen para los foros conspiranoicos.
