Ser nativo americano en tu propia tierra, la de tus ancestros, significa en muchos casos llevar casi todos los números del bombo para acabar en la pobreza o en la cárcel.
Leonard Peltier, de 80 años y líder histórico de los indígenas, los indios de toda la vida, su Mandela, regresará a hogar después de medio siglo encarcelado por una condena que cuenta con más sombras que luces.
Resulta chocante, casi suena a alucinación, escribir lo que viene ahora. El presidente Joe Biden, en uno de sus últimos gestos de clemencia antes de abandonar la Casa Blanca este lunes, conmutó a Peltier la pena a un par de cadenas perpetuas, a cambio de arresto domiciliario, por la muerte en 1975 de dos agentes del FBI en Pine Ridge, la reserva en Dakota del Sur de la nación Oglala Lakota. La de Nube Roja, como ilustró Domingo Marchena, uno de los grandes sabios en cuestiones de indios, en estas mismas páginas.
Peltier está enfermo y pasará a confinamiento en su casa, rodeado de sus familiares
El activista siempre declaró qué él estuvo en aquel lugar y que abrió fuego en la refriega, si bien sus balas no causaron las defunciones, en plena lucha contra la brutalidad policial que sufrían los nativos y en un periodo de tensión interna por la reclamación autogobierno.
Defensores de los derechos civiles, jefes tribales, numerosas personalidades, desde el mismo Nelson Mandela al papa Francisco, e incluso el exfiscal que supervisó el caso, convirtieron a Peltier en una de sus principales reivindicaciones y denunciaron su encarcelamiento como una demostración del mal trato a los nativos en EE.UU.
Peltier, que tiene muy mala salud, no podía optar a la libertad condicional hasta el 2026. Y posiblemente habría corrido idéntica suerte en esta lotería que la que le tocó en julio del 2024: petición denegada.
“Por fin se acabó, me voy a casa”, se felicitó Peltier en un comunicado. “Quiero mostrar al mundo que soy una buena persona, con un buen corazón. Quiero ayudar a la gente como mi abuela me enseñó”, recalcó.
Que quede claro que esto no es una condonación de su culpa, para que no se olvide el estigma.
“Tiene 80 años, padece graves problemas de salud y ha estado en prisión la mayor parte de su vida. Esta conmutación le permitirá pasar el resto de sus días en confinamiento domiciliario, pero no es un perdón por sus delitos”, remarcó Biden. Y apuntó que la opción de que salga de una penitenciaria federal ha recibido numerosos apoyos. Ahí no figuran, sin embargo, las fuerzas de seguridad, que recibieron esta noticia con rabia.
De hecho, en una carta privada que remitió este mes a Biden, Christopher Wry, relevado por Donald Trump nada más llegar a la Casa Blanca como director del FBI, mostró su total oposición a la medida de compasión. “Peltier es un asesino despiadado”, insistió Wry. “Concederle cualquier alivio de su condena es injustificado y sería una afronta al estado de derecho”, reiteró.
En todo momento, desde que fue arrestado tras una huida a Canadá, Peltier ha defendido su inocencia. Fue uno de los cuatro detenidos e imputados por la muerte de los dos uniformados.
Le sentenciaron en 1977. Los otros fueron absueltos. El jurado, integrado solo por blancos, no quiso saber sobre la tirantez existente entre las dos facciones de Pine Ridge por el gobierno de las tierras tribales.
Los testigos reconocieron que los agentes del FBI les amenazaron y coaccionaron durante la declaración. La acusación, además, ocultó pruebas de balística en las que se indicó que el rifle de Peltier no casaba con los casquillos hallados en el coche de los policias.
James H. Reynolds, el fiscal del caso, públicamente pidió disculpas por una acusación injusta. El expresidente Bill Clinton fracasó en su intento de perdón por la protesta del FBI. Pero una ex miembro del cuerpo, Coleen Rowley subrayó que la agencia federal tenía una vendetta contra Peltier.
“Es el resultado de 50 años de resistencia intergeneracional”, señaló Nick Tilsen, líder de los grupos indígenas, al conocerse el gesto de misericordia. “La liberación de Peltier es nuestra liberación, le rendiremos honores y lo traeremos de regreso a su tierra para que viva con sus seres queridos y vuelva a conectar con su cultura”, añadió.
Su hijo, Chauncey Peltier, que tenía diez años cuando encerraron a su padre, mostró su emoción por el regreso del que consideran el preso político mas tiempo encarcelado en EE.UU. La tribu de Peltier prepara para él un hogar en una reserva de Dakota del Norte. Disponen hasta el 18 de febrero, fecha prevista para el regreso.