Asier Etxeandia (Bilbao, 1975) es un grande: en su metro noventa de talento indomable se mezclan un actor, escritor, compositor, cantante y dramaturgo que puede preciarse de no haber pasado por el aro. Muchas veces dijo no. Etxeandia interpreta al odioso capitán Alonso de la Falange en La cena (Manuel Gómez Pereira), un sujeto en sus antípodas morales: “Mi personaje es un psicópata que encarna la esencia del fascismo, gente a quienes Franco les parecía un blando. Sabiendo cómo eran, no entiendo que haya gente que crea en ellos. ¡Que son los malos, son Darth Vader, lo más deleznable que ha habido en la historia de la humanidad! Me preocupa que hoy haya gente que les vote. No puedo entender la falta de humanidad y eso no tiene que ver con derechas, izquierdas, economía o política sino con la empatía humana”.
“No puedo entender la falta de humanidad y eso no tiene que ver con derechas o izquierdas sino con la empatía
Etxeandia interpreta a un odioso capitán de Falange. Se inspira en la obra de teatro‘ La cena de los generales’, de José Luis Alonso de Santos.
'La cena', con Alberto San Juan, Mario Casas, Elvira Mínguez se llega a los cines el viernes 17 de octubre. Es la película que inaugurará la 40 Mostra de València- Cinema del Mediterrani.
Trabajó en lo que pudo antes de instalarse en Madrid, capital de la ficción en España, y adonde ya llegó con el oficio a cuestas, tanto sobre el escenario como con su banda de rock. “Cuantas más experiencias tengas en la vida, mejor sabes de lo que hablas y más fomentas tu inteligencia emocional. Ser actor es como una terapia; trabajamos con las emociones, algo muy útil para conocer el alma humana. Me he movido con gente muy dispar porque nunca encajé en ninguna tribu aunque estuve en todas. ¿Dónde encontré mi sitio? Mi sitio soy yo”.
Tiene cinco premios de la Unión de Actores, un Max, un Fotogramas de Plata, un premio del Festival de Málaga a nuevos valores y dos nominaciones al Goya.
Me he movido con gente muy dispar porque nunca encajé en ninguna tribu aunque estuve en todas
Además de atesorar cinco premios de la Unión de Actores, un Max, un Fotogramas de Plata, un premio del Festival de Málaga a nuevos valores y dos nominaciones al Goya, es alma mater de Mastodonte, dúo musical que formó hará casi 15 años con Enrico Bárbaro y creador de Mastodophónika, un espectáculo que hace poco más de un mes sacudió Bilbao desde el auditorio Euskalduna: como un Javier Gurruchaga del siglo XXI, ataviado de maneras impensables y al mando de una performance deslumbrante con la Euskadiko Gazte Orkestra y el coro de Leioa. Folclore, raíces y una garganta poderosa. “Me sentí realizado y feliz por presentar una producción en mi tierra, hablando de Bilbao y de la cultura vasca. Sentí que tocaba el cielo: nadie me dirige, es mi dirección, mis canciones, mis letras. La forma en que decidimos salir al escenario a crear la catarsis, a conmover, a transmitir… Me va la vida en ello”.
Me sentí realizado y feliz por presentar una producción en mi tierra, hablando de Bilbao y de la cultura vasca. Sentí que tocaba el cielo
En su mejor momento
Asier está en las series ‘Romi’ y ‘Ladrones: la tiara de Santa Águeda’, estrenará ‘La frontera’ y ‘Nadie muere en Ambrosía’ y ya rueda las películas ‘Durante la noche’ y ‘La cuidadora’
Asier se enorgullece de su trabajo en dos películas que no alcanzaron el reconocimiento que sin duda merecen, Sordo (dirigida por Alfonso Cortés-Cavanillas) y Teresa, (Paula Ortiz) y ha logrado relajar el síndrome del impostor que sufrió durante mucho tiempo. El día que se ponga al otro lado de la cámara, que lo hará, escribirá un guion sobre la vida de su madre o sobre sí mismo de niño, observándola. “Creo que despareceré así, contando historias. Quien no me conoce puede creer que tengo un gran ego porque soy echado adelante, tengo seguridad... Pero yo soy tan solo un canal: lo importante no soy yo sino lo que hago y qué aporto a los demás, a la comunidad”.
De buena fe, creyendo que me hacía un favor, me aconsejó que no vieran que era maricón
Dos directores de casting le aconsejaron ocultar que es gay. “De buena fe, creyendo que me hacía un favor. Que no se enterasen, que no vieran que era maricón. Yo ni me había planteado que interfiriese en mi trabajo. Siempre he sido un irreductible: basta que me digas que no puedo hacer algo para que quiera hacerlo el triple y restregártelo diciendo “toma”.
