El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) informó que Israel ha ocupado unos 300 kilómetros cuadrados en territorio sirio desde la caída del régimen de Bashar el Asad. Las áreas ocupadas incluyen partes estratégicas de la zona desmilitarizada en los Altos del Golán, una región históricamente conflictiva y patrullada por fuerzas de la ONU desde 1974. Según Netanyahu, la presencia militar responde a la necesidad de evitar que grupos yihadistas aprovechen el vacío de poder en Siria para organizar ataques contra Israel.
En esta región, las tropas de israelíes han construido instalaciones que van más allá de una ocupación temporal, según medios israelíes. Estructuras como contenedores con baños y cocinas refuerzan las denuncias de una consolidación militar, mientras Israel afirma que el despliegue es temporal hasta que se establezca una fuerza comprometida con el acuerdo 1974. Desde el inicio de estas operaciones, Israel también ha bombardeado cientos de objetivos en Siria, afirmando haber destruido un 70% de las capacidades militares del antiguo régimen sirio.
La comunidad internacional ha respondido con fuertes críticas. Países como Francia, Egipto y Argelia, así como la ONU, han acusado a Israel de violar la resolución 350 del Consejo de Seguridad, que prohíbe actividades militares en la zona. Las condenas enfatizan la “integridad territorial” de Siria, y advierten que esta expansión israelí podría desestabilizar aún más la región.