Las impactantes cartas de Isabel Preysler a Mario Vargas Llosa que anticiparon el final de su relación: “Lo que hace imposible la convivencia es la mala educación, y tú estás muy mal educado”

Amores pasados

La socialité más célebre del país desvela en sus memorias las misivas que marcaron su ruptura con el Nobel, en una obra que promete redefinir su historia pública y sentimental

Isabel Preysler and Mario Vargas Llosa at photocall for Premiere Opera Aida in Madrid on Monday, 24 October 2022.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en 2022, en una imagen de archivo.

Gtres

El título de ‘reina de corazones’ no lo tiene por casualidad. Isabel Preysler, que en la noche de este jueves charlará con Pablo Motos en El Hormiguero de Antena 3 con motivo de la promoción de Mi verdadera historia, llega con un libro que ha agitado los cimientos del corazón patrio. En sus páginas, la madre de Tamara Falcó se muestra como nunca antes. Sin filtros, sin mitos y con un tono sereno que destapa, entre otras confesiones, las cartas que sellaron el adiós a su última gran historia de amor.

Las memorias, publicadas este miércoles 22 de octubre, se han convertido en el documento más comentado de la semana. En ellas, la hispanofilipina revisa los episodios que definieron su vida –la familia, la fama y los amores– y se detiene en el capítulo titulado Desmentidos y cartas de amor. Allí rescata la correspondencia que compartió con Mario Vargas Llosa durante casi ocho años: ocho cartas suyas, llenas de afecto, y una de ella, la última, escrita en diciembre de 2022. Un testimonio íntimo que pone fin a un relato de pasión, celos y desencuentros, contado ahora por su única protagonista. Todo con la elegancia que siempre la ha distinguido.

“Mi casa no es un hotel”

La misiva que puso punto final al romance con el Nobel

En esa carta, dirigida con un sobrio “querido Mario” y firmada con un “abrazo”, Preysler deja constancia del desgaste que se había instalado entre ambos. “Nuestra relación ya no se parece en nada a la que teníamos al principio”, escribe. Explica que los celos, las rutinas y la falta de proyectos comunes habían erosionado la convivencia. Pero la frase que más ha resonado es una reprimenda tan elegante como contundente: “Lo que de verdad hace imposible la convivencia es la mala educación, y tú estás muy mal educado”.

Aquel mensaje, redactado dos días después de recibir las galeradas de la última novela del escritor, Le dedico mi silencio, fue también un ajuste de cuentas emocional. “Mi casa no es un hotel en el que las personas van y vienen sin tener en cuenta a los demás”, añade, aludiendo a la escena que desencadenó la ruptura: una discusión tras una fiesta y un regreso inesperado del Nobel a la casa de la calle Flora. “Esta ha sido la segunda vez que lo haces, pero no va a haber una tercera”, concluye la socialité, poniendo fin a una relación que, pese a los reproches, ella describe en el libro como una etapa “feliz”, “compleja” y “llena de aprendizaje”.

FILE - Isabel Preysler, left, and writer Mario Vargas Llosa arrive at the red carpet of the Goya Film Awards Ceremony in Madrid, Spain, Feb. 6, 2016. (AP Photo/Abraham Caro Marin, File)

Isabel y Mario, en los Goya de 2016.

AP

“Isabel querida, amor mío”

Las cartas del escritor que revelan su lado más apasionado

En contraposición, las ocho cartas que Vargas Llosa le escribió entre 2015 y 2022 trazan un retrato inédito del Nobel. El de un hombre enamorado, vulnerable y agradecido. Desde la primera, fechada el 21 de marzo de 2015, hasta la última, del 18 de febrero de 2022, las dedicatorias se repiten como un estribillo: “Isabel querida”, “amor mío”, “te quiero”. En ellas confiesa que “nunca imaginé que me harías tanta falta” y que “estos años contigo han sido una larga felicidad que yo no había conocido hasta ahora”.

Sus palabras alternan ternura y deseo: “Me parece que hace siglos desde la última vez que te tuve desnuda en mis brazos, sintiendo latir tu corazón”, escribe en una de ellas. En otra celebra el sosiego hallado junto a ella: “Gracias a ti he sido muy feliz, más que en el resto de mi vida. Me has dado alegría, delicadeza y amor”. Las cartas se llenan de imágenes personales –“tus orejitas que parecen signos de interrogación”, “la luz verde que asoma en tus ojos”, “tu cintura de avispa”– y reflejan la fascinación del escritor por una mujer que lo desconcertaba e inspiraba a partes iguales.

En su última carta conocida, escrita con motivo del cumpleaños de Isabel, Vargas Llosa anunciaba un “regalo” que nunca llegó a ver cumplido. Era la novela que pensaba dedicarle: “Siento que las fuerzas me van abandonando poquito a poco, pero espero que no se vayan del todo mientras escribo esta historia que te dedicaré como testimonio de la felicidad que me has dado”. En abril de 2025, el Nobel falleció en Lima, y aquellas líneas se convertirían, de algún modo, en un epitafio involuntario.

Isabel Preysler con su hija Tamara Falcó y el escritor Mario Vargas Llosa en la gala del 20 aniversario del Teatro Real en 2017

La pareja, junto a Tamara Falcó, en una imagen de archivo.

Gtres

De la pasión a la despedida

Una historia que empezó en secreto y acabó sin boda

Su historia comenzó en mayo de 2015, cuando la entonces viuda de Miguel Boyer coincidió con el escritor en un viaje a Londres. Él aún estaba casado, pero pronto la amistad se convirtió en algo más. En pocos meses, su relación ocupaba portadas y el Nobel se instalaba en la mansión de Puerta de Hierro. Durante años fueron inseparables, protagonistas de recepciones, galas y veranos en familia. Todo apuntaba a una boda que nunca llegó. “Mario me ha pedido que me case con él, pero aún no le he respondido”, llegó a decir ella. La respuesta, con el tiempo, fue un no. La pareja se separó definitivamente a finales de 2022, tras casi ocho años juntos. Hoy, con él ya ausente, Isabel cierra el círculo de esa historia desde la distancia y con el aplomo que siempre la ha acompañado.

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