La familia de Virginia Giuffre, una de las víctimas más reconocidas de Jeffrey Epstein y la principal acusadora del príncipe Andrés, ha reaccionado públicamente a la decisión del hermano de Carlos III de renunciar al uso de sus títulos nobiliarios, en medio del renovado escrutinio sobre su vinculación con el caso Epstein. Según un comunicado hecho público por los hermanos de Giuffre, la medida representa “una reivindicación para nuestra hermana y para todas las supervivientes”, destacaron.
El príncipe anunció que dejará de usar el título de duque de York y otros honores vinculados tras conversaciones con el rey Carlos III, quien busca mantener la estabilidad de la corona ante el desgaste reputacional. La decisión se produce en un contexto de presión pública y mediática, tras la publicación del libro póstumo de Giuffre, que contiene alegaciones graves de tráfico sexual y abuso por parte de Andrés cuando ella era menor de edad.
El príncipe Andrés y Virginia Giuffre en imágenes recientes.
En su declaración, la familia de Giuffre instó además al rey a dar un paso más y ordenar la retirada del título de “príncipe” que Andrés conserva por derecho de nacimiento como hijo de monarca británico. “Es apropiado que su majestad revoque el título de príncipe”, indicaron los familiares. Al mismo tiempo, subrayaron que su lucha trasciende el caso individual: “Esto no es solo una victoria para ella, sino para cada superviviente de los horribles crímenes perpetrados por Epstein y sus cómplices”.
El príncipe habría solicitado en el 2011 ayuda de policías para desacreditar a Giuffre
Giuffre había demandado a Andrés por presunto abuso sexual cuando ella tenía 17 años, lo que condujo a un millonario acuerdo extrajudicial privado en el 2022. Andrés negó todos los cargos. Además, según señala la información de Daily Mail este domingo, el príncipe habría solicitado en el 2011 ayuda de policías para desacreditar a Giuffre, lo que añade más presión institucional y política al caso.
En términos de justicia simbólica, la familia de Giuffre considera que el gesto de Andrés abre una “puerta a la rendición de cuentas” para personas poderosas implicadas en redes de abuso sexual. Pero también advierten que el camino es largo. “Esperamos que los días de impunidad para los poderosos hayan terminado”, ha declarado la familia, insistiendo en que la auténtica reparación pasa por transparencia, responsabilidades reales y respeto hacia las víctimas.
