Adiós a las gemelas Kessler, que eligieron morir juntas

Llegaron al mundo juntas, triunfaron juntas en los escenarios, y juntas han dicho adiós. La muerte simultánea de Alice y Ellen Kessler, legendarias gemelas alemanas que descollaron como bailarinas y cantantes en la posguerra, ha conmovido en su país natal; en Italia –donde fueron muy populares en los años sesenta-; y en otros países europeos. 

Las hermanas Kessler, de 89 años, decidieron fallecer juntas en su casa de Grünwald, localidad a 30 kilómetros al sur de Munich, acogiéndose a un procedimiento de suicidio asistido, legal en Alemania bajo estrictas condiciones tras una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) de febrero del 2020.

La Sociedad Alemana para una Muerte Digna (DGHS) confirmó este martes que la muerte fue suicidio asistido. “Alice y Ellen Kessler eran miembros de nuestra asociación desde hacía tiempo. Las dos hermanas eligieron ellas mismas la fecha de su muerte, el 17 de noviembre. Un abogado y un médico hablaron antes con ellas y acudieron a su domicilio en Grünwald el lunes para ayudarlas a morir”, declaró un portavoz de la DGHS a la cadena privada RTL. La policía fue avisada una vez concluido el proceso, tal como exige la ley.

Las hermanas habían meditado su decisión durante largo tiempo y planificaron todo en detalle. El diario regional Abendzeitung München, del cual Alice Kessler era suscriptora desde hacía decenios, recibió el lunes una carta suya en la que cancelaba su suscripción “a partir del 17 de noviembre del 2025”. 

También dejaron instrucciones precisas para su despedida: que sus cenizas se coloquen en una única urna junto a las de su madre, Elsa, y las de su perro, Yello. “Unidas en la muerte, así es como nos gustaría, y así lo hemos estipulado en nuestro testamento”, declaró Ellen Kessler el año pasado al diario Bild.

Nunca se casaron ni tuvieron hijos. Inicialmente habían legado todos sus bienes a la oenegé Médicos Sin Fronteras, pero en el 2023 modificaron su testamento para diversificar más su ayuda benéfica, parte de la cual irá también a: Unicef, a la organización internacional CBM para invidentes, y a sendas fundaciones alemanas de protección de pacientes y de bienestar de artistas. “Todavía nos queda algo ahorrado; ganamos muy buen dinero, nunca lo malgastamos y lo invertimos con prudencia”, dijo Ellen al rotativo Bild.

Nacidas en 1936 en Nerchau (Sajonia), Alice y Ellen empezaron a formarse en ballet desde muy niñas en la Ópera de Leipzig. Su infancia fue difícil debido a su padre alcohólico y violento. En 1952, lograron escapar de la RDA y establecerse en Düsseldorf, donde arrancó su recorrido artístico en cabarets.

A partir de 1955 actuaron en el Lido de París, durante cinco años, con un estilo glamuroso caracterizado por la elegancia y la precisión coreográfica. En 1959 representaron a Alemania Occidental en el Festival de Eurovisión, en Cannes, con la canción Heute Abend wollen wir tanzen geh’n. Quedaron octavas entre once países, pero se hicieron aún más conocidas en el continente.

Llegó luego su éxito en Italia en el popular programa Studio Uno de la RAI, donde su fallecimiento ha sido muy sentido. E hicieron incursiones en el cine, en películas alemanas, francesas e italianas como El conde de Luxemburgo (1957), Sodoma y Gomorra (1962) o La furia de los vikingos (1961), alternando papeles secundarios con números musicales. Se codearon con artistas como los estadounidenses Fred Astaire y Frank Sinatra y, ya en su madurez artística, protagonizaron una histórica portada de Playboy Italia que batió récords de ventas.

Tras décadas de carrera internacional y de residencia en Italia, las gemelas Kessler regresaron en 1986 definitivamente a Alemania, y se instalaron en Baviera. Entre los honores que recibieron figura la Bundesverdienstkreuz (Cruz Federal al Mérito), la más alta condecoración civil del país. Su última aparición pública fue el pasado 24 de octubre, en que asistieron a una velada de circo en Munich. Fueron, hasta el último instante, un dúo indisoluble.