“No pude dormir. Estaba tan emocionada de que me hubiese elegido que tuve que acabar yendo al médico para que me recetara algo para descansar porque se estaba convirtiendo en un problema”. Así es como Jennifer Batten (Nueva York, Estados Unidos, 1957), la guitarrista que acompañó a Michael Jackson durante las giras Bad, Dangerous y HIStory, describe su reacción al saber que iba a formar parte de la banda del artista. Han pasado casi 40 años desde aquel día, pero sigue recordando los pormenores de cómo fue trabajar con él: “Era maravilloso y muy respetuoso. Michael revisaba las grabaciones de cada ensayo para perfeccionar cualquier detalle, aunque no hablaba directamente con nosotros, sino que lo hacía a través del director musical, quien nos trasladaba sus indicaciones”.
Cuando Batten se incorporó al Bad World Tour, que arrancó en 1987, era tan solo una “friki veinteañera a la que le gustaba tocar la guitarra, pero él me enseñó el valor del entretenimiento más allá de la música y el poder de conectar con la audiencia. Son lecciones que luego he aplicado a mis propios espectáculos”. La artista, que atiende telefónicamente a La Vanguardia desde Alemania, admite que aquellos años fueron como “estar de vacaciones cobrando”. “Estábamos en una situación muy privilegiada, tocábamos dos o tres veces a la semana, así que teníamos bastante tiempo para recuperarnos y para disfrutar como, por ejemplo, visitando el Coliseo de Roma”, explica.
Más allá de por su virtuosismo con la guitarra, Jennifer Batten, que ha trabajado con otros grandes como Stevie Wonder o Slash, es reconocida entre los fans por su llamativo look sobre el escenario. Una cabellera de colores crepada a modo de cresta, emulando el estilo punk, y una vestimenta cargada de hebillas y tachuelas que aunaba elementos rockeros y new romantic, eran su seña de identidad. Lo que muchas personas no saben es que aquella apariencia, que le costaba preparar casi tres horas, no fue idea suya sino de Jackson. “Contrató a un artista para que hiciese dibujos de todos los que íbamos a estar en escena y que imaginase cómo serían nuestros trajes, maquillaje y peinados. Una vez los bocetos fueron aprobados, se contrató al personal de estilismo. Todo era un concepto de Michael y él me dijo que quería que yo destacase, por eso mi pelo era así. Estoy segura de que mi cresta podía verse desde el espacio”, rememora entre risas.
El protagonismo que el cantante le dio en sus shows pudo ser motivo de envidias entre sus compañeros, y más siendo mujer, algo poco habitual en los años ochenta: “Había más celos entre los bailarines, aunque si alguien no me apoyaba, simplemente me iba a otro lugar y buscaba a personas que sí lo hiciesen”. Con quien sí hizo migas fue con la cantante Sheryl Crow, que en aquellos años era corista en la gira de Jackson, y junto a quien guarda en la memoria una anécdota curiosa: “Cuando estábamos en Japón, Michael mandó cerrar el parque Disneyland de Tokio durante unas horas para que pudiésemos disfrutarlo. Yo estaba en una tienda con Sheryl y Michael apareció tras de mí, me tocó el hombro y me dijo que le encantaba cómo tocaba el solo de guitarra de Beat It. Esa fue la primera vez que obtuve su validación… ¡y nunca recibí ninguna queja!”.
Batten, que ya visitó España junto al rey del pop, actuará en Madrid el próximo 21 de noviembre dentro del espectáculo tributo This Is Michael, que también visitará otras ciudades españolas como Valladolid, Zaragoza, Mallorca o Tenerife. El show es una experiencia de alto nivel donde Lenny Jay, que ha sido reconocido como la voz más parecida a la de Michael Jackson en todo el mundo, interpreta sus mayores éxitos a la vez que realiza sus reconocidas coreografías. Sin duda, una forma de volver a conectar con la magia de sus canciones haciendo, en palabras de Batten, “que el público sonría todo el rato y que haya gente que acabe llorando de la emoción”. Han pasado 16 años desde que el artista falleció por una intoxicación de medicamentos, pero su música sigue más que vigente. “Es algo que no puedo poner en palabras. Su groove era contagioso, la extensión de su voz, sus letras, las melodías, sus espectáculos, la innovación en todas las áreas… Es algo que no he vuelto a ver. La gente puede hacer cosas similares, pueden inspirarse en él, pero no hay nadie como Michael. Sí, siempre habrá creatividad, pero será difícil que aparezca un artista así y que venda 500 millones de discos”, confiesa.
Parte del show 'This Is Michael' con Lenny Jay y Jennifer Batten
Ante un panorama donde el pop y el rock han dejado de ser tendencias dominantes a nivel comercial, dando un lugar hegemónico a los sonidos urbanos, si Michael Jackson siguiese vivo, ¿seguiría haciendo música? “Absolutamente sí. Michael era un tornado creativo. Soy amiga de su maquilladora, que trabajó con él desde Thriller, y siempre me comenta que Michael estaría sentado en la silla de maquillaje escribiendo letras, dándole vueltas a la cabeza constantemente y contactando con productores jóvenes para conectar con las nuevas generaciones”. Nunca lo sabremos, pero los fans del artista pueden fantasear con esa idea mientras siguen disfrutando de unas canciones, que son himnos dentro de la historia de la música global.
