Conocida como “la chica de Yorkshire” cuando entró en la familia real británica, Katharine Lucy Mary Worsley, duquesa de Kent, ha muerto a los 92 años tras una larga enfermedad en el palacio de Kensington, según informó este viernes el Palacio de Buckingham mediante un comunicado.
“Con profundo pesar, el Palacio de Buckingham anuncia la muerte de Su Alteza Real la Duquesa de Kent. Su Alteza Real falleció pacíficamente anoche en el Palacio de Kensington, rodeada de su familia. El Rey, la Reina y todos los miembros de la Familia Real se unen al Duque de Kent, sus hijos y nietos para lamentar su pérdida y recordar con cariño la devoción de toda la vida de la Duquesa a todas las organizaciones con las que estuvo asociada, su pasión por la música y su empatía por los jóvenes”, rezó el escrito.
Esposa del príncipe Eduardo, primo hermano de Isabel II, Katharine mantuvo durante décadas una presencia discreta en la vida institucional de la monarquía británica. Para la difunta soberana, sus primos desempeñaban un papel esencial en la representación de la Corona, motivo por el que tanto los Kent como los duques de Gloucester recibían una asignación anual del Estado por sus servicios. La duquesa acompañó a su esposo en numerosos actos oficiales hasta que, en 2002, decidió retirarse de la agenda pública y dejar de emplear en el trato habitual el tratamiento de Alteza Real, aunque lo conservó de manera protocolaria.
Figura emblemática deWimbledon
La duquesa de Kent mantuvo una estrecha vinculación con el torneo de Wimbledon, donde durante años presidió la ceremonia de entrega de trofeos. Su presencia en el campeonato fue siempre discreta, pero dejó momentos que marcaron la memoria colectiva. En 1993, al término de la final femenina, protagonizó una de las escenas más recordadas en la historia del tenis profesional cuando ofreció consuelo en su hombro a Jana Novotná tras su derrota frente a la tenista Steffi Graf.

Jana Novotna y la Duquesa de Kent en Wimbledon que conmovió a todo el mundo (1995)
Esa cercanía la definió en incontables ocasiones. El 8 de junio de 1961 contrajo matrimonio con el duque de Kent en la catedral de York Minster. La pareja fijó su residencia en Anmer Hall, hoy utilizada por los príncipes de Gales, y tuvo tres hijos: George Windsor, conde de St. Andrews; Lady Helen Taylor; y Lord Nicholas Windsor, además de un cuarto hijo nacido sin vida en 1977.
Aquella tragedia, unida a un aborto sufrido dos años antes tras contagiarse de rubeola durante el embarazo, marcó profundamente a la duquesa. Ella misma relató años más tarde a The Daily Telegraph: “Tuvo un efecto muy devastador en mí. No tenía idea de cuán complicado podría ser algo así para cualquier mujer. Me ha hecho extremadamente comprensiva con otras personas que sufren o han sufrido una muerte fetal”. Superada la depresión, convirtió su experiencia en una voz de apoyo hacia otras mujeres.

La duquesa de Kent, junto a los miembros de la famila real británica (1997)
Los duques de Kent formaron uno de los matrimonios más discretos de la familia Windsor. Aunque mantenían desde hacía años una separación oficiosa, nunca se vieron envueltos en escándalos.
Más allá de su papel institucional, Katharine encontró en la música su verdadera vocación. En 2002 comenzó a enseñar en el colegio Wansbeck, en Yorkshire, donde se presentaba simplemente como “la señora Kent”. “Solo el director sabía quién era yo en realidad. Nunca se le dio publicidad, pero funcionó”, confesó años después.
Según ha publicado el medio británico Hello!, tras el fallecimiento de la soberana, el rey Carlos III ha dispuesto un periodo de luto que se prolongará hasta la celebración del funeral, cuya fecha aún no se ha determinado. Durante estos días, tanto los miembros de la familia real como su personal vestirán de negro, y las tropas portarán brazaletes oscuros. En principio, no se prevé la suspensión total de la agenda oficial, como sí ocurriría en caso del fallecimiento de una figura de mayor rango.