Fue canibalismo selectivo. Las víctimas se eligieron con toda la intención. Mujeres adultas y niños pequeños neandertales. Y no tuvo nada que ver con ningún ritual ni ofrenda. Fue un macabro festín en el que se consumieron los integrantes de una tribu rival hace entre 41.000 y 45.000 años en la caverna Troisième de Goyet (Bélgica).
Un equipo de investigadores del CNRS, la Universidad de Burdeos y la Universidad de Aix-Marsella descubrieron los restos entre los huesos de animales cazados, descuartizados y consumidos por los ocupantes de Goyet. Al analizarlos en el laboratorio vieron que pertenecían a un grupo ajeno a la comunidad local y que probablemente fueron llevadas al yacimiento para ser usados como alimento.
Canibalismo dirigido a foráneos
Según explican los arqueólogos en un artículo publicado en la revista Science Reports, este canibalismo dirigido específicamente a foráneos podría reflejar la existencia de tensiones territoriales entre grupos neandertales poco antes de que esta especie desapareciera definitivamente de la región.
El Paleolítico Medio tardío en el norte de Europa estuvo marcado por una gran diversidad cultural dentro de las comunidades de Homo neanderthalensis, coincidiendo con la emergente presencia del Homo sapiens en las zonas cercanas.
Restos de la caverna Troisième de Goyet, muy fragmentados y con huellas características de fracturación y percusión
Los especialistas franceses se han pasado diez años estudiando la caverna de Goyet, una serie de cuevas subterráneas conectadas entre sí, situadas en Valonia, en un acantilado de piedra caliza a unos 15 metros sobre el río Samson, cerca de la ciudad de Mozet.
Los expertos también han reevaluado miles de fósiles y artefactos que se atribuyen a una larga y contigua ocupación del sitio desde hace 120.000 hasta hace menos de 5.000 años mediante análisis de ADN, datación por radiocarbono y mediciones isotópicas.
El objetivo era determinar el origen geográfico de los individuos encontrados, además de poder realizar reconstituciones virtuales que permitieron el análisis morfológico de huesos humanos, a veces muy fragmentados.
Su conclusión es que los neandertales de Goyet podrían haber devorado a los miembros más débiles de un clan enemigo. De entre los seis individuos canibalizados, cuatro han sido identificados como mujeres adultas o adolescentes, mientras que los dos restantes (un niño y un bebé) resultaron ser varones.
Los neandertales acabaron cediendo al empuje de sus primos hermanos, los Homo Sapiens
A excepción del recién nacido, el resto de los esqueletos muestran signos inequívocos de haber sido descuartizados, lo que convierte este caso en el mayor conjunto de restos neandertales canibalizados del norte de Europa. Ninguna de las seis víctimas era local.
El análisis del tamaño, la forma y la robustez de los huesos largos de sus extremidades ha permitido a los arqueólogos observar que todas las víctimas eran bastante bajas y frágiles para ser neandertales. Además, a pesar de ser extranjeros, su condición física sugiere que no habían sido particularmente móviles durante sus vidas, lo que significa que probablemente no se adentraron en territorio enemigo mientras buscaban alimento.
Un comportamiento depredador selectivo
“Los individuos neandertales de Goyet dan testimonio de un comportamiento depredador selectivo hacia hembras gráciles y de baja estatura, y posiblemente hacia individuos inmaduros”, escriben los autores del estudio. “Los miembros más débiles de uno o varios grupos de una misma región vecina habrían sido atacados deliberadamente”, añaden.
El exocanibalismo (el consumo de extranjeros) por parte de otros humanos “se asocia típicamente con la guerra o la competencia entre grupos, que implica el secuestro violento de individuos de comunidades externas”, concluyen los especialistas franceses.


