Ni siquiera ha pasado un año desde que lo conocimos en la octava edición de La isla de las tentaciones y Álvaro Rubio ya ha regresado a la República Dominicana. El manchego, que formó parte de las parejas participantes en la última temporada del reality junto a Mayeli Díaz, vuelve ahora al mismo escenario convertido en uno de esos rostros que la audiencia identifica sin esfuerzo. Como si hubiera pasado una vida entre villas, hogueras y confidencias captadas por la cámara.
La pareja, que ha tomado el relevo de Nieves y Lorenzo –ya expulsados– en esta novena entrega, se reencontró con Sandra Barneda para someterse de nuevo a la prueba que ya conocen. Ambos lo afrontaron con la mezcla de nervios y determinación que los ha acompañado desde que consolidaron su relación hace meses, tras coincidir primero como integrante de una pareja y tentadora. El caso es que, entre tantas idas y venidas, surgen preguntas que abren otra mirada sobre ellos. ¿Cómo era su vida antes de los focos y el éxito en redes?
“Lo he visto desde pequeño”
Una etapa laboral marcada por la carretera y sus primeros pasos como modelo
Antes de encadenar realities y convertir su nombre en un habitual del entretenimiento de Mediaset, Álvaro había construido una rutina muy distinta. Sus estudios de peluquería fueron solo un punto de partida, porque pronto tomó otra dirección profesional que lo llevó a las rutas nacionales e internacionales. Y es que durante años trabajó como conductor de autobús, un oficio que heredó de su padre y de varios de sus tíos. Él mismo explicó que “lo he visto desde pequeño y que he disfrutado conduciendo, de ahí viene mi vocación”. Declaración que resumía tanto el vínculo familiar, como la naturalidad con la que asumió la profesión.
Sus trayectos, muchos de ellos de larga distancia, lo llevaron a Portugal, Francia y otros destinos que recorría con frecuencia. Esa etapa quedó registrada en varios vídeos que compartía en redes, donde mostraba momentos al volante y pequeñas escenas de su día a día laboral. Pero aunque su trabajo en carretera ocupó la mayor parte de su tiempo, no fue la única vía que exploró antes de su salto definitivo a la televisión.
También probó fortuna como modelo y llegó a clasificarse en certámenes de belleza, siendo nombrado Míster Ciudad Real en 2021 y participando en Man of The Year, una faceta que combinaba con sesiones fotográficas y colaboraciones esporádicas. Una doble vertiente, entre la conducción y la imagen, dibujaba un perfil público incipiente que empezaba a tomar forma en el universo de las redes sociales, con publicaciones que mostraban un equilibrio entre la vida laboral, los viajes constantes y una tímida presencia en certámenes. La antesala a su proyección actual.
Vida personal
Relaciones, viajes y un pasado televisivo que anticipaba su salto definitivo
Su vida antes del reality no solo giraba en torno al trabajo. Él mismo dejó constancia de cómo era su día a día en lo sentimental, con imágenes y vídeos junto a su pareja de entonces, Alba, con quien compartió más de dos años de relación. Entre esas publicaciones permanecen todavía los álbumes de sus viajes, planes y momentos cotidianos, incluido aquel gesto frente a la Torre Eiffel en el que se arrodillaba para pedirle matrimonio durante una escapada romántica.
Además, la octava edición de las 'tentaciones' no era la primera vez que probaba suerte en televisión. En 2022 participó en Baila conmigo, espacio de Cuatro en el que entró para conocer a Lucía Sánchez, aunque el rumbo del programa lo llevó a coincidir con Mayka Rivera. Breve experiencia que anticipaba su futuro televisivo, justo cuando vuelve a situarse frente a las cámaras.
