Arda Güler, una de las mayores promesas del fútbol europeo, que este año está teniendo mucho más peso en el Real Madrid de Xabi Alonso, ha abierto su corazón en una emotiva carta publicada en The Players’ Tribune. En el texto, dirigido “a todos los niños de mi país”, el futbolista turco de 20 años repasa su infancia en Ankara, marcada por la humildad, las dificultades económicas y un sueño que parecía imposible: convertirse en futbolista profesional.
Güler se ha sincerado contando las dificultades de su infancia
Carta abierta a los niños de su país
“No crecí en una familia rica. No soy hijo de un futbolista. Crecí en el primer piso de un bloque de apartamentos en Ankara, con una madre ama de casa y un padre que tenía una tienda de barrio que acababa de quebrar”, explica Güler, recordando los años en los que su familia luchaba por salir adelante. La tienda de su padre era su único sustento y, cuando se vieron obligados a cerrarla, el joven Arda sintió por primera vez la realidad económica de su familia. “Estábamos arruinados. La tienda era nuestra única fuente de ingresos”, confiesa.
En esa etapa, Güler intentaba ocultar su situación ante sus amigos. “Mis amigos solían ir a comer gofres, y yo no podía decir: ‘Lo siento, pero no puedo pagarlos’. Así que siempre estaba ‘demasiado cansado’ o ‘no podía ir’”.
Arda Guler en un partido con el Real Madrid ante el Villarreal
Sin embargo, su padre nunca renunció a inculcarle la pasión por el fútbol. “Mi padre no solamente es aficionado del Fenerbahçe, él vive al máximo para este club. Solía decir que ‘sangramos amarillo y azul’”, cuenta con nostalgia el turco. Desde pequeño, su padre le colocaba globos en la pierna izquierda para que aprendiera a chutar con ella. Aquel gesto, simbólico y tierno, fue el inicio de una historia que lo llevaría años después a vestir la camiseta del Real Madrid.
Y es que para él, pese a la difícil situación que atravesaba su familia, la pasión por el fútbol nunca se apagó, y a los 13 años, el Fenerbahçe llamó a su puerta. La familia dudó durante tres meses antes de aceptar. “Si vas a hacer algo, hazlo a lo grande”, le dijo su padre. Aquella decisión cambiaría para siempre el destino de los Güler.
El día que se fue hacia Estambul coincidió con su cumpleaños. Su madre lloraba sin parar, pero su hermana, ocho años mayor, le dejó un mensaje que aún lo acompaña: “Arda, tienes que llenar la nevera”. Esa frase, simple pero cargada de significado, se convirtió en su motivación constante. “Juegas por diversión, pero de repente el futuro de tu familia depende de ti”, recuerda el futbolista en la carta.
Hoy, convertido en una de las joyas del Real Madrid y de la selección turca, Arda Güler dice sentirse afortunado. Su historia, más allá del talento, es la de un niño que soñó entre dificultades y que ahora busca inspirar a otros niños turcos para que nunca renuncien a su propio camino y sigan luchando por conseguir sus metas.

