Hallado un bisturí de hace 2.300 años usado por un druida para realizar cirugías en el cráneo en el poblado celta más nororiental de Europa
Arqueologia
El instrumento médico encontrado en Polonia tenía un extremo en forma de hoja que se transformaba en punta y un mango de madera
El bisturí tenía un mango de madera y un extremo en forma de hoja que se transformaba en punta
Las tribus celtas que llegaron a Masovia, en el centro este de la actual Polonia, en el siglo IV a.C. no solo buscaban nuevas tierras y recursos. Su objetivo era encontrar un lugar donde empezar una nueva vida. Por eso no solo viajaron los guerreros, también personas especializadas en herrería... o en medicina.
Uno de los sitios donde se asentaron estos grupos fue en Łysa Góra, que hace ya un par de años que está siendo excavado por los expertos del Museo Arqueológico Estatal en colaboración con la Facultad de Arqueología de la Universidad de Varsovia. En 2024 encontraron un singular casco militar y hace unos meses se toparon con otro hallazgo sorprendente que hasta ahora no han conseguido identificar.
Más excepcional que un casco celta
“En primavera, encontramos una herramienta para la trepanación craneal. Este descubrimiento es aún más excepcional que un casco, ya que este tipo de instrumentos solo se conocen en unos pocos yacimientos celtas del sur y centro de Europa (Rumanía, Croacia y Austria)”, asegura el doctor Bartłomiej Kaczyński, quien dirigió la investigación.
Inicialmente, los investigadores desconocían la naturaleza de su hallazgo. Sin embargo, una consulta a la bibliografía especializada reveló que se trataba de un tipo de bisturí con un extremo en forma de hoja que se transformaba en punta y con un mango de madera.
El yacimiento de Łysa Góra, en la región de Masovia (Polonia)
“Esto indica que los pueblos de origen celta que llegaron a esta zona contaban con algún especialista en procedimientos médicos, como es el caso del grupo que probablemente transitó por esta ruta comercial con el casco descubierto el año pasado y otros interesantes artefactos de La Tène”, apunta Kaczyński.
Los arqueólogos polacos consideran que posiblemente se trataba de un druida que practicaba la medicina herbaria, pero que también poseía un conjunto de herramientas profesionales. Aunque probablemente tenía más de simbolismo mágico que de utilidad práctica, añaden.
La cultura de La Tène pertenecía a la Edad de Hierro y su núcleo principal estaba en los Alpes, aunque en su momento de máxima expansión llegó incluso hasta las Islas Británicas y el este de Europa. Sus poblados se dividían en pequeñas acumulaciones rurales de casas de madera y fortificaciones rodeadas de un foso.
La trepanación es una forma de cirugía craneal que se practicó en numerosas culturas alrededor del mundo durante milenios. Aunque existen varios métodos, parece que la mayoría de los pueblos celtas usaron el sistema tradicional de raspado. Solo unos pocos optaron por la trepanación con taladro. Aún así, hasta el momento no se han encontrado esqueletos de personas que se hayan sometido a este procedimiento en Łysa Góra.
Restos de fortificaciones en Łysa Góra
En la parte noroeste, la menos fortificada del asentamiento, los investigadores también han encontrado evidencias de que en el sitio se fundía hierro. Descubrieron fragmentos de las llamadas escorias en forma de copa y también hallaron un yunque de hierro para trabajar objetos metálicos.
“El yunque parece un cubo clavado al tronco de árbol. En él se trabajaban pequeñas herramientas con un martillo de herrero. Esto indica que algunos de los objetos de hierro, bastante pequeños, que descubrimos podrían haberse fabricado allí mismo. El grupo de celtas llegó aquí no solo con un médico, sino quizás también con un herrero, que moldeaba los objetos a su manera, en un estilo propio”, describió el doctor Kaczyński.
Numerosos artefactos de origen celta
Durante las últimas excavaciones aparecieron numerosos artefactos de origen celta: broches, una punta de lanza, un hacha de hierro de sección rectangular y numerosos objetos pequeños relacionados con arneses para caballos, como hebillas para sujetar cabezadas o correas de bocado.
“También identificamos el sistema defensivo del asentamiento de Łysa Góra. Su parte sur presentaba un tipo de fortificación completamente distinto a la de la parte norte. Es probable que toda la vida de la comunidad en aquel entonces girara en torno a este punto. La colina meridional estaba separada por una gran empalizada con un foso. La norte, en cambio, solo contaba con una simple cerca que ofrecía protección temporal contra, por ejemplo, animales salvajes”, añadió el experto.
Escoria en forma de cuenco, un rastro de la fundición de hierro en época celta
Las primeras investigaciones en Łysa Góra, el yacimiento celta más nororiental jamás encontrado en Europa, se llevaron a cabo en las décadas de 1970 y 1980. Los arqueólogos regresaron al yacimiento en 2024 para colaborar en la creación de una ruta didáctica. Para que esto fuera posible, tuvieron que realizar una serie de pruebas y proteger el sitio de posibles daños durante su uso.
“Łysa Góra ya era un asentamiento fortificado incluso antes de la llegada de los celtas en el siglo IV. Pero los vestigios de la metalurgia del bronce y el hierro, las importaciones únicas y los fragmentos de objetos de bronce y ámbar indican que el sitio se convirtió en un centro comercial clave en la ruta del ámbar”, concluye Kaczyński.