Así es por dentro la casa de María Jiménez en Chiclana de la Frontera, que se alquila por vacaciones: 4 estudios independientes a unos pocos minutos a pie de la playa

Fue su refugio

Un rincón lleno de color y memoria que su hijo ha abierto al público como homenaje vivo a la artista, a menos de cinco minutos del mar y en plena tranquilidad de la bahía gaditana

Vertical

Maria Jiménez en SIMOF 2019, en Sevilla.

Gtres

El próximo 7 de septiembre se cumplen dos años de su fallecimiento. María Jiménez, una de las artistas más irreverentes, libres y queridas del panorama musical español, dejó un legado que no se limita solo a sus canciones. También dejó rincones, aromas y colores. Y uno de ellos es la casa que diseñó a su medida en Chiclana de la Frontera. Un refugio gaditano que desde hace semanas ha abierto sus puertas al turismo como una invitación a conocer –y dormir– en la esencia misma de su universo.

Rodeada de vegetación y cargada de simbolismo, la vivienda, bautizada como Jacaranda, fue concebida por la cantante como espacio de reunión, fiesta y descanso. Su hijo, Alejandro, ha decidido transformar ese rincón íntimo en alojamiento vacacional, como una forma de mantener vivo el espíritu de su madre. Lo ha anunciado en redes, desde el perfil conmemorativo de la artista: “Si quieres dormir en casa de María Jiménez, es tu oportunidad”.

Así es por dentro la casa donde María Jiménez pasó sus últimos días.

Así es por dentro la casa donde María Jiménez pasó sus últimos días.

Booking

“Es una casa muy Frida Kahlo”

Con decoración explosiva, diseñada por la propia artista

La casa, ubicada en la urbanización San Andrés Golf, está compuesta por cuatro estudios independientes de unos 25 metros cuadrados. Todos con baño privado, nevera, cortinas opacas y terrazas con vistas al jardín. Las zonas comunes, entre las que destaca una cocina exterior equipada, invitan a la convivencia sin renunciar a la intimidad. Y todo ello a cinco minutos en coche de la playa de La Barrosa.

Pero más allá de la funcionalidad, lo que convierte este lugar en algo especial es su alma. Los colores vibrantes –turquesa, fucsia y rojo sangre– se mezclan con objetos personales. Fotos enmarcadas y toques kitsch que reflejan la personalidad de la intérprete de Se acabó. “Es una casa muy Frida Kahlo”, decía Alejandro en el programa Y ahora Sonsoles de Antena 3 hace unas semanas, en alusión a la estética mestiza, libre y desbordante que respira cada estancia.

Uno de los apartamentos que se oferta.

Uno de los apartamentos que se oferta.

Booking

Un jardín con memoria

La parcela de 2.000 metros alberga un estanque y rincones de evocación personal

El exterior es igual de protagonista que el interior. El jardín, que comprende unos 2.000 metros cuadrados, está salpicado de vegetación, un estanque central y espacios pensados para comer, leer o simplemente estar. Allí, donde María recibía a sus amigos entre copas y carcajadas, hoy los visitantes pueden sentarse a contemplar el atardecer andaluz con una copa de vino.

Además, para los aficionados al golf, la urbanización cuenta con un campo de 18 hoyos y posibilidad de alquilar un buggy por 30 euros. El entorno, silencioso y verde, convierte la experiencia en un retiro con carácter. Tal vez eso explique por qué, pese a las críticas puntuales sobre el mantenimiento de algunos espacios, la casa mantiene una ocupación alta y una puntuación media de 7,4 en Booking.

La zona exterior de la casa.

La zona exterior de la casa.

Booking

La gestión del legado

Alejandro Sancho está detrás del proyecto y cuida los detalles del alojamiento

Alejandro, que gestiona personalmente las reservas, no es un anfitrión al uso. En la descripción del alojamiento ha escrito: “Somos una familia humilde. Nos gusta molestar lo mínimo a nuestros invitados y hacer sugerencias de sitios donde se pueda ir a comer y disfrutar de la zona”. Su implicación va más allá del deber filial: es parte de una forma de entender el recuerdo.

Desde el fallecimiento de la artista, su hijo ha estado al frente de todos los homenajes públicos, incluyendo conciertos tributo y la creación de espacios con su nombre en Sevilla. La casa de Chiclana es solo una pieza más en ese puzle de amor. Y también, quizá, la más cercana, porque permite que cualquiera se sumerja –aunque solo sea por una noche– en el universo privado de una mujer que, ante todo, siempre será recordada por vivir a su modo y sin pedir permiso.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...