¿Por qué fracasó la República de Weimar? Las respuestas que ha dado la historiografía son numerosas: por las cargas económicas y simbólicas (culpabilidad de la guerra) impuestas por el Tratado de Versalles; por la herencia autoritaria y la continuidad de las élites imperiales en posiciones clave de poder como el Ejército, la industria o la justicia; por los defectos estructurales de la Constitución, que conferían al presidente unas prerrogativas susceptibles de ser utilizadas de forma abusiva; por la falta de altura de miras de los partidos democráticos, atrincherados en sus posiciones ideológicas; por las consecuencias materiales y psicológicas de la hiperinflación de 1923 y de la crisis económica de 1929, que crearon las condiciones para el ascenso electoral del partido nazi; por la creencia de las fuerzas conservadoras de que podrían controlar a un fanático como Hitler tras facilitar su nombramiento como canciller (el partido nazi nunca logró la mayoría absoluta).
Catorce años
El veterano historiador y periodista Volker Ullrich, autor del reciente estudio sobre el final del Tercer Reich Ocho días de mayo (Taurus, 2023), examina esas causas de forma pormenorizada a través de un relato ágil y vívido de los acontecimientos ocurridos durante los catorce años de existencia de la joven democracia alemana. Revoluciones comunistas, golpes de Estado de extrema derecha, ocupaciones militares, magnicidios, violencia política, crisis económicas…
Como se ve, la República de Weimar no lo tuvo fácil para mantenerse en pie. Sin embargo, a pesar de las dificultades que le salieron al paso, lo hizo. Esta es la principal tesis del historiador alemán: el fracaso de la democracia no fue inevitable; y la llegada al poder de Hitler, aún menos.
Ullrich pone en valor la capacidad de resistencia demostrada por el régimen de Weimar. Cuestiona la famosa frase de Thomas Mann: “Hay un camino recto que lleva del delirio de la inflación alemana al delirio del Tercer Reich”. Muestra cómo la República salió fortalecida de la crisis más grave que había sufrido hasta entonces, recuperándose económicamente con notable rapidez y consolidándose políticamente.
Y señala que también podría haber superado la crisis de 1929 si hubiera existido la voluntad política necesaria entre los distintos partidos. Incluso en enero de 1933 todavía existía margen de maniobra. Quizá no para salvar la República, herida de muerte, pero sí para evitar la llegada del régimen nazi. Sirva esta crónica, subraya Ullrich, como advertencia: “Está en nuestras manos que nuestra democracia fracase o sobreviva”.
El fracaso de la República de Weimar
Volker Ullrich
Barcelona: Taurus, 2025
23,65 € (papel) / 10,44 € (digital)
