Paloma San Basilio: “Quisieron ahogar mi voz”
Entrevista
La artista, que estrena nuevo musical, promociona su tercera novela y finaliza la gira de despedida, repasa su trayectoria profesional coincidiendo con su 75 aniversario
Paloma San Basilio
Paloma San Basilio es una guerrera. Siempre con la lanza en alto y dispuesta a emprender nuevos desafíos. La dama andante de la música española llega hoy a los 75 con más de 50 años de carrera musical que culminará en abril del año que viene en Miami con el último concierto de su gira de despedida Gracias . Licenciada en Filosofía y de carácter multidisciplinar, en abril publicó su tercer libro, la novela Uxoa, el secreto del valle (HarperCollins), y ahora estrena nuevo espectáculo, el musical Dulcinea , dirigido por Juan Carlos Rubio y con más de 130 funciones contratadas por toda la geografía española hasta el 2026. Soñadora y artista errante como don Quijote, interpreta a una Dulcinea que tiene mucho de ella y poco del ideal caballeresco.
¿Esta obra teatral es su regalo de cumpleaños?
Es un regalo, no te quepa la menor duda. Es maravilloso que tras cincuenta años de carrera y cuando cumples tres cuartas partes de siglo llegue la posibilidad de estrenar algo ilusionante y distinto. Además, muestra a una Dulcinea con voz propia, capacidad crítica y que reivindica desde lo femenino.
Parece que esta Dulcinea tiene mucho de Paloma San Basilio, una mujer capaz de divorciarse en plena transición.
Hay mucho de mí en la obra, por eso no me cuesta interpretarla. Nací en una casa con mucha libertad, en la que todo el mundo decía lo que pensaba y se respetaba. Mi forma de entender la vida y de relacionarme a veces chocaba con un entorno machista, muy de juicio constante, donde la gente no se atrevía a ser como era y se debían cumplir unas normas que no servían para convivir, sino más bien para todo lo contrario. Al final, yo soy la mejor testigo de mí misma y lo que los demás opinen o piensen de mí es secundario. Todo lo que he hecho, lo he hecho desde el convencimiento. Es mi forma de entender y de andar por la vida. No hay ninguna ideología detrás. Y a veces pagas un precio por esta libertad y el no sometimiento, por decir que no a ciertas cosas.
Paloma San Basilio estrena la obra de teatro 'Dulcinea'
¿Qué precio ha pagado?
Estuve cerca de tres años castigada por una discográfica por ser mala. Me pusieron a un productor con muchos éxitos para que vendiera más, pero a él no le gustaba y no quería que cantase con voz. Quisieron ahogar mi voz, que la hiciese pequeña. Hice tres canciones y a la cuarta ya no podía más. Le pregunté por qué producía mi disco si no le gustaba mi voz. Me respondió que tenía la obligación de hacerme canciones comerciales para vender más. Le dije que no a costa de mi voz y de mi alma. Lo dejé plantado y no volví.
¿Y qué ocurrió después?
Acabé entrando en el despacho del director de la discográfica porque no me recibía. Le pedí que, si no quería grabar conmigo, me dejara seguir mi viaje. No tenía derecho de bloquear mi futuro. Me respondió que estaba en un cajón y que hasta que él quisiera no saldría. ¿Sabes qué?
¿Qué?
Al final la vida te ayuda y aparece algo que te compensa. Se abre otra puerta, que es la tuya. La otra no era la tuya, era la de los egos y las vanidades. Tienes que confiar en ti misma aunque te equivoques. A un artista no puedes matarle el alma. No le puedes negar lo que tiene de distinto, de especial.
Paloma San Basilio en plena actuación el pasado mes de junio en Madrid
¿Le ha costado tomar la decisión de despedirse de su carrera musical?
Pues no, porque ya eran más de 50 años, que son muchos. Creo que lo estoy haciendo en el momento adecuado y de una manera natural. No tengo ninguna sensación de nostalgia.
Y ha hecho la gira junto a su hija Ivana, que también es cantante además de productora y compositora.
Ha sido un fantástico reencuentro entre madre e hija. Ella tiene mucho talento. Y sobre todo tiene algo que yo admiro, que es la constancia. No se conforma con algo a medio camino. Ha sido precioso tenerla en el escenario y convivir en aviones y hoteles.
Paloma San Basilio y su hija Ivana
En abril publicó Uxoa, paloma en vasco, una novela que tiene mucho de autobiográfico y que escribió tras la muerte de su hermana.
Creo que fue como una catarsis. Mi hermana era como una segunda madre para mí, nos llevábamos unos trece años. A mí me gusta la soledad, para mí es enriquecedora. Hasta la muerte de Maite, nunca la había sentido como algo negativo, como dolor, como ausencia. Ahí me encontré con esa otra soledad.
Y también se encontró con el valle de Baztan.
Lo descubrí a través de un amigo navarro en los ochenta y encontré un caserío del siglo XVII en muy malas condiciones y lo rehabilité con todo el cariño del mundo. Irme al caserío y ponerme a escribir entre esas piedras sobre su reconstrucción y la reconstrucción de mi alma fue muy bonito. En Uxoa hay esperanza, renovación y ese encontrar sentido a la vida. Y mira por donde, el caserío me está devolviendo todo el amor que puse en él. Ahora es donde estoy viviendo, donde he decidido que me encuentro más a gusto.
Paloma San Basilio firmando su última novela en Sant Jordi
¿Y qué ha encontrado en Baztan?
Es un lugar muy mágico y la gente es adorable. Existe un gran respeto por todo. El valle conserva la belleza y la pureza. Creo que hay que ser universal pero teniendo claro de dónde vienes. Yo nací en Madrid, me crie en Sevilla, luego en Galicia…, soy muy nómada. No pertenezco a ningún sitio, pero en cada lugar donde he vivido dejé una pequeña raíz. Y ahora la tengo en Baztan.
¿No piensa en la jubilación?
Pues no. La jubilación está muy bien para gente que hace un trabajo duro o para los que quieren hacer lo que no han podido hacer, pero es que yo siempre he hecho cosas que me han gustado, y si me jubilo, dejo de hacerlas. No veo que el cambio sea bueno. A partir de una edad, si tienes la cabeza bien amueblada, curiosidad y humildad, los años se convierten en un aliado y no en un enemigo. Yo ahora, con 75, me siento más plena que nunca.