Israel se blinda ante la incertidumbre en Siria

Análisis

Durante años, Israel manejó una sensible balanza en la zona: permitió la entrada de ayuda a algunas facciones, pero en paralelo bombardeó a elementos rebeldes yihadistas

Conflicto en Siria y caída del régimen de El Asad, en directo | Última hora de la situación en Damasco

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Un soldado israelí bloquea la carretera que conduce a la frontera de Israel con Siria en los Altos del Golán 

ATEF SAFADI / EFE

“El estado de Israel no interviene en el conflicto interno de Siria”, proclamó el ministro de exteriores israelí Gideon Sa’ar horas antes de la caída del tirano Bashar al-Assad. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se pusieron en máxima alerta el sábado, tras detectar movimientos de facciones rebeldes en la zona de amortiguamiento en la frontera entre Siria e Israel en los Altos del Golán. Tropas hebreas rescataron a cascos azules de la ONU que fueron atacados.

Israel combatió en los últimos 14 meses en todos los frentes. Incluido en Siria, donde lleva años bombardeando objetivos proiraníes y convoyes de armamento destinados a Hizbulá. Reuters reportó que en la madrugada del domingo cazas hebreos atacaron un convoy de 150 vehículos blindados de milicianos del grupo chiita libanés, que huían de Al-Qusair, epicentro del contrabando de armas iraníes hacia el Líbano. A pesar del estallido de la guerra civil siria en 2011 y la hecatombe regional tras los atentados de Hamás del 7 de octubre, la frontera terrestre sirio-israelí se mantuvo en relativa calma los últimos años.

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Un soldado israelí reza junto a los tanques desplegados en la frontera de Israel con Siria en los Altos del Golán, anexionados por Israel 

ATEF SAFADI / EFE

La última gran amenaza para Israel en este frente fue la sorpresiva incursión de los blindados sirios de Hafez al-Assad -padre del derrocado dictador- durante la Guerra del Yom Kipur (1973). Tras la firma del armisticio un año después, se estableció un margen de territorio estéril, y poblados sirios como la vieja Quneitra fueron despoblados. Desde el mirador del Monte Bental, israelíes y turistas tomaban café en 2012 avistando nubes de humo, generadas por los combates entre rebeldes y tropas del régimen. Ahora, el acceso al mirador está vetado, y la comandancia de las FDI estudia desde la altura un nuevo e incierto escenario.

Tsahal desplegó más músculo militar “para asegurar la seguridad de las comunidades en los Altos del Golán”. Cuatro localidades fronterizas harán clases online, y territorios agrícolas fueron catalogados como zonas militares cerradas. Se teme que hombres armados puedan intentar penetrar la frontera, o que civiles que temen por su vida ante el cambio de régimen en Damasco busquen asilo en Israel.

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En la cúspide del conflicto civil sirio, civiles heridos —muchos niños— se acercaron a la frontera. Miles fueron tratados en hospitales israelíes, y luego devueltos a Siria. Durante años, Israel manejó una sensible balanza en la zona: permitió la entrada de ayuda a algunas facciones, pero en paralelo bombardeó a elementos rebeldes yihadistas.

Desde Israel se sigue con preocupación lo que ocurre en localidades drusas fronterizas. Los cascos azules atacados el sábado fueron tiroteados en Jader, una aldea muy próxima a Majdal Shams. En ambas residen miembros de esta minoría árabe escindida del islam. Con la captura israelí de los Altos del Golán (1967) se redibujaron las fronteras, y clanes familiares drusos quedaron territorialmente divididos. Las FDI temen que, si rebeldes islamistas toman Jader, drusos del lado israelí de la frontera traten de socorrerlos.

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Un soldado israelí reza junto a los tanques desplegados en la frontera de Israel con Siria en los Altos del Golán, anexionados por Israel 

ATEF SAFADI / EFE

“Es la primera vez desde 2018 que suníes radicales, próximos a Al-Qaeda, controlan la frontera con Israel. Requerirá a tsahal y a la inteligencia estar en máxima alerta, así como acciones preventivas, para evitar arrastrar a Israel a un problema”, apuntó Amos Harel, analista militar de Ha’aretz.

La caída del régimen de Bashar al-Assad apagará el “anillo de fuego”, la red de milicias armadas por Irán para combatir al estado judío desde el Líbano, Gaza, Siria, Irak o Yemen. A nivel estratégico, es una buena noticia para Israel: rebeldes islamistas y milicias kurdas capturaron vastos territorios al este de Siria, territorio clave para el tránsito de armas iraníes. Durante más de un año, Hamás y Hizbulá usaron estos proyectiles para sumir a todo Israel bajo fuego.

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Es clave para el interés israelí que permanezcan los 900 soldados estadounidenses en la base de Al-Tanaf, un enclave en el triángulo fronterizo Siria-Irak-Jordania. En su primer mandato, Donald Trump amenazó con retirar a sus tropas de territorio sirio.

“Israel debe enviar un mensaje inmediato a los rebeldes: debe usar la fuerza si intentan acercarse a la frontera. Interesa mantener la presencia de cascos azules, y evitar que los rebeldes ataquen a drusos sirios”, añadió Harel. Las FDI desplegaron refuerzos de tanques y defensas antiaéreas, y se estudia bombardear almacenes de armas del rendido ejército de Assad, ante el temor de que las armas caigan en manos peligrosas.

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Un soldado israelí reza junto a los tanques desplegados en la frontera de Israel con Siria en los Altos del Golán, anexionados por Israel 

ATEF SAFADI / EFE

Ante la nueva situación de emergencia en otra frontera norte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu convocó este fin de semana reuniones de urgencia con el gabinete de seguridad. Cualquier imprevisto podría ser aprovechado por “Bibi” como nueva excusa para evitar aportar su testimonio en los juicios pendientes por corrupción, que deberían reanudarse la próxima semana.

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