La península vacía del Sinaí

El futuro de Gaza

Sinaí, el desierto que Trump quiere llenar con parte de los 2,3 millones de gazatíes

La península vacía del Sinaí
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El lugar donde Trump quiere desplazar a los gazatíes: “Está desértico y militarizado"

Hay muros que determinan la diferencia entre la vida y la muerte. A un lado de esta hilera de bloques de hormigón se apila lo que queda en pie del sur de la franja de Gaza, donde más de un millón y medio de gazatíes se han apretujado durante los 15 meses de ofensiva israelí. Allí, las tiendas de campañas de aquellos que han perdido sus casas por lo bombardeos se enganchan a la línea fronteriza, apurando los centímetros que les separan de la zona segura.

Pero nada de eso es visible desde el otro lado de la puerta, en el paso fronterizo que separa las dos ciudades hermanas de Rafah; el territorio palestino y la península egipcia del Sinaí. Esta provincia bíblica es uno de los lugares donde el recién regresado a la Casa Blanca, Donald Trump, propone desplazar a los 2,3 millones de palestinos de la franja. El presidente estadounidense mencionó el pasado sábado la idea de un plan para “limpiar” el enclave palestino y desplazar a su población a los países vecinos, como medida para conseguir “la paz”. El líder estadounidense aseguró haber hablado ya con el rey Abdalah II de Jordania y que se pondrá en contacto con su homologo egipcio.

Sin embargo, el Gabinete de Abdelfatah El Sisi aseguró que aún no ha recibido tal llamada y se ha negado a aceptar un éxodo palestino en su tierra. “Tenemos ya a nueve millones de personas en nuestro país de fuera y no les llamamos inmigrantes, les tratamos como ciudadanos”, aseguró a La Vanguardia el gobernador del norte del Sinaí, el general Jaled Migaur. Pero, en referencia a los gazatíes, “en estas circunstancias, rechazamos de lleno la evacuación de personas (a este territorio) y reiteramos que la única solución es la creación de dos estados”, añadió. “Si se marchan de su tierra, nunca podrán regresar”.

Es cierto que es tierra árida, delimitada por el Mediterráneo, despoblada y fuertemente militarizada, no tiene mucho que ofrecer. En la zona cercana al paso, tan solo pueden verse decenas de casas abandonadas, así como novísimos muros que se pierden en el horizonte, construidos por el ejército egipcio en los últimos meses. “Hemos podido escuchar durante meses los ataques”, dice Mohamad, un camionero de El Cairo que espera pacientemente en el interior de su vehículo su turno para entregar un cargamento de sacos de arroz con destino a Gaza. No echa de menos el sonido hueco del impacto de los proyectiles: “Gracias a Dios eso ha quedado atrás”.

Palestinos regresando ayer desde Jan Yunis a sus casas en la parte gazatí de Rafah (Jehad Alshrafi / Ap-LaPresse)

Palestinos regresando ayer desde Jan Yunis a sus casas en la parte gazatí de Rafah (Jehad Alshrafi / Ap-LaPresse)

“Rechazamos de lleno la evacuación”, afirma a ‘La Vanguardia’ el gobernador del norte del Sinaí

Miles de camioneros hacen fila en el corredor de acceso a la frontera con el mismo propósito. El alto el fuego entre Hamás e Israel ha permitido por primera vez desde el pasado abril la entrada de ayuda humanitaria a la devastada franja a través del paso de Rafah. Según informaron las autoridades de El Cairo, desde la implementación de la tregua en la franja, la media de camiones con alimentos y medicinas ha aumentado hasta que cruzan a territorio palestino ha aumentado hasta 350 de media cada. Las mercancías entran ahora mismo a través del control israelí de Kerem Shalom, donde son recogidas y distribuidas por las oenegés.

También se está trabajando para arreglar el paso de personas en Rafah, gravemente dañado por los bombardeos israelíes, y se espera que en cuestión de días puedan comenzar a entrar ambulancias. Ayer mismo, la Unión Europea anunció el lanzamiento de una misión en colaboración con Egipto para evacuar a heridos graves de la Franja.

Según el gobierno local, hasta 2.500 personas podrían salir a diario del enclave y ser trasladados a hospitales egipcios o a terceros países. “La idea es coordinarnos con las organizaciones de dentro (del enclave) para priorizar la salida de aquellos que necesiten ser atendidos con más urgencias”, declara Ahmed Abdalah, coordinador de la ayuda humanitaria de la Media Luna Roja Egipcia.

Pero también niega que se estén construyendo por el momento campos de refugiados para una hipotética apertura de las puertas de Gaza. Por el momento, el gobierno egipcio mantiene férrea su posición de evitar que la franja –y Hamás– se trasladen a su tierra. Sin embargo, Egipto depende económicamente de Estados Unidos y de los préstamos del Fondo Monetario Internacional, y tiene una capacidad limitada para negociar con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

En los próximos días podrán comenzar a salir de Gaza unos 2.500 heridos diarios

Por lo pronto, un cargamento de limones del delta del Nilo cruza por primera vez en dirección contraria, al interior de la Franja, donde nadie ha probado la fruta fresca en más de un año.

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