La princesa Catalina de Gales volvió a demostrar que es una de las figuras más carismáticas de la familia real británica durante la noche del miércoles en el banquete ofrecido por la visita de Estado de los Trump al Reino Unido. Según describe la prensa británica, la esposa del príncipe Guillermo habría sido enviada anoche por el rey Carlos III para cautivar al presidente Donald Trump en un acto de diplomacia sutil que dejó al estadounidense maravillado.
Desde que Trump fue recibido por los Windsor la mañana del miércoles, su especial atención a la princesa de Gales se hizo evidente cuando le dijo: “Eres hermosa, tan hermosa”. Y más tarde ayer, repitió durante su discurso en el banquete en el castillo de Windsor que Middleton estaba “tan radiante y tan saludable, tan hermosa”. A su habitualmente comedida y hierática esposa, Melania, también se la vio emocionada en presencia de la princesa de Gales, aunque compartió muchos menos planos con Middleton que el presidente. La princesa de Gales estuvo estratégicamente ubicada a la derecha de Trump en la mesa, brindando con él y compartiendo múltiples sonrisas con este líder tan pocas veces impresionable.

El presidente estadounidense, Donald Trump, y la princesa Catalina de Gales en el salón de San Jorge del castillo de Windsor la noche del miércoles.
Para la ocasión, la futura reina se coronó con la tiara Lover's Knot, creada para la reina María de Teck en 1914 por la Casa Garrard pero que fue popularizada mundialmente por la princesa Diana de Gales al ser una de sus favoritas. Lo combinó con unos pendientes menos conocidos del joyero real y un vestido dorado de alta costura de crepé de seda de Phillipa Lepley bajo un abrigo de noche de encaje Chantilly dorado bordado a mano. También lució la insignia de la orden de la familia real de la difunta reina Isabel II y la del rey Carlos III, y una banda azul, que representa su condición de Dama gran cruz de la real orden victoriana.

El presidente estadounidense, Donald Trump, y la princesa Catalina de Gales en el salón de San Jorge del castillo de Windsor la noche del miércoles.
Tener una segunda visita de Estado es algo sin precedentes para un presidente estadounidense, pues Trump ya fue recibido en el 2019 por la reina Isabel II, y generalmente los presidentes que repiten mandato no reciben una segunda visita de Estado completa, sino actos más modestos. Pero en esta ocasión ningún detalle era demasiado pequeño. Incluso el coñac de la sobremesa, que se había elegido de 1912, hacía referencia al año del nacimiento de la madre de Trump, quien se consideraba una súbdita británica, mientras que el oporto era de 1945, un guiño a su elección como el 45.º presidente de Estados Unidos. No importa que sea abstemio.
Esta devoción de Trump por Middleton también evoca la conocida aversión que siente por su cuñada, Meghan Markle. El estadounidense había expresado en el pasado su desprecio por los duques de Sussex, residentes en el estado de California des del el 2020. Él opina que la exactriz fue “irrespetuosa” con la reina Isabel II y que manipuló “horriblemente” al príncipe Enrique en su distanciamiento de los Windsor.
La enemistad entre Trump y Markle viene de lejos. Tiene su origen en unos comentarios que Markle realizó en el 2016, dos años antes de unirse a la familia real británica. En la campaña de las elecciones presidenciales del 2016, Markle claramente se posicionó a favor de Hillary Clinton. La entonces actriz llegó a tachar a Trump de “misógino” y dijo que se instalaría en Canadá si él ganaba esas elecciones, unas declaraciones muy chocantes con lo que nos tiene acostumbrados desde que se convirtió en duquesa.

Los príncipes Guillermo y Catalina de Gales en el castillo de Windsor la noche del miércoles.
La guerra siguió tras la salida de los Sussex del Reino Unido y su aterrizaje en California, cuando Trump aseguró que ni un centavo del contribuyente estadounidense se destinaría a la seguridad de los Sussex y agregó más leña al fuego al abordar la deportación del príncipe Enrique, a quien finalmente dejó en paz porque “ya tiene suficientes problemas con su mujer. Ella es terrible”.