Kim Kardashian vuelve a acaparar titulares por su aparición en la gala anual del Academy Museum of Motion Pictures, celebrada la noche del sábado en Los Ángeles. La estrella televisiva, de 44 años, llegó a la cita con un atuendo de alta costura que combinaba provocación y teatralidad, consolidando una vez más su estatus como uno de los iconos de estilo más comentados del momento.
Kardashian lució un vestido de la colección Couture Otoño 2025 de Maison Margiela. La pieza, de tono nude, destacaba por su corsé sin tirantes, sus mangas drapeadas y su corte entallado que realzaba la silueta. El estilismo se completaba con unas uñas extralargas del mismo color, pero lo que realmente llamó la atención fue el complemento más inesperado: una máscara facial del mismo tono que cubría completamente su rostro y cabello, un gesto que transformó su look en una declaración de intenciones.
La televisiva Kim Kardashian vestida de Margiela en la Academy Museum Gala.
En sus redes sociales, Kardashian compartió varias fotografías del conjunto, junto con una imagen del desfile original de Maison Margiela, donde el modelo también llevaba la máscara. Este detalle sugiere que la empresaria quiso rendir homenaje a la visión creativa de John Galliano y a la estética vanguardista de la firma francesa, reafirmando su afinidad por la moda conceptual de alto impacto.
Además, la estrella publicó un vídeo detrás de cámaras en el que se la veía junto a su maquillador de confianza, Mario Dedivanovic. En tono divertido, le preguntaba si su maquillaje estaba en orden pese a tener el rostro completamente cubierto, bromeando con que siempre le hacía “lo mismo” al impedirle mostrar su trabajo. El clip, rápidamente viralizado, aportó un toque de humor a una elección estilística que había generado tanto admiración como desconcierto.
Kim Kardashian en la Academy Museum Gala.
Este arriesgado estilismo recuerda a su aparición en la Met Gala de 2021, cuando sorprendió con un conjunto negro de Balenciaga que cubría todo su cuerpo, incluido el rostro. Aquella elección fue duramente criticada, pero también interpretada como un comentario sobre la fama y el anonimato. Cuatro años después, Kardashian demuestra que sigue fiel a su fórmula: desafiar las convenciones de la moda, generar conversación y, sobre todo, mantener el control absoluto sobre su imagen pública.
