El eclipse solar total más antiguo registrado fue hace 2.700 años en China e indica que el Sol se volvía más activo y la Tierra giraba más rápido

Arqueología

El evento astronómico fue un acontecimiento para los miembros de la Corte del Estado de Lu en la ciudad de Qufu

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Un eclipse total de sol visto desde Chile en 2019 

AFP

Qufu, la antigua capital china del Ducado de Lu, quedó totalmente a oscuras. Y no, no se había apagado la luz. En el año 709 antes de Cristo, los cronistas del lugar registraron por primera vez un eclipse solar total y ahora, 2.700 años después, se han resuelto los misterios que lo acompañaron.

Investigadores de las universidades de Nagoya y Reading han recuperado los datos de aquel hecho para reconstruir el ciclo solar del siglo VIII a.C. Y realizar mediciones precisas de la velocidad de rotación de la Tierra para descubrir que el astro rey se estaba volviendo más activo tras un largo período de inactividad

El 17 de julio del año 709 a.C.

Analizaron la antigua descripción realizada el 17 de julio del año 709 antes de Cristo en la Corte del Estado de Lu y encontraron una descripción detallada de lo que se ha considerado la corona solar (la tenue atmósfera exterior del Sol, visible a simple vista solo durante los eclipses totales), según explican en un artículo publicado en la revista Astrophysical Journal Letters.

La información estudiada se encontró en una crónica del reconocido filósofo Confucio titulada “Anales de Primavera y Otoño”. Este compendió es uno de los textos históricos chinos más antiguos y relata acontecimientos que abarcan el reinado de los 12 duques de Lu, del 722 al 481 antes de Cristo, ordenados por estaciones (de ahí su nombre).

Estatua de Confucio en un templo confuciano en Shanghái, China

Estatua de Confucio en un templo 

iStock

Los expertos suponen que el texto se compiló aproximadamente dos o tres siglos después del eclipse, un evento que se registró como “el Sol se eclipsó totalmente”. En un apéndice posterior se detalla que la estrella quedó “completamente amarilla por encima y por debajo”, lo que se ha asociado con el registro de una corona solar.

“De ser así, representa una de las descripciones escritas más antiguas que se conservan de la corona solar”, explica en un comunicado el profesor Hisashi Hayakawa, de la Universidad de Nagoya y autor principal del artículo.

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Cuando los investigadores intentaron verificar el registro del eclipse mediante cálculos astronómicos modernos y reconstrucciones de la velocidad de rotación de la Tierra, descubrieron que un oscurecimiento total no habría sido visible desde la antigua capital de la Corte Lu.

Los expertos se dieron cuenta de que estudios anteriores habían pasado por alto la ubicación exacta de la ciudad. Para corregir las coordenadas de Qufu, los científicos consultaron informes de excavaciones arqueológicas y descubrieron que se habían usado coordenadas que se encontraban a unos ocho kilómetros de la ubicación real.

Muralla de la ciudad de Qufu, hogar del filósofo Confucio

Muralla de la ciudad de Qufu, hogar del filósofo Confucio 

Wikipedia

“Esta corrección nos permitió medir con precisión la rotación de la Tierra durante el eclipse total, calcular la orientación del eje de rotación del Sol y simular la apariencia de la corona”, explicó Hisashi Hayakawa, doctor en física solar e historia oriental.

China desarrolló una gran tradición para los registros astronómicos. Las antiguas dinastías contrataban a expertos para monitorear los eventos cósmicos por razones omenológicas (interpretar fenómenos celestes como presagios o señales). Los emperadores creían que los acontecimientos extraños indicaban irregularidades políticas, lo que llevó al seguimiento cuidadoso de eclipses o auroras.

Registros de antiguos eclipses

En consecuencia, este registro sistemático a lo largo de múltiples dinastías ha proporcionado a China algunos de los mejores registros de eclipses antiguos del mundo. Aunque el evento del 709 a. C. Es la mención escrita explícita más antigua de un eclipse solar total y posiblemente la descripción más antigua de una corona solar, Hayakawa y sus colegas plantean dudas sobre la fiabilidad del texto.

Sus contradicciones vienen determinadas porque el apéndice en el que se habla de la corona es un añadido que aparece en el 'Hanshu' (Libro de Han) basado en una cita escrita siete siglos después del eclipse, en un momento en el que la Tierra giraba más rápido y el Sol estaba más tranquilo.

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Un eclipse solar visto desde China 

Reuters

“Nuestro planeta gira ligeramente más lento ahora que hace 2700 años debido a varios factores, como la fricción de las mareas oceánicas causada por la gravedad de la Luna”, dicen los especialistas tras obtener nuevas mediciones precisas utilizando las coordenadas corregidas de Qufu.

El estudio reveló que el delta T (ΔT), un parámetro que mide la variabilidad de la velocidad de rotación de la Tierra, durante este eclipse se situó entre 20.264 y 21.204 segundos. “Este nuevo conjunto de datos corrige errores de coordenadas en estudios previos sobre la rotación de la Tierra. Además, mejora la precisión en la datación y reconstrucción de eventos astronómicos históricos”, apunta Mitsuru Sôma, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón y coautor del estudio.

Datos de los anillos de los árboles

La investigación también respalda estudios recientes del ciclo solar basados en datos de radiocarbono de los anillos de los árboles. Durante la fotosíntesis, los árboles absorben carbono, incluido el radiocarbono, que se almacena en sus anillos de crecimiento anuales.

Dado que las concentraciones de radiocarbono reflejan los niveles pasados de rayos cósmicos y estos disminuyen con el aumento de la actividad solar, los científicos miden estas concentraciones para rastrear la actividad del Sol a lo largo del tiempo y así poder reconstruir ciclos pasados.

Un ciclo se 11 años

Cada 11 años, el astro rey alterna fases más activas y menos activas. En ocasiones, este patrón se ve interrumpido por períodos más largos de calma, denominados “grandes mínimos”, en los que el Sol solo produce manchas solares dispersas. El eclipse ocurrió justo después del final de un período de disminución de la actividad solar conocido como el “Gran Mínimo Neoasirio” o “Gran Mínimo de Homero”, entre el 808 y el 717 antes de Cristo.

Las descripciones de la probable estructura de la corona solar realizadas por los antiguos observadores sugieren que el Sol había recuperado ciclos solares regulares con una actividad magnética sustancial hacia el 709 a.C. Y alcanzó el pico de su ciclo de 11 años. Este resultado respalda lo que otros científicos han reconstruido utilizando datos de anillos de árboles.

Observadores muy hábiles

“Algunos de nuestros antepasados eran observadores muy hábiles. Al combinar sus minuciosos registros con métodos computacionales modernos y evidencia histórica, podríamos encontrar nueva información sobre nuestro planeta y nuestra estrella de hace miles de años”, concluye el doctor Meng Jin, del Laboratorio Solar y Astrofísico de Lockheed Martin.

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