Cristina Llorente, protagonista del musical ‘Wicked’: “Es un mundo difícil, con pocas ayudas y conciliación familiar”

Entrevista

La actriz, que protagoniza en Madrid el musical 'Wicked', visibiliza la dificultad de conciliar la maternidad con su oficio

Cristina Llorente en una foto de estudio

Polifacética.La intérprete vallisoletana también es conocida por haber trabajado en diversas series de televisión como ‘Velvet’, ‘La pecera de Eva’, ‘Gran reserva’ o ‘Parot’, entre otras

Nacho Sweet

Después de consolidarse como una de las voces más reconocibles de la Gran Vía madrileña gracias a su papel como Nala en El Rey León —personaje al que dio vida durante siete años en el Teatro Lope de Vega—, la actriz Cristina Llorente (40) afronta un nuevo reto interpretativo con Wicked , el legendario musical que, tras 19 años de éxito en el West End londinense y su salto al cine el pasado año, acaba de aterrizar en Madrid como una de las grandes apuestas de la temporada.

Protagonista también de montajes tan populares como Ghost o Pretty Woman , Llorente compagina desde hace tres años su meteórica carrera con la maternidad; un reto que ha transformado su forma de vivir el teatro y que refleja las dificultades de conciliación que aún siguen patentes en el mundo artístico.

“Cuando no duermes porque estás de gira con un bebé de seis meses es matador”, explica en conversación con La Vanguardia . Su embarazo coincidió con el parón que impuso la pandemia. Tras el parto, la reincorporación de la vallisoletana a los escenarios fue casi inmediata. Dos meses después de la llegada al mundo de su hijo, la artista volvía a los ensayos para emprender, poco después, una gira de nueve meses por España con la segunda temporada de Ghost . En los entreactos, aprovechaba los veinte minutos de descanso para usar el sacaleches. Su plan profesional no hubiera podido ser posible sin la ayuda de su cuñada, que viajó con ella como au pair durante todo el proyecto. “No lo volvería a hacer, pero lo hice y estoy orgullosa”, recuerda.

La actriz Cristina Llorente durante el musical del Teatro Lope de Vega de Madrid, 'El rey León'

La actriz Cristina Llorente durante el musical del Teatro Lope de Vega de Madrid, 'El rey León'

Tras el sobreesfuerzo, Llorente admite que, en su caso, la maternidad no supuso una amenaza para su carrera profesional. No obstante, y después de muchos años de experiencia a sus espaldas, la intérprete advierte que la realidad de otras compañeras ha sido muy distinta. Explica que en numerosas ocasiones los empresarios optaron por contratar a mujeres más jóvenes cuando algunas actrices o bailarinas redujeron su disponibilidad por el cuidado de bebés muy pequeños, una situación que muchas de ellas prefirieron no denunciar por miedo a quedar excluidas de futuras producciones.“Es un mundo difícil, con pocas ayudas y conciliación. Las que lo conseguimos tenemos que dar visibilidad para demostrar que es posible.Con respecto a la maternidad, siempre tenemos ese miedo. Si tienes trabajo, no es buen momento para quedarte embarazada porque temes perder el proyecto. Si no lo tienes, tampoco, porque la inestabilidad económica es enorme”, subraya.

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Una imagen de Pretty woman, el musical, con Vivian (Cristina Llorente) en el centro

REDACCIÓN / Terceros

Llegar a dar vida ahora la bruja Glinda en Wicked no fue un camino sencillo para la actriz, quien combinó su experiencia como madre con un casting multitudinario con más de 1.800 aspirantes en un riguroso proceso de selección que se prolongó durante meses.

“No hace falta ser superwoman - bromea, con trabajar en un musical ya se vive como una heroína”

Cristina Llorente durante una sesión de fotos para la promoción del musical  'Wicked'

Cristina Llorente durante una sesión de fotos para la promoción del musical 'Wicked'

Javier Naval

Sin embargo, gracias a su tenacidad y ,en su caso, también suerte con su responsables, la artista siente haber hecho realidad uno sus sueños a través de un complejo personaje con el que cada noche afronta, durante casi tres horas, una montaña de emociones, marcada por bailes exigentes, cambios frenéticos de vestuario y una partitura plagada de sobreagudos. “No hace falta ser superwoman - bromea - , con trabajar en un musical ya se vive como una heroína”.

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