Como hizo su padre, su abuela y su tía abuela, este viernes, el gran duque Enrique de Luxemburgo ha abdicado para dejar paso a una nueva generación y que sea su hijo mayor, Guillermo, quien asuma la jefatura del Estado del pequeño país centroeuropeo. En una ceremonia sobria y acompañados por los reyes de los Países Bajos y de Bélgica (que junto a Luxemburgo formaron la alianza Benelux), Guillermo y Estefanía se han convertido en los nuevos grandes duques ante la mirada emocionada de sus padres y antecesores, Enrique y María Teresa, y la presencia de su hijo Carlos, quien a los 5 años se ha convertido en el heredero más joven de Europa.
Guillermo de Luxemburgo jura la constitución en presencia de su esposa, Estefanía, y sus padres, Enrique y María Teresa, este viernes en la sede del parlamento
La capital del gran ducado se ha engalanado para la doble ceremonia de abdicación y juramente cubriendo con alfombras rojas, banderas, flores, bandas de música y formaciones militares la distancia entre el palacio ducal y la Cámara de Diputados. Una corta distancia en el centro de la capital que ha marcado el fin de un reinado y el inicio de otro.
A las 10 de la mañana, Enrique de Luxemburgo, de 70 años, ha firmado en el gran salón de palacio ducal su acta de abdicación. Desde hace un año, había delegado parte de sus funciones en su hijo Guillermo pero aún seguía siendo jefe del estado. En una mesa, en presencia de su familia, esposa hijos y hermanos, ha firmado el acta de abdicación. El primer ministro, Luc Frieden, el resto del gobierno, el presidente del parlamento, Claude Wiseler, los reyes Guillermo y Máxima de los Países Bajos, con su heredera Amalia, Felipe y Matilde de Bélgica, con la princesa Elisabet, han sido testigos del momento que, además de la trascendencia institucional, ha estado impregnado de una gran emoción familiar. La hasta ahora gran duquesa consorte, la cubana María Teresa Mestre, no podía ocultar las lágrimas, mientras al mismo tiempo se ocupaba de su nieto Carlos, el nuevo gran duque heredero. El hijo pequeño de los nuevos grandes duques, Francisco, de dos años se ha quedado en casa.
Los reyes Felipe y Matilde de Bélgica junto a Guillermo y Máxima de Holanda y detrás las princesas herederas Elisabet de Bélgica y Amalia de Holanda
Tras la ceremonia de la firma de abdicación, protagonistas y testigos se han dirigido hasta la Cámara de Diputados donde Guillermo, en los tres idiomas oficiales del gran ducado, luxemburgués, francés y alemán, el nuevo gran duque de Luxemburgo, ha jurado la constitución y, a continuación, ha pronunciado su primer discurso en el que no se ha olvidado de sus padres, agradeciendo a su antecesor su trabajo y dedicación desde que el Juan de Luxemburgo abdicó en el año 2000. Tampoco ha olvidado una referencia a los tiempos difíciles que atraviesa el mundo y a la necesidad de una Europa unida. Guillermo de Luxemburgo, de 43 años, ha prometido mantenerse neutral en temas políticos.
Además de los reyes de los Países Bajos y de Bélgica y las respectivas herederas, a la ceremonia, que se ha cerrado con los himnos de Luxemburgo y de la Unión Europea, han asistido representantes de las instituciones europeas, como el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola.
Enrique, hasta este viernes, gran duque de Luxemburgo, firma su acta de abdicación
Tras la ceremonia, los nuevos grandes duques han abandonado la sede del parlamento para recorrer la distancia hasta el palacio ducal. Lo han hecho acompañados por el nuevo gran duque heredero, el pequeño Carlos, de 5 años, quien se iba tapando los oídos cada vez que sonaban uno de los 21 cañonazos con los que se ha saludado el paso de los nuevos soberanos. Al final, la gran duquesa ha cogido a su hijo en brazos para consolarlo.
Los actos de la mañana han continuado con la aparición en el balcón del palacio ducal de los nuevos grandes duques acompañados por sus dos hijos, Carlos y Francisco, y posteriormente junto a los anteriores grandes duques, el resto de la familia ducal y, finalmente, se han unido los reyes de los Países Bajos y de Bélgica y las princesas herederas Amalia y Elisabet.
Los grandes duques Guillermo y Estefanía, este viernes en el balcón del palacio ducal, con sus hijos Carlos y Francisco
Felipe de Bélgica y Enrique de Luxemburgo son primos hermanos, ya que el padre del primero, el anterior rey Alberto, y la madre del segundo, la fallecida gran duquesa Josefina Carlota eran hermanos.
Las celebraciones por el relevo en el trono de Luxemburgo continúan con un acto en el exterior del ayuntamiento, y delante de la ciudadanía, en el que Guillermo y Estefanía han prescindido de los trajes de gala con los que han acudido a las ceremonia de abdicación y juramento. Estefanía ha cambiado su vestido largo de seda y pedrería en tonos azules por un vestido blanco con escote capa y Guillermo, el uniforme militar por un chaqué.
Los grandes duques caminan por las calles de la capital camino de la recepción en el ayuntamiento
Por la noche tendrá lugar una cena de gala y el fin de semana Guillermo y Estefanía recorrerán varias localidades de pequeño país centroeuropeo para saludar a la ciudadanía y participar en distintos espectáculos, mientras que el domingo tendrá lugar una misa Te Deum en la catedral con asistencia de toda la familia gran ducal.
