El sábado pasado, en la manifestación europeísta en Roma, Giorgia Meloni no estuvo presente. Nadie esperaba que participara, pero, por si quedaba alguna duda, ayer la primera ministra italiana explicó los motivos de su distancia: “La Europa de Altiero Spinelli no es la mía”.
Antes de partir hacia Bruselas, donde hoy inicia el Consejo Europeo, Meloni encendió la polémica en el hemiciclo, según los sospechas de la oposición, con el propósito de tapar las diferencias con su socio de gobierno, la Liga, sobre el plan de rearme.
Al final de su intervención de réplica en la Cámara de Diputados, la líder de Hermanos de Italia leyó, con intención polémica, algunos pasajes del llamado Manifiesto de Ventotene de 1941, uno de los símbolos del europeísmo reconocido en todo el continente: “La revolución europea, para responder a nuestras necesidades, tendrá que ser socialista” y “La propiedad privada debe ser abolida, limitada, corregida, ampliada caso por caso”. Una selección parcial del texto, que generó airadas protestas desde la oposición.
Los autores del documento son, de hecho, Altiero Spinelli, Ernesto Rossi y Eugenio Colorni, tres opositores al fascismo enviados por el régimen a Ventotene, una isla del mar Tirreno. La cita, además de ser tendenciosa —pues el manifiesto defiende una Europa federal y no comunista—, resultó aún más polémica por el pasado de sus autores, sobre todo al ser pronunciada por una líder que siempre se ha negado a declararse antifascista.
Los gritos desde los escaños progresistas obligaron al presidente de la Cámara a suspender la sesión
El caos estalló en el hemiciclo. Entre los gritos de la oposición, Federico Fornaro, diputado del PD, denunció “un grave acto contra la memoria de este país”, recordando que el Manifiesto de Ventotene es “el himno de la Europa federal contra los nacionalismos”. “Presidenta, arrodíllese ante los padres fundadores de Europa”, concluyó.
Los gritos desde los escaños progresistas obligaron al presidente de la Cámara, el leghista Lorenzo Fontana, a suspender la sesión y aplazar las votaciones hasta la tarde. En la sesión vespertina intervino también la secretaria del PD, Elly Schlein: “Hoy usted ha decidido ultrajar la memoria europea, pero no aceptaremos intentos de reescribir la historia”.
Para entonces, Meloni ya volaba hacia Bruselas, donde anoche participó en una cena con los diputados de su grupo, el ECR.
No lejos de allí, el nombre oficial del Parlamento Europeo es elocuente: Altiero Spinelli.