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La 'Fortaleza Voladora' que acabó hundida en el fondo del Mar Báltico en una misión de bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial

Arqueología

Investigadores estadounidenses han descubierto los restos del B-17 y han recuperado dos de sus famosas ametralladoras

El Bombardero B-17 se estrelló en el Mar Báltico durante la Segunda Guerra Mundial 

Jens Lindström

El 1943, la Segunda Guerra Mundial estaba en el punto álgido. La derrota alemana en Stalingrado, la rendición japonesa en Guadalcanal, la victoria rusa en Kursk (la mayor batalla de tanques de la historia) o la invasión de Sicilia y la posterior rendición de Italia había decantado claramente la balanza a favor de los aliados.

Los nazis, sin embargo, no iban a dar su brazo a torcer hasta un año después. Así que la ofensiva por tierra, mar y aire se intensificó para cerrando el cerco sobre Alemania. En una de esas misiones un bombardero pesado cuatrimotor B-17 Flying Fortress se estrelló en el Mar Báltico.

En las profundidades marinas

Imagen obtenida con un sonar de barrido del lugar exacto donde se encuentra el bombardero 

Universidad Texas A&M

Ocho décadas después, investigadores de la Universidad Texas A&M han descubierto el lugar exacto donde se encuentra el avión en las profundidades marinas. Ahora su objetivo es recuperar los restos de la tripulación. “Tenemos la esperanza de brindar consuelo a los descendientes de los soldados desaparecidos”, dicen los arqueólogos submarinos.

El equipo dirigido por el doctor Piotr Bojakowski viajó a Dinamarca en julio para una operación que partió desde la Bahía de Kiel (Alemania) en colaboración con la Agencia de Contabilidad de Prisioneros de Guerra/Desaparecidos en Combate (DPAA) del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Una de las ametralladoras del calibre .50 recuperadas del fondo del Mar Báltico 

Universidad Texas A&M

Los Boeing B-17 Flying Fortress jugaron un importante papel en el frente europeo durante la Segunda Guerra Mundial, donde destacaron por su potente armamento defensivo y su gran resistencia. Apodado la “Fortaleza Volante” por sus múltiples ametralladoras, se usaron en misiones de estratégicas de largo alcance y se les atribuye el lanzamiento de más bombas que cualquier otro avión estadounidense durante el conflicto.

Equipado con hasta 13 ametralladoras de calibre .50, su tripulación típica de 10 personas incluía al piloto, copiloto, navegante, bombardero y artilleros. El bombardero se ganó una gran reputación por su capacidad para sufrir daños graves y aun así regresar con sus tripulaciones a salvo. Aún así, de los 12.700 B-17 que se construyeron, muchos se perdieron en la guerra.

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Utilizando tecnologías avanzadas de exploración submarina como sonar de barrido lateral y detección de metales por magnetometría, los expertos de la Universidad de Texas A&M analizaron un área de un kilómetro cuadrado del Mar Báltico para determinar la ubicación exacta de los restos del avión.

Como punto de partida utilizaron los datos proporcionados por un bruzo local que en 2001 vio el bombardero durante una inmersión e informó a la DPAA. Las anomalías detectadas en el fondo marino se marcaron como posibles objetivos de interés, y se desplegó un vehículo operado remotamente para determinar si se trataba de formaciones geológicas inusuales o restos de la aeronave.

Imagen de una de las ametralladoras defensivas del B-17 Flying Fortress 

Wikipedia

Una imagen que se parecía a parte de un perfil de ala impulsó a Bojakowski y a otros miembros de su equipo a bucear hasta el lugar para confirmar los hallazgos. Allí, enterrados bajo años de sedimentos y organismos marinos, yacían los restos de la Fortaleza Volante.

“Es emocionante ver un lugar de accidente bajo el agua”, señaló Bojakowski en un comunicado. “Aunque esté en ruinas, uno empieza a visualizar la nave completa, con el motor, las alas y los tanques de combustible. Poco a poco, se empieza a reconstruir todo de forma coherente y a comprender lo sucedido”, añadía.

Formación de Boeing B-17 durante una misión sobre Schweinfurt (Alemania)

Wikipedia

Para su asombro, dos de las ametralladoras calibre .50 del bombardero cuatrimotor se habían desprendido con el impacto, y el equipo logró recuperarlas. Tras limpiar los sedimentos marinos, los números de serie de cada arma quedaron claramente visibles.

Disponer de los números de serie de las ametralladoras es un paso significativo para identificar definitivamente a la tripulación del B-17. “Encontrarlas entre los restos es fundamental. Son artículos controlados por el ejército, por lo que no solo llevan un número de serie, sino que su ubicación en cada aeronave también estuvo estrictamente controlada durante la guerra”, señalan los expertos.

Los arqueólogos, fotografiados junto a una ametralladora que ha pasado 80 años en el fondo del mar

Universidad Texas A&M

“A medida que se realicen más investigaciones de archivo sobre los números de serie, podremos identificar positivamente el avión y, posteriormente, a las personas que se sabe que desaparecieron con él”, asegura Bojakowski. La DPAA trabaja para localizar e identificar los restos de aproximadamente 81.000 militares estadounidenses desaparecidos en guerras pasadas.

“Para algunas familias, el fin de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo el tan esperado reencuentro con los soldados que regresaban. Para otras, significó la traumática constatación de que sus seres queridos se encontraban entre los muchos perdidos”, concluyen los expertos.