Las primeras llamadas de Donald Trump al presidente ruso, Vladímir Putin, y al ucraniano, Volodímir Zelenski, han confirmado los peores temores de Europa: el riesgo de verse arrinconada durante unas eventuales negociaciones de paz cuando están a punto de cumplirse tres años de la invasión rusa. Las grandes potencias europeas exigen ahora un lugar en la mesa de este proceso, asegurando que esto no debe resolverse entre Washigton y Moscú y subrayando que tanto Ucrania como Europa deben formar parte de cualquier negociación. El gran miedo en Bruselas es que EE.UU. quiera dar por zanjada rápidamente esta guerra para concentrarse en la región que realmente le preocupa, el indopacífico, y que, con el fin del apoyo económico y militar estadounidense, Europa no solo se quede sola al responsabilizarse de la paz sino que también quede más expuesta ante la amenaza rusa. “Cualquier acuerdo rápido será malo. Ya lo hemos visto antes”, ha avisado alta representante de Exteriores de la UE, Kaja Kallas.
La primera señal de alarma llega en un comunicado conjunto entre los ministros de Exteriores de los grandes países europeos (Francia, Alemania, España, Italia, Polonia y el Reino Unido) y la Comisión Europea, después de reunirse ayer en París con el ministro de Exteriores ucraniano. Era una cita organizada hace semanas, pero que cobró gran relevancia después de que Trump comenzara por su cuenta las negociaciones de paz llamando a Moscú y, solo después, a Kyiv para informar a Zelenski. El magnate ha evocado un posible primer encuentro con Putin en Arabia Saudí, sin que haya mencionado la posible presencia de nadie más. El Kremlin también ha dicho que la presencia de Europa en la mesa es “prematura”.
Cumbre en la OTAN
El nuevo jefe del Pentágono rechaza que lo que están haciendo sea una “traición” a los soldados ucranianos
Tras firmar el comunicado de las potencias europeas que subrayaba que “Ucrania y Europa deben formar parte de cualquier negociación”, la jefa de la diplomacia comunitaria, considerada un ariete contra Putin, ha ido más allá asegurando antes de una comida informal en la OTAN que cualquier pacto hecho a espaldas de Europa tiene pocas perspectivas de funcionar. Kallas también ha prometido que Europa seguirá apoyando a Ucrania si Kyiv rechaza una paz forjada exclusivamente entre Trump y Putin, y ha criticado que no es la mejor “táctica” ceder ante las demandas rusas antes de que las negociaciones ni siquiera hayan comenzado. “La paz no puede ser un simple alto el fuego. Rusia debe dejar de ser una amenaza para Ucrania, para Europa y para la seguridad internacional”, ha sostenido el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Los movimientos sorprendentes de Trump han encontrado a los ministros de Defensa de la OTAN reunidos este jueves en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas, el mismo escenario donde ayer también el nuevo responsable del Pentágono, Pete Hegseth, dejó claras ayer las líneas rojas de la nueva Administración en EE.UU. sobre la guerra al asegurar que es “irrealista” que Kyiv pretenda recuperar las fronteras previas al 2014 –dando por perdidas Crimea y el Donbás– y al cerrar las puertas a su eventual adhesión a la OTAN. Fuentes de la Alianza Atlántica, sin embargo, indican que nada ha cambiado desde que el año pasado en la cumbre de Washington los líderes acordaron que el proceso de Ucrania hacia la OTAN era “irreversible”. “Lo que se dijo ayer es que EE.UU. no apoya que sea miembro en este momento. Eso no contradice que los aliados digan que podrá ser miembro cuando llegue el momento”, aseguran estas fuentes de la OTAN.
