Este 21 de diciembre cumplirá 88 años, por lo que su carrera cinematográfica parece seguir un ritmo acorde con su edad. Solo esperan estreno un documental sobre su amistad con el comediante afroamericano Dick Gregory y otro sobre Geraldine Page en el que solo es una de las entrevistadas.
Como actriz, sus últimos trabajos llegaron a los cines dos años atrás, cuando coprotagonizó la comedia Locas por Brady junto a Lily Tomlin, Rita Moreno y Sally Field, y también fue parte del elenco de Book club: Ahora Italia , con la recientemente fallecida Diane Keaton, Candice Bergen y Mary Steenburgen. La primera recaudó a escala global 40 millones de dólares. La segunda, apenas 29. Y si bien Jane Fonda es una de las productoras ejecutivas de Norita , la coproducción entre Argentina y Estados Unidos que retrata la vida de Nora Cortiñas, una de las fundadoras de las Madres de la Plaza Mayo, su participación detrás de cámaras en el documental que aspira a una nominación al Oscar en estos días está más ligada a su condición de militante por los derechos humanos que a su carrera como artista.
Y es que mientras muchas otras se contentan a esa edad con seguir las noticias desde su televisor, Fonda no se queda quieta a la hora de luchar por lo que cree justo. Es por eso que el mes pasado puso su rostro y su nombre en la primera línea del grupo de actores que revivió el Comité por la Primera Enmienda, un movimiento en defensa de la libertad de expresión que en 1947 fundó su propio padre, Henry Fonda, para oponerse a la censura y las persecuciones del macartismo.
La intérprete lidera una lista de actores que se unen para oponerse a la represión del Gobierno federal
En aquel entonces, unas 100 figuras de Hollywood firmaron una declaración para denunciar al Comité de Actividades Antiestadounidenses del Congreso de Estados Unidos, con la que el senador Joseph McCarthy persiguió a todos aquellos sospechosos de tener vínculos con el Partido Comunista de ese país en el marco de la guerra fría, por lo que fueron incluidos en una lista negra que les impedía trabajar. Muchos incluso se subieron a un vuelo chárter a Washington DC, en donde expresaron abiertamente su oposición a lo que estaba ocurriendo. El grupo original también incluía a Lucille Ball, Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Joseph Cotten, Bette Davis, Judy Garland, Katharine Hepburn, Gene Kelly, Danny Kaye, Burt Lancaster, Frank Sinatra y Groucho Marx, entre muchos otros.
Siguiendo el mismo concepto, el pasado 1 de octubre Jane firmó en la primera posición una declaración junto a otras 800 figuras de hoy con un peso similar al que tenían aquellas glorias del cine en la que recordaron “los tiempos oscuros en los que el gobierno federal reprimió y persiguió a ciudadanos estadounidenses por sus creencias políticas”, asegurando que “esas fuerzas han regresado”. El texto difundido prosigue señalando que “el Gobierno federal se ha vuelto a involucrar en una campaña coordinada para silenciar a los críticos, tanto en el Gobierno como en los medios, el sistema judicial, las universidades y la industria del entretenimiento”. A la lista se suman, entre muchos otros, Anjelica Huston, Anne Hathaway, Annette Bening, Barbra Streisand, Billie Eilish, Billy Crystal, Ethan Hawke, Glenn Close, Helen Mirren, Jamie Lee Curtis, Julianne Moore, Larry David, Margaret Qualley, Mark Ruffalo, Michael Keaton, Natalie Portman, Nicolas Cage, Pedro Pascal, Sean Penn, Spike Lee y Viola Davis.
La actriz, en su juventud, en un acto por la paz en Vietnam
Sin embargo, el plato fuerte llegaría esa noche con un vídeo que Fonda filmó en el comedor de su casa, luciendo tan bien como la hemos visto siempre, y que luego subió a su cuenta de Instagram. Mirando desafiante a cámara, Jane explica que se ha pasado el día recibiendo mensajes de artistas que quieren sumarse, y luego dice: “Eso me demuestra que nuestra industria está lista para movilizarse y para resistir a la autocracia y los ataques contra nuestras libertades individuales. Somos artistas. Somos creativos. La libertad de expresión es esencial en lo que hacemos”.
A continuación, explica su propuesta, a la que denomina CNN (Creative Non-violent No cooperation), por la que grandes grupos de gente pueden hacer cosas que en forma individual serían perseguidas, como cuando muchos decidieron cancelar sus suscripciones a la plataforma en la que se emitía Jimmy Kimmel tras conocerse que su programa había sido cancelado. Obviamente, y aunque en estos mensajes nadie mencionó a Donald Trump, poco después hubo una respuesta de la Casa Blanca por parte de una de sus portavoces, Abigail Jackson, quien señaló cuando se le consultó por el tema: “Hanoi Jane puede decir todas las malas opiniones que quiera. Como alguien que sabe lo que es ser censurado, el presidente Trump es un ferviente defensor de la libertad de expresión, por lo que las alegaciones de los demócratas de que no es así son falsas y nos hacen reír”.
