El primer ministro de Canadá, Mark Carney, tiene muy claro quién es el enemigo a batir. “Trump dice que no somos un país real, nos quiere partir y que Estados Unidos sea nuestro dueño. No lo permitiremos”.
Estas fueron sus palabras solo escasos minutos antes de anunciar este domingo, tras una reunión con el gobernador general, la convocatoria de elecciones generales el próximo 28 de abril y comunicar que será el candidato por el Partido Liberal, del que tomó las riendas hace unas semanas. Juró como primer ministro el pasado 14 de marzo en sustitución de Justin Trudeau.
Carney, que por primera vez se someterá al designio de las urnas, articulo todo su discurso con el argumento de que el verdadero rival es el presidente de Estados Unidos con la imposición de aranceles y el continuo acoso en su intento imperialista de que Canadá sea el estado 51 de EE.UU. Este acoso ha unificado al país y exacerbada la ira contra el vecino del sur.
Desde que Trump tomó posesión de la Casa Blanca, lanzó su guerra comercial contra Canadá y México –los gravámenes los aplazó al 2 de abril– y profundizó en su reiterada obsesión por el estado 51, los liberales canadienses han visto como su más que prevista derrota en los comicios se convertía en una posibilidad de victoria, inimaginable cuando a principios del 2025 Trudeau dijo que se iba.
La ventaja de más de 20 puntos del líder conservador Pierre Poilievre se ha erosionado
El nuevo primer ministro insistió este domingo en la necesidad de arreglar la economía canadiense y en la imposición de recortes fiscales para la clase media y trabajadora. Pero su principal reclamo fue luchar contra Trump. Poilievre quedó en un segundo plano y cuando lo citó fue para decir que era “el Trump canadiense”.
Carney condicionó verse con el mandatario de la Casa Blanca para negociar sobre comercio a que “Trump reconozca que Canadá es un país soberano”.