Poco a poco van surgiendo las voces que cuestionan las líneas rojas de la administración Trump. Por ejemplo, el ministro de Defensa sueco, Pal Jonson, ha dicho en declaraciones previas a la cumbre de Defensa que no se debería excluir la entrada de Ucrania a la OTAN. O el alemán, Boris Pistorius, que ha lamentado las “concesiones a Rusia” y ha defendido que hasta que las negociaciones de paz empiecen no se puede cerrar la puerta ni al camino ucraniano hacia la Alianza hi hablar de ceder territorios. “El presidente de la República, Emmanuel Macron, lo ha dicho. Estamos a favor de que se le pueda hacer una invitación a Ucrania, aunque somos conscientes de que se trata de un proceso de adhesión a la OTAN que lleva tiempo”, anotó ayer el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Noel Barrot.
“Necesitamos paz, una paz justa. Ucrania, Europa y EE.UU. deben trabajar en esto juntos. Juntos”, ha pedido el primer ministro polaco, Donald Tusk, uno de los más fuertes apoyos de Ucrania. “Cualquier pacto sin Europa no sería duradero”, ha resumido el ministro de Defensa estonio Hanno Pevkur, en la sede de la Alianza Atlántica. “No puede haber negociación sobre Ucrania sin ucrania”, ha dicho también el secretario de Defensa británico, John Healey. En la OTAN se ha manifestado la unidad entre todos los aliados europeos en que la UE debe tener un sitio en la mesa. El único ministro que ha tenido una voz discordante ha sido el húngaro, que ha ensalzado el papel negociador de Trump. “No puedes pedir un sitio en la mesa de negociaciones. Hay que ganárselo. A través de la fuerza, un buen liderazgo y una diplomacia inteligente -ha criticado el ultraderechista Viktor Orbán, cercano a Putin-. La postura de Bruselas de apoyar la matanza todo el tiempo que haga falta es moral y políticamente inaceptable”.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, bromea esta mañana junto al jefe del Pentágono
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que llevaba meses repitiendo que la prioridad era fortalecer a Ucrania para que cuando Zelenksi lo decidiese llegase a las negociaciones en una posición de fuerza, ha intentado hoy ser más ambiguo para no contradecir al secretario de Defensa estadounidense, que seguía presentando este jueves a Trump ante la prensa europea como el “mejor negociador del planeta” y negando que lo que estén haciendo sea una “traición” a los soldados ucranianos.
“Vamos a ver cómo progresa todo”, ha comentado Rutte, diciendo que lo importante es que Ucrania esté involucrada en todo momento en este proceso y que lo “crucial” ahora es que las negociaciones comiencen y que lleven a una paz duradera, pero sin defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. “No podemos permitir que Putin vuelva a intentar capturar otro kilómetro cuadrado de Ucrania en el futuro”, ha apuntado el holandés durante la reunión de los 32 ministros de Defensa de la Alianza. “No se le puede dar una baza a Rusia de que piense que ha ganado esta guerra. Eso lo hemos repetido todos los países, que es muy importante”, ha explicado la titular española, Margarita Robles.
Los próximos pasos se discutirán tanto en la reunión de ministros de Defensa de la OTAN, que se alargará hasta esta tarde, como en la Conferencia de Seguirad de Munich, que arrancha mañana en la ciudad alemana y el lugar donde el vicepresidente de Trump, J.D. Vance, tiene previsto mantener una reunión con Zelenski. Será entonces cuando se podrían despejar más incógnitas sobre las intenciones de EE.UU. para Ucrania. Pero de momento, en Europa ya han escuchado que Washington no tiene ninguna intención de mandar tropas para que formen parte del paraguas de seguridad que exige Kyiv, con lo que el esfuerzo quedaría muy debilitado con la sola presencia de eventuales tropas europeas. La ministra Robles ya ha dicho que España está abierta a participar en este esfuerzo.
El primero en decirlo fue, en diciembre, el mismo Zelenski ante los líderes europeos, cuando aceptó la idea de tropas de paz a Ucrania para garantizar la estabilidad del país tras un eventual alto al fuego como alternativa a la OTAN, pero asumiendo que no puede hacerse solo con los europeos, sino que era necesaria EE.UU.. “Es imposible hablar de esto solo con Europa", remarcó Zelenski. Ahora, es evidente que Trump no está por la labor.

