Moscú, un refugio para líderes amigos

Cambio de régimen en Siria

El Kremlin evita confirmar oficialmente que haya dado asilo a Bashar el Asad y a su familia, como aseguran las agencias estatales rusas

Antes que al depuesto rais sirio, en las últimas décadas Rusia ha concedido asilo político a otros mandatarios o sus familias que han perdido el poder, como el kirguís Askar Akáyev y el ucraniano Víktor Yanukóvich

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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, recibió al ya depuesto dictador sirio Bashar el Asad en el Kremlin de Moscú el 15 de marzo de 2023 

VLADIMIR GERDO / AFP

Hace 12 años, uno después del inicio de la guerra civil en Siria, parecía que el régimen de Damasco estaba a punto de caer, y ya entonces se especulaba con que Bashar el Asad podría encontrar refugio en Moscú y su familia, una bonita residencia en la exclusiva población de Barvija, por cuyas tiendas para la élite podría pasearse a gusto su mujer Asma. Pero el régimen que había heredado de su padre, Hafez el Asad, aguantó el primer envite. Esta vez no ha podido ser, El Asad ha huido de su país y efectivamente su destino estaba en Moscú.

Citando fuentes del Kremlin, las agencias estatales rusas anunciaron el domingo que Rusia había concedido asilo al depuesto líder sirio y su familia “por razones humanitarias”. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, rehuyó este lunes a comentar la situación de El Asad. En caso de la concesión de asilo “Desde luego, estas decisiones no se pueden tomar sin el jefe del Estado. Es su decisión”, ha asegurado Peskov. Pero eludió confirmar oficialmente la concesión de asilo al líder depuesto sirio y su familia. “No, no estamos obligados a hacerlo”, respondió a los periodistas.

Este caso no es una excepción. Antes que él otros líderes amigos de Rusia expulsados de sus puestos lograron seguir con su vida protegidos en Moscú.

La exclusiva Barvija

El más conocido de los últimos tiempos es el expresidente de Ucrania Víktor Yanukóvich, al que el Kremlin ayudó a dejar su país en 2014, tras la revolución proeuropea del Maidán en Kyiv. También viven actualmente en Rusia otros miembros del poder ucraniano de esos años, como el exprimer ministro Mykola Azárov.

El primer destino de Yanukóvich en Rusia fue, por supuesto Barvija. Allí se convirtió en vecino de la familia del expresidente yugoslavo Slovodan Milosevic, fallecido en 2006 en el centro penitenciario de Schveningen mientras era juzgado en La Haya por crímenes contra la humanidad. Antes, su esposa Mira Markovic y su hijo Marko, así como su hermano Borislav Milosevic, ya se habían instalado en Moscú.

También encontró asilo en el distinguido asentamiento al oeste de Moscú Askar Akáyev, el presidente de Kirguistán depuesto en 2005 en la revolución de los tulipanes, la primera de las tres que ha sufrido esta exrepública soviética de Asia Central en las últimas décadas. Formado como matemático y físico, Akáyev se ha dedicado en la capital rusa a actividades académicas.

Uno a Rusia, otro a Bielorrusia

La revolución que expulsó a Akáyev encumbró en la presidencia del país a Kurmanbek Bakíýev, que cayó de forma similar con la segunda revolución, en 2010.

En vez de buscar asilo en el mismo lugar que su enemigo político, Bakíyev huyó con su familia a Minsk, capital de Bielorrusia, que meses después le concedió la ciudadanía.

Antes de ellos Rusia dio asilo a Aslán Abashidze, líder de la región de Ayaria, en Georgia, que en 2004 protagonizó una grave crisis política enfrentándose al Gobierno de Tiflis tras la revolución de las rosas que lideró Mijaíl Saakashvili en 2003. La intervención de Rusia solucionó el pulso de poder y el entonces alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, aportó su avión privado para recoger a Abashidze.

Honecker buscó refugio en Moscú con la URSS a punto de desaparecer

También ha habido intentos de asilo que no terminaron de concretarse.

Después de perder el poder de la Alemania Oriental y tras la reunificación, Erich Honecker y su mujer Margot huyeron a la todavía URSS para evitar que él fuera procesado en su país. En 1991 volaron desde una base soviética a Moscú, donde pidieron asilo político y luego refugio en la embajada de Chile. Los cambios políticos de ese año, con Mijaíl Gorbachov y Borís Yeltsin luchando por el poder antes de la desintegración definitiva de la URSS el mes de diciembre, parece que terminaron frustrando los planes del antiguo líder comunista alemán. Chile no les ofreció garantías y Yeltsin finalmente extraditó a la pareja de vuelta a Alemania.

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