La Unión Europea ha aprobado un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, que significará el decimosexto desde el año 2022. Las sanciones prohibirán principalmente la importación de aluminio ruso en la UE, un mercado que ya disminuyó un 35% en el año 2023, y que ha seguido la tendencia este año pasado.
Además, el nuevo paquete prohibirá la importación de otros materiales como el cromo, e implementará nuevas medidas para limitar las exportaciones de petróleo ruso, con la prohibición de realizar transacciones con puertos y aeropuertos del país. A nivel financiero, el nuevo paquete excluye 13 bancos más del sistema SWIFT, el sistema universal mayoritario para efectuar o recibir pagos internacionales.
La “Flota fantasma” rusa, en el punto de mira
Este nuevo paquete de ayuda apunta a la flota de petroleros ilegales rusos que el país utiliza para eludir las sanciones. Esta flota está compuesta por centenares de naves, muchas de ellas obsoletas y sin matrícula, que operan en el mar báltico desde el inicio de la guerra y la llegada de las primeras sanciones. La Unión Europea ha detectado al menos 73 nuevos petroleros en la flota, que operan sin seguros occidentales y con tripulaciones inexpertas en condiciones invernales.
Diversos expertos han advertido del alto peligro que esta flota supone para el medio ambiente, puesto que el descontrol sobre los buques que no cumplen con el criterio y regulaciones internacionales, podría significar una catástrofe medioambiental si sucediera el naufragio de uno de estos navíos, y el derrame de los hidrocarburos que transportan.