La princesa que no se creyó el cuento: Ana de Inglaterra cumple 75 años

Familia real británica

La hija de Isabel II se ha ganado el título de la Windsor más trabajadora por su labor constante sin necesidad de atención

LONDON, UNITED KINGDOM - JUNE 16: (EMBARGOED FOR PUBLICATION IN UK NEWSPAPERS UNTIL 24 HOURS AFTER CREATE DATE AND TIME) Princess Anne, Princess Royal (Colonel of the Blues and Royals) takes part, riding on horseback, in the annual Trooping the Colour Parade on June 16, 2007 in London, England. Trooping the Colour is an annual ceremony, believed to have first been performed during the reign of King Charles II. The parade marks the official birthday of the Sovereign, even though the Queen's actual birthday is on April 21st. (Photo by Max Mumby/Indigo/Getty Images)

Ana, que participa en los desfiles con rango de coronel, es una reconocida amazona olímpica. 

Max Mumby/Indigo / Getty

Heredera de la flema británica de su madre, quizá el episodio que mejor defina la fuerte personalidad de la princesa Ana de Inglaterra sea su reacción ante el intento de secuestro que sufrió en 1974 en los alrededores del palacio de Buckingham. Regresaba de una cita benéfica en coche cuando el atacante Ian Ball la interceptó y disparó contra el escolta y el conductor que la acompañaban. Apuntándola con una pistola se acercó para pedirle que saliera del coche, a lo que ella respondió: “No es muy probable” ( Not bloody likely , en inglés). Ana escapó saliendo por la otra puerta y años después contó que durante su conversación con Ball fue “escrupulosamente educada”, ya que pensó que sería “una tontería ser demasiado grosera en ese momento”.

Hoy la princesa real Ana de Inglaterra cumple 75 años siendo un claro referente dentro de la familia real británica. Su peso institucional y el volumen de actos a los que acude en nombre de los Windsor no se mide en numerosos titulares de prensa —que acaparan los miembros más jóvenes de la familia—, sino en la fiabilidad y eficacia de su trabajo durante décadas. Se ganó el título de la más trabajadora por ser la que más compromisos atiende anualmente. Su dedicación, pese a pasar desapercibida, hace que hablen de ella como la reina que no fue y que muchos británicos comparen su talante con el de Isabel II, quien con su ejemplo le enseñó que el trabajo constante es mejor aliado que los personalismos y la gesticulación.

Isabel II y la princesa Ana lucen históricas joyas durante una visita  a Austria, el 7 de mayo de 1969.

Isabel II y la princesa Ana lucen históricas joyas durante una visita a Austria, el 7 de mayo de 1969.

Getty Images

Ana ha rechazado cualquier gran celebración pública por su 75.º cumpleaños. Rehusó propuestas de retratos oficiales y entrevistas. El único reconocimiento oficial será una moneda conmemorativa emitida por la Real Casa de la Moneda británica, de cinco libras esterlinas en la que luce su rostro y el lema “Deber y devoción”. Y la cuenta de Instagram de la Familia real británica la ha homenajeado a lo largo de esta semana con imágenes y detalles sobre sus 75 años de vida. En vísperas de su cumpleaños reveló que no tiene planes de retirarse por completo de sus actividades hasta los 90 años, pero que a partir de los 80 los reducirá de forma gradual.

Es patrona o presidenta de más de 300 organizaciones, muchas centradas en la infancia, el deporte, la salud y la cooperación internacional. Destaca su implicación en Save the Children o Riders for Health, que combina su amor por los caballos con la ayuda sanitaria en países en desarrollo. En la niñez ya mostró una afinidad natural por la equitación, y más tarde fue campeona europea y la primera Windsor en competir en unos Juegos Olímpicos, los de Montreal ‘76.

Con la llegada de lady Di, la dedicación de Ana quedó eclipsada por el estilo novelero de su cuñada

Lady Di junto a la princesa durante el torneo Royal Ascot de 1986. Su verdadera relación fue un misterio.

Lady Di junto a la princesa durante el torneo Royal Ascot de 1986. Su verdadera relación fue un misterio.

Tim Graham Photo Library via Get

Con la llegada de Diana de Gales, se hicieron evidentes las diferencias de estilo entre ambas. Ana, con un carácter directo y poco dado a las veleidades, quedó eclipsada por su cuñada, quien representaba a la romántica princesa del cuento. Para destacar la labor de Ana, se le otorgó el título de princesa real en 1987, un honor que por méritos propios recibe la hija mayor del monarca inglés.

Ana recibe a Harriet Sperling, la prometida de su hijo, Peter Phillips. Junto a ellos, Zara Tindall y su marido.

Ana recibe a Harriet Sperling, la prometida de su hijo, Peter Phillips. Junto a ellos, Zara Tindall y su marido.

Getty Images

Otra muestra de la sobria personalidad de Ana fue que, siendo la primera en dar nietos a sus padres, no quiso para sus hijos ningún título real. El único escándalo que ha protagonizado hasta la fecha fue su divorcio en 1992 de Mark Phillips, con quien tuvo a sus dos hijos, Zara Tindall y Peter Phillips. Antes de acabar ese año, Ana ya se había vuelto a casar con el entonces oficial naval Timothy Laurence, su actual marido, a quien conoció mientras él servía como escudero de la reina. La boda se celebró en la iglesia de Crathie Kirk, en Escocia, donde se permite el matrimonio religioso de personas divorciadas.

Tras su divorcio de Mark Phillips en 1992, el mismo año se unió a Timothy Laurence, con quien lleva casada 32 años.

Tras su divorcio de Mark Phillips en 1992, el mismo año se unió a Timothy Laurence, con quien lleva casada 32 años.

Chris Jackson

Sus hijos le han hecho abuela de cinco. Zara, casada con el exjugador de rugby Mike Tindall, tiene a Mia (2014), Lena (2018) y Lucas (2021). Y Peter tuvo a Savannah (2010) e Isla (2012) mientras duró su matrimonio con Autumn Kelly. Próximamente, la princesa Ana volverá a ser madrina de bodas, pues su hijo acaba de anunciar su enlace con la enfermera pediátrica Harriet Sperling.

